Si los ancianos hubieran reprobado las vestimentas refