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jueves, 16 de septiembre de 2010

CARTE ABIERTA A AQUEL QUIEN CRITICA EL SUFISMO I - CHAYJ AHMAD AL-ALAWY

Bismi-l-Lahi-r-Rahmani-r-Rahim
Allahumma salli ‘ala sayyidina Muhammadin ‘abdiKa wa RasuliKa nabiyyi-l-‘umiyyi wa ‘ala ‘alihi wa sahbihi wa sallim taslima.

Presentamos pues la primera parte de la traducción de la epístola del Chayj al-Alawy dirigida a un ‘alim tunecino quien criticaba el sufismo de la época de una forma encarnizada.
Por supuesto que el sufismo de siempre no tiene nada que ver con el « sufismo hyppie new-dessin » de la actualidad. El sufismo tradicional es serio con la Chari’a y no dá concesiones a nadie en este ámbito.
Es por ello que, bien las palabras del chayj al-Alawy van dirigidas a los grupos haramistas-salafistas, llevan un mensaje antiprogresista en el fondo, por ejemplo, cuando podemos leer el siguiente texto :

manifiestas una actitud sin precedentes en los sabios religiosos (exceptuando aquellos de diferentes sectas desviadas quienes contestan el principio mismo de una elección divina, simplemente porque ellos no son los beneficiarios de ella).
O de este otro pasaje:
Tu prosa testimonia de tu incapacidad a distinguir entre el bien y el mal: esto es excusable, pero no lo es de la parte de alguien quien pretende ordenar y prohibir.

Dejemos pues hablar al chayj al-Alawy:



Carta abierta a aquel quien critica al sufismo

En el Nombre de Allah
El Todo Misericordioso
El Muy-Misericordioso

Loanza a Allah, Quien nos ha eximido de las pruebas a las cuales ha sometido a buen número de Sus criaturas. Que la gracia y la paz sean sobre el Profeta y su familia.

Esta carta procede de un esclavo de su Señor quien tiene muchos defectos a reprocharse : Ahmad Ibn Mustafa al-Alawy – que Allah le conceda Su gracia y le inspire, así como a los creyentes, el seguir la vía más recta. !
Su destinatario es el jurista reputado, el Shayj Sidi Uzman Ibn al-Makki, profesor de la gran mezquita de Túnez – que Allah le haga prosperar y le purifique de todo demonio rebelde !
Que la paz sea sobre usted, tan largo tiempo como muestre deferencia hacia los miembros de las cofradías : « Aquel quien venera lo que Allah ha declarado sagrado encontrará una recompensa junto a su Señor » (Coran 22, 30).

He descubierto la epístola salida de vuestra pluma titulada « El espejo que manifiesta los extravíos ». Tomándola en consideración, la he ojeado con atención, dando gracias a Allah de que queden aún personas firmes en materia de religión, gentes quienes no temen la censura de censor alguno, cuando se trata de Allah.
Ciertamente su título me molestaba algo en razón del término « extravíos », pero lo ignorado por mí en ese momento, es que el texto así titulado era aún más molesto.

Lo poco que he leido es suficiente para disgustarme : Mi interés se difuminó rápidamente, y resentí una tristeza semejante a la alegría inicial.. Estuve a tal punto afligido que me faltó por exclamar : « Es absolutamente ilícito el llevar la mirada a un parecido « espejo », sea para contemplar sus extravíos o para cualquier otra cosa. » ! y esto en virtud de los ataques y atentados al honor que contiene vuestro « espejo ». Poco le falta para que rebose de cólera : hacia las gentes del recuerdo (dikr), lanzando llamas de la talla de una fortaleza y su discruso febril destruya a los creyentes. Trataba por todos los medios el distinguir a la obra del autor ; pero, en todo momento, la idea prevaleciente era que un discurso es siempre el reflejo de su autor, al igual que la lata conserva siempre el olor de las sardinas.
Las mentiras que contiene vuestro « Espejo » así como el carácter inmoral de su contenido, constituyen un atentado al honor de las gentes de la dedicación a Allah : usted les ha simplemente calumniado. Así, el Celo divino y el fervor que dedico al Islam me han motivado a escribirle, por veneración de estos miembros de las cofradías a los cuales usted ha caricaturizado. Acudiendo al socorro de las gentes del Recuerdo a los que usted ha traicionado, no hago otra cosa que poner en práctica la palabra siguiente del Profeta (sobre el la gracia y la paz)- : « Quien asiste a la humillación de un creyente sin acudir a su ayuda mientras que tiene medios de hacerlo, Allah le humillará delante de testigos el Día de la Resurrección »
.
En el Sahih se relata según Abu Umama que el Profeta ha dicho igualmente : « Quienquiera que haya defendido el honor de su hermano verá su rostro rescatado del fuego el día de la Resurrección. »

