Bismi-l-Lahi-r-Rahmani-r-Rahim
Allahumma salli ‘ala sayyidina Muhammadin ‘abdika wa rasulika nabiyyi-l-‘umiyyi wa ‘ala ‘alihi wa sahbihi wa sallim taslima.
Queremos hablar hoy unas palabras al respecto del concepto de responsabilidad. Comencemos pues con un hadiz.
Rasulu-l-Lah – sobre él la gracia y la paz – ha dicho : « En el Yawma-l-Quiyyama a cada uno de vosotros se le pedirá cuenta con respecto a la manera en la cual ha ejercido su responsabilidad… »
Existen varias clases y niveles de responsabilidad. Entre los más importantes citaremos los siguientes :
La responsabilidad de los padres hacia los hijos.
La responsabilidad del esposo y de la esposa.
La responsabilidad del gobernante hacia el pueblo.
La responsibilidad del creyente hacia los mandatos y prohibiciones de la religión.
La responsabilidad de los representantes del Islam hacia aquello que hace para preservar y extender la religión.
La responsabilidad del escritor de escribir solo y únicamente la verdad.
Y la más grande de todas : la responsabilidad del waly frente a su Señor y la Umma.
Hoy vamos a detenernos únicamente en la responsabilidad del escritor. Y no de cualquier escritor de libros, sino de aquél quien escribe sobre el Islam.
Veremos primeramente cuales son las características de las cuales debe estar dotado, así como cuales son los límites a guardar en sus exposiciones.
Alguien quien escriba sobre el Islam, tiene la obligación absoluta de asegurarse que aquello lo cual escribe es completamente cierto, no contradice ni el Qur’an ni la Sunna, y si el tema es fundamental, no es producto de una opinión personal.
Sobre las opiniones personales digamos que ellas deben tener su ámbito en el campo de las aplicaciones prácticas de ciertos principios no fundamentales.
Por ejemplo, un escritor o crítico puede escribir sobre el no cumplimiento por parte de alguien de aquello establecido de una manera clara por la religión.
Se pueden escribir exposiciones de arte, tratados históricos, poesías, es decir, temas, los cuales, aún guardando un estrecho contacto con los principios religiosos, no constituyen los principios ellos mismos.
Para hablar de éstos, es necesario estar convenientemente preparado.
Sin embargo, existe otra cualificación más importante que esta última y voi a sorprenderos con ello.
La principal cualificación de la cual debe gozar un escritor del Din en la exposición de principios, razonamiento y profundización, es el permiso (idn) de Allah (subhanahu wa ta’ala).
Cómo !? direis : eso es imposible ! Quien dice eso es un pretencioso!
No, eso no es imposible, puesto que existe un hadiz el cual dice: “Prestad atención a la Mirada (basira) del mu’min, pues este mira con la Luz de Allah”.
Este permiso de Allah, en la minoría de los casos es otorgado directamente, y en la mayoría de las ocasiones viene concedido a través de un waly (amigo de Allah), o maestro del fiqh o de la Istijara, de la cual hemos escrito una entrada hace unos días.
Qué ocurre cuando se escriben mentiras u opiniones personales sobre temas importantes ?
Ocurre que esto es una obra nefasta. Si en el mejor de las casos la persona quien lo hace no yerra la primera vez, lo hará la segunda y la tercera vez.
No pueden existir opiniones sobre la forma de realizar los cinco pilares, pues ello está establecido de una manera total. Para exponer un ejemplo grotesco, hablemos de aquellos quienes hablan de rezar tras una mujer.
El día de ‘Aarafa fué revelado el versículo donde dice entre otras palabras: « …os he completado vuestra religión… ».
Las tropelías escritas relatando mentiras sobre el Profeta – sobre él la gracia y la paz – o sobre el Qur’an, hacen de aquel quien las escribe, reo de la Cólera de Allah, la cual más tarde o más temprano le llegará. Sobre todo cuando este alguien ha sido advertido por un representante cualificado de la religión.
Dice el hadiz : « La religión es el buen consejo ». Ello significa que el consejo debe ser dado acertadamente y que la persona quien lo recibe debe seguirlo, pues aunque ello venga a través de un hombre, en realidad es Allah el emisor de dicho consejo.
Así pues, desgraciadamente no me puedo extender más debido a las multiples obligaciones que debo atender, debo resumir para terminar: Cuando alguien se dispone a escribir sobre el Din, debe rodearse de un temor reverencial de Allah – exaltado sea- , debe asegurarse que dice la verdad de tal manera que pudiera imprecar la maldición de Allah sobre él si miente, y debe dejar de lado sus intereses económicos personales y no mezclarlos con sus palabras.
Debe asimismo asegurarse que la fuente de información es Rabbani y no Chaytani, y sino es capaz de llegar a establecer la diferencia, le pedimos por Allah y por su bien, que deje de escribir y que se ponga a hacer crucigramas sino tiene otra cosa que hacer.
Y todo ello es extensible a aquél y aquellos quienes administrando una web, hacen entrar en ella todo tipo de mentiras y calumnias sobre el Islam y los hombres de Allah, mediante la coletilla "esta web no se responsabiliza de los contenidos emitiendo las opiniones de... Señor administrador no se esconda, si lo pone usted ahí es su responsabilidad.
Salam
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