Yo diría que las fiestas rompen inevitablemente con lo ordinario, la alegría se manifiesta en estas ocasiones por el hecho de vestirse con elegancia, adornarse y a través de la alegría. Aumentar la intensidad de las lámparas la noche precedente al aniversario o en otras fiestas es así mismo una manifestación de alegría. Lo que prueba que existe una cierta tolerancia a la ocasión de los días de fiesta, es el siguiente hadiz el cual encontramos en al Bukhari: “Aisha – que Allah esté satisfecho de ella – relata que su padre (Abu Bakr) la encontró en compañía de dos sirvientes cantando y tocando el tambor, durante los días de Mina, en presencia del Profeta – sobre él la plegaria y la paz – quien se había envuelto en su manto. Abu Bakr se puso entonces a expulsar a las sirvientes, pero el Profeta – sobre él la plegaria y la paz -, echando a un lado la prenda que le cubría el rostro, intervino: “Déjalas Abu Bakr! Estos días son días de fiesta.” (kanz 40628, Muslim 1940). En un hadiz semejante recogido por Bukhari,” Aisha – que Allah esté satisfecho de ella – relata: Abu Bakr llegó mientras que dos sirvientes ansaritas se encontraban conmigo cantando esas poesías de estímulo que se habían dirigido los Ansar el día de la batalla de Bu’az. – Abu Bakr – que Allah esté satisfecho de él – exclamó: -Flautas del Chaytan en la casa del Profeta! El profeta – sobre él la plegaria y la paz – le dijo entonces: -“Déjalas Abu Bakr! Todo pueblo tiene sus fiestas, y este día es nuestra fiesta”.
Añades a propósito de las velas: “Encenderlas de día sería más indicado, como lo dice el autor del Madjal, aún cuando esta procesión constituye una innovación en ella misma.” Yo diría que es el hecho de encenderlas de día que constituye más bien una innovación: ello no tiene ningún interés, mientras que si lo hay en el hecho de encenderlas durante la noche; por otra parte, los antiguos no hacían nada que se le asemeje. En cuanto se refiere al carácter de innovación de esta procesión, espero por mi parte que Allah recompensará a aquel quien la instaure y que ella entrará en el ámbito de la palabra del Profeta – sobre él la plegaria y la paz - : “Quienquiera quien instaura una buena tradición (sunna) obtendrá por ello una doble recompensa: la primera por haberla introducido, la segunda constituida por la suma de recompensas adquiridas por aquellos que la practicarán hasta el día del Juicio”, porque ella manifiesta el vínculo y el amor de los musulmanes por el Profeta – sobre él la gracia y la paz. Cualquiera que sea la manera en la cual se opere la reunión de la comunidad, representa siempre una misericordia por ella misma; he aquí porqué la Tradición la recomienda. El innovador en este caso, es aquel quien se opone a una tal reunión.
Después dices: “Constituye igualmente una innovación la utilización de incensarios de plata durante la enseñanza del hadiz: ello está prohibido igualmente durante las bodas. No está permitido el asistir a las reuniones en las cuales dichos utensilios son puestos en uso. Cómo se podrían leer en las palabras del Profeta – sobre él la plegaria y la paz – mientras que dichos objetos circulan?” – De Allah somos y a El retornaremos! – No comprendo por qué te interesas particularmente a los incensarios de plata utilizados durante los cursos de hadices y las bodas, mientras que la prohibición concierne, de una forma general, a todo tipo de recipiente en oro o en plata. En cuanto al resto de tu frase, si ello significa que está prohibido el leer el hadiz en el transcurso de parecidas reuniones, pretendo por mi parte que es al contrario obligatorio el dar a conocer hadices los cuales muestran que los recipientes, tanto de oro como de plata, están prohibidos, de manera a convencer de ello a aquellos quienes los utilizan.
El hilo conductor de todo tu panfleto consiste en criticar, perseguir y anatemizar toda clase de prácticas hoy extendidas las cuales atribuyes a los sufís; es por ello que te has permitido abordar y tratar todos estos temas anexos los cuales acabamos de tratar. Pero una vez terminadas estas digresiones, vuelves a tu objetivo principal, criticando el uso de un objeto el cual no tiene relación con la religión, considerándolo como un signo de esta ostentación de la cual serían, según tu, culpables, los miembros de las cofradías.