Estos hadices tienen un alcance general : el honor de todo creyente, quienquiera que sea, debe ser defendido ; en cuanto al honor de las gentes del Recuerdo, es Allah Quien se encarga de forma particular. El más verídico en sus palabras ha dicho : « Es El Quien protege a los Justos ». Quienquiera que les busca la querella ataca en realidad a Allah ; y quienquiera que les ayude viene en ayuda de Allah.
Las gentes de la Gracia no han cesado ni cesarán de asegurar la salvaguarda de la Vía de Allah en todo tiempo ; en efecto, el Pueblo- que la satisfacción divina sea con él - suscitará siempre partidarios y opositores. « Tal es la costumbre de Allah con los que vivieron anteriormente. Y no encontrarás cambios en Su costumbre » (Coran 33-62). Siempre existirán gentes bienintencionadas para elogiarlos y envidiosos para criticarlos. Dicho esto, estas críticas pueden estar dirigidas tanto a personas verdaderamente religiosas como a otras más débiles sobre este plano ; el censor, cuando denuncia la desviación, puede muy bien dejarse llevar por apariencias que se manifiestan claramente equívocas.

En cuanto a tí respecta, criticando sin distinción a todo miembro de las cofradías, y refutando públicamente sus convicciones- es Oh Chayj, lo que tú argumentas que no hay allí nada más que error, ignorancia y extravío !- manifiestas una actitud sin precedentes en los sabios religiosos (exceptuando aquellos de diferentes sectas desviadas quienes contestan el principio mismo de una elección divina, simplemente porque ellos no son los beneficiarios de ella).

Las gentes de la Tradición, por su parte, no han dirigido nunca críticas, sino es a propósito de personas sobre cuya santidad no ha habido unanimidad. Su punto de vista con respecto al sufismo consiste en respetarle y magnificar su grado ; sus palabras a este sujeto son los testimonios más equitativos cuya deposición pueda registrarse.
De manera general, las gentes de la Tradición experimentan de forma natural un amor por el sufismo y sus adeptos. Podemos constatar, además, que aquel quien se aventura a denigrar su doctrina baja rápidamente en la estima de sabio como en la de creyente de base : en realidad esto muestra el que ha bajado en la estima de Allah- que El nos preserve de una tal derrota. Es por ello que se dice :

Quienquiera se opone a las gentes del Recuerdo encarnizándose injustamente contra ellos,
Por el desprecio de las criaturas, Allah le probará rápidamente.

Acabo de darte un consejo sincero, esperando que ello pondrá un freno a tus ataques- si Alla lo quiere. « Y que Allah os proteja contra El Mismo » (Coran, 3-28, 3-30).

Allah dice en una tradición santísima : « Quienquiera que hace mal a uno de Mis santos, Yo le declaro la guerra ». Ahora bien, quien se expone a la guerra divina, ciertamente no se encuentra en seguridad !
El Profeta – sobre él la gracia y la paz - ha dicho : « Las gentes de mi familia y los santos de mi comunidad son dos arbustos venenosos : quien se frota en ellos, se pica ».

En cuanto a las palabras de los sabios sobre este sujeto son innumerables. Abu-l-Mawahib a-t-Tunusi relata que su maestro Abu Uzman – que Allah esté satisfecho de ellos – decía públicamente en sus cursos : « Que la maldición divina alcance a aquel quien reprueba la comunidad de los sufis. Y quienquiera cree en Allah y en el último día debe hacer la misma imprecación ».
Laqqani – que Allah esté satisfecho de él – cuanto a él decía : « Quienquiera que polemiza con respecto a los sufis se arriesga de terminar mal ; un trato severo o un emprisionamiento prolongado será su paga. « Allah os exhorta a no recomenzar si sois creyentes ! » (Coran, 24-17)

Constatarás así que un imam escrupuloso experimenta siempre mucha reticencia a hablar mal de los creyentes, por no decir de los miembros de las cofradías.
Pero enfin, si su Islam es la única cosa que te parece aceptable en ellos, reconocerlos la cualidad de musulmán te obliga entonces a respetarlos y a abstenerte de deshonrarlos., evitando consecuentemente el mezclarte en sus asuntos privados conformemente a las disposiciones del Legislador.

