Bismi-l-Lahi-r-Rahmani-r-Rahim
Allahumma salli ‘ala sayyidina Muhammadin ‘abdika wa rasulika nabiyyi-l-umiyyi wa ‘ala ‘alihi wa sahbihi wa sallim taslima
Los seres humanos frecuentemente consideramos y criticamos los hechos ajenos. Y la tendencia general, es la de ser con el resto de los humanos, mucho menos indulgentes de lo que lo somos con nosotros mismos.
Es cierto que la crítica es necesaria y obligada cuando observamos a alguien realizar un acto prohibido. Sin embargo, aún en este caso, sin cegar nuestra objetividad, nuestra tendencia debe ser la de intentar ser lo mejor bien pensados posibles con respecto a las intenciones productoras de dichos actos condenables. A esta indulgencia de pensamiento la llamamos “Husnu-z-zam”.
Hadiz: “Que ninguno de vosotros desee para su hermano aquello que no desearía para sí mismo”.
He aquí la Rahma de la que hablábamos en comentarios anteriores.
Hadiz: “En una occasion, viniendo de una batalla, un sahib dijo a Rasul – sobre él la gracia y la paz - : “Estoi satisfecho de venir de hacer el Yihad fi-s-sabili-l-Lah. – Rasul respondió: - Sí, nos dirigimos del Yihad a-s-sagir (pequeño Yihad) hacia el Yihad al-Kabir. – Cómo, respondió el sahib, existe algún yihad más grande del que acabamos de realizar? – Sí, respondió el Profeta, el Yihad contra nuestra propia nafs”
He aquí la sabiduría del Islam. He aquí el equilibrio. Allah no quiere hacer de nosotros pequeños Fir’awn, satisfechos de nosotros mismos, sino más bien elementos útiles para la Umma.
Debemos conocer que aquél quien hace más por la Umma es el que más sufre. Veamos el ejemplo de los alfaquies quienes expulsan a lo yins malignos. Siempre ellos o alguien de su familia se resiente. Pero Allah es más Poderoso que todas las dificultades juntas, aunque vinieran a nosotros como las olas embravecidas del mar.
Yo fuí testigo de como mientras que mi chayj presidia una chahada, se levantó un fuego en el patio de su casa, el cual quemó solamente sus prendas. Si alguno de vosotros conoce a Habibu-l-Lah Casado, éste podrá corroborar mis afirmaciones.
La nafs tiende al mal, dice el Qur’an. Podemos ver esto en el episodio entre sayyidina Yusuf (‘alayhi-s-salam) y Sulija. Cuando Yusuf es requerido por ella. Después de haberse negado y haber sido descubierta la verdad por alguien de la familia de ella, Yusuf dice:
“El alma ciertamente tiende al mal y si no hubiera sido por el Favor de mi Señor habría estado entre los infractores”.
He aquí el verdadero yihad, la lucha contra el nafs. No solamente realizando lo obligatorio y evitando lo prohibido, sino purificándola aunque fuera de aquellas cosas a las cuales no damos importancia y nos separan de nuestro Señor.
Y en este ultimo estadio la relacción con Allah a través del amor debe estar establecida, para así podernos asegurar de ser informados por Su divina Ciencia de las decisiones a tomar en cada momento.
Y Allah sabe más.
Salam
assalam ´aleykum
ResponderEliminarDecididamente este texto debe de ser leido todos los días, pues es fundamento vital de vida y son tan importantes estos hadices como fáciles de olvidar.
¿Pueden ser los yins tan poderosos?.Lo cierto es que esto que cuentas es un hecho realmente singular que nos muestra el camino de la reflexión.
Agradezco muy profudamente su generosidad.
anouar astilleros
A-s-salama 'alaykum:
ResponderEliminarSí, es cierto, hay hadices que son más importantes que los otros. Y estos son de los más importantes.
Con respecto a los yin. Ellos eran la cohorte de Iblis, antes de que éste desobedeciera a Allah. Fueron expulsados del Yanna junto con él. Después de ello, algunos tomaban formas humanas y se casaban, como la madre de Balkis, la reina de Saba y esposa de Sulayman ('alayhi-s-salam).
No sé si conoces que algunos yins se convirtieron al Islam e hicieron un pacto con Rasul - sobre él la gracia y la paz - . a raiz de esto tenemos el ayat coránica que dice:
"Nos hemos hecho descender este Libro para los hombres y los yins".
No puedo explicar todo lo que conozco de ellos. Lo único que puedo decir es que los yins musulmanes protegen a los creyentes, mientras que los otros los atacan.
Su naturaleza es el fuego, mientras que la nuestra es el arcilla y el agua.
He aquí una cosa que casi nadie conoce: el chayj de Umar al Farid (el sultán de los enamorados) era yin. Pero es el único caso que conocemos entre los sufies.
Y yo agradezco profundamente tu sinceridad.
Que Allah te dé lo que yo quiero para mí mismo.
Un abrazo.
salam