Sigues: “Forman igualmente parte de las innovaciones reprensibles la utilización del tasbih, de origen cristiano, ya sea llevado en la mano o alrededor del cuello para ser considerado como un practicante de la invocación o un devoto. Aquellos que lo llevan, no saben que ellos invierten en esta ostentación aquello que llama a la desdicha y al castigo?”. Deduzco de esta frase que tu consideras a toda persona quien lleve un tasbih en la mano o alrededor del cuello un gran pecador, a quien se le han prometido desdicha y castigo ( y esto como mínimo, ya que tus palabras implican que una persona tal se habría en realidad convertido en cristiana; en efecto, por el hecho simple que un tal lleve un tasbih alrededor del cuello, ella se asemeja a los cristianos). Que Allah nos proteja! En mi opinión, aún aquel que hubiera cometido pecados graves no podría merecer un tal juicio, pero gloria a Allah! Ser verdaderamente sabio no es ser misericordioso? Como puedes tu proclamar la pérdida y el extravío de la mayor parte de la comunidad? Cómo sabes tú que la ostentación caracteriza al que usa el tasbih mientras que es uno Solo Quien sondea los corazones? Aún y cuando se podría conceder que falsos devotos podrían disimularse entre aquellos quienes llevan un tasbih, existen ciertamente también entre ellos sinceros adoradores. Entonces, a qué sirven estos juicios generales? Conoces tu todas estas consciencias? Conoces tú si intención en esto? Algunos, seguramente tendrán una buena intención. No sabes que se califica a la intención como de elixir espiritual pues ella es capaz de transmutar los actos instantáneamente? Puede ser que si preguntaras a una de estas personas porqué lleva un tasbih alrededor del cuello, ella te respondería: -“El me retiene de frecuentar los insensatos y los lugares dudosos: lo he puesto pues como parapeto de mi alma, pues él me dice con su simple presencia: -“Teme a Allah! Tú no eres de aquellos quienes muestran públicamente sus torpezas!” Se trataría pues, en este caso, de una buena intención, verdad? Igualmente si interrogaras a aquel quien lo lleva en la mano, puede ser que te respondiera: “Me sirvo de él para acordarme de Allah cada vez que me distraigo de Su Recuerdo, pues se me ha relatado la siguiente palabra del Profeta – sobre él la gracia y la paz - : Que excelente medio de recuerdo es el tasbih” según un hadiz conocido (marfu’) citado por Daylami en su Musnad al-Firdaws y transmitido por Ali – que Allah ennoblezca su rostro -, Yalalu-d-Din a-s-Suyuti lo menciona igualmente en su libro titulado: “Los beneficios del tasbih”. Por Allah, qué les replicarías tú? Sus intenciones, no son excelentes? Este último hadiz no es el mismo explícito? En mi opinión aquel quien lleva un tasbih no merece el terrible castigo el cual tú le anuncias. Ciertamente algunos lo llevan sin una particular resolución, simplemente por hacer como los otros, pero ni siquiera esto merece el grado de castigo sobre el que tú hablas. Otros lo llevan para parecerse a los justos, esperando así reunirse a ellos: siendo esta es una intención completamente válida. En fin, algunos individuos – muy poco numerosos comparados con la masa a la cual amenazas – son efectivamente tales que esos hipócritas que “lo hacen para que los demás los vean. Apenas si se acuerdan de Allah (4-141). Son precisamente versículos como este que acabo de citar que conducen a los sufís a absorberse en el Recuerdo, a practicarlo públicamente y a multiplicar las invocaciones; ellos pretenden así salir del “poco” y lograr a acordarse “mucho”, para distinguirse al máximo de los hipócritas que ”apenas si se acuerdan de Allah” (4-141). Este “mucho” por otra parte no tiene límites, fuera de aquellos los cuales les ha asignado el Profeta – sobre él la gracia y la paz – en dos frases relatadas por el autor de la Yami’a-s-sagir (Yalalu-d-din Suyuti): “Multiplicad la invocación a Allah hasta que los hipócritas digan: - Eso es ostentación!” “Multiplicad la invocación a Allah hasta que los hipócritas digan: “Es un loco!””. Así, cuando ellos alcanzan estos límites, y que son acusados de ostentación como tú lo haces, o se les trata de “locos” como lo hace más de uno, ellos se consideran entonces auténticos practicantes del Recuerdo, tranquilizados de haber pasado del “poco” al “mucho”. Pero dime, poniendo a Allah por testigo: Tú mismo has multiplicado de tal manera las invocaciones que se dice de ti lo que se dice de ellos? O, antes bien, eres de los que sufren por un “poco” de invocación? Que Allah nos guíe a ti y a mí, hacia la multiplicación de Su invocación y nos inspire una excelente opinión de Sus santos!
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