El hijo de Umar – que Allah esté satisfecho de su padre y de él – relata la siguiente palabra del Profeta – sobre él la gracia y la paz - : « Quienquiera que divulgue los secretos de un musulmán y le dehonra con ello injustamente, Allah le envilecerá el día de la Resurrección ». Tal es el castigo divino a aquel quien divulga los secretos de un solo musulmán : Que se puede pues esperar de aquél quien se mezcla en los asuntos privados tanto de la masa como de la élite de los musulmanespara deshonrándolos en el seno de la comunidad, y aún mismo de los no-musulmanes si la cosa llegara a sus oídos ?
Ahora bien, es esto lo que tu has hecho, oh chayj ! Te has extendido en reprobaciones, pasando un fino peine sobre cosas sin interés ; te has creido el solo y único representante de la ortodoxia sunnita, no siendo, según tu, el resto del universo que un grupo de ignorantes e innovadores o de transgresores extraviados. Si, es así como tu juzgas a los hijos de tu religión !

En cuanto a nos, ignoramos el juicio de Allah a tu respecto ; pero, estamos seguros que si te ocuparas de tus propios asuntos, tendrías ya mucho trabajo que hacer, y ello te dispensaría de interesarte en los asuntos ajenos. Tu eres el ejemplo de las personas a propósito de las cuales dice el Profeta – sobre él la gracia y la paz - : « Se distingue bien la paja en el ojo ajeno mientras que se olvida la viga que obstruye el suyo ». De hecho, tu olvidas de las numerosas vigas que ciegan tu ojo, como pronto te voy a demostrar.
Haciéndote tomar consciencia de dichas vigas, te ayudaré, si es posible, a desembarazarte de ellas, suponiendo que seas capaz.. Para ello, no tienes otra solucción que reconocer pura y simplemente tus errores, y ello depende de tu capacidad a ser objetivo : si posees esta cualidad, esta epístola mía trabajará en tu favor, de lo contrario, ella constituirá una prueba de cargo contra tí. De todas maneras, cuando la leas, procura mostrar una vista penetrante, una razón sana, y colocar tu corazón al abrigo del sectarismo.

Si escribo estas líneas, es con la esperanza que por ellas, Allah te libere del mal que te alcanza ; o que El libre a tus semejantes, o toda otra persona quien pudiera encotrar placer leyendo tu triste « Espejo » o a quien se regocije de asistir a tus lamentables discursos. Te voy pues a señalar las « vigas » que hubieras podido olvidar obstruyen tu vista, si ya Allah no las ha puesto suficientemente en evidencia por medio de tu « Espejo ».

En primer lugar, introduces tu abalorio de atentados al honor de los musulmanes a través de la cita siguiente : « Loanza a Allah que nos ha guiado hacia esto ; no habríamos podido seguir la buena dirección si El no nos hubiera guiado » (Coran, 7-43)
No se cual era aquí tu intención : querías simplemente beneficiarte de la bendición inherente de este noble versículo, o bien se trataba de insinuar que los ataques al honor de las gentes del Recuerdo y de sus semejantes, a los cuales (según tu) Allah te ha conducido relevan de la guía divina ? En el primer caso, está muy bien ! Pero sino es así, sabe que la guía no puede tomar la forma de una crítica calumniosa de las gentes de Allah, salvo cuando guía toma el sentido que hay en la Palabra de Allah – exaltado sea - : « Guiadlos así sobre el camino del Infierno » (Coran 37-23), o de otros pasajes semejantes.

Tienes razón al llamar a tu obra « El Espejo que manifiesta los errores » : este título corresponde admirablemente a su contenido ! Tu Espejo, pone efectivamente en evidencia auqello lo cuale te habita, y sin él, quién podría constatar tu extravío ?

Lo escrito es a la imagen de la inteligencia
Y el interior se evidencia en el discurso.

Un poco más lejos, continuas con un capítulo titulado « Introducción al sujeto de ordenar el bien y prohibir el mal » , en el cual, bajo pretexto de aplicar el precepto coránico, reunes esas referencias scriptuarias las cuales te sirven de subterfugio para dirigir tus ataques al honor de los creyentes. Pero, ante Allah, esto no te servirá de nada : de la manera en la que se le disfrace, la maledicencia sigue siendo maledicencia. Aún admitiendo que no hayas tratado sino es arreglar las cosas, tu prosa testimonia de tu incapacidad a distinguir entre el bien y el mal: esto es excusable, pero no lo es de la parte de alguien quien pretende ordenar y prohibir.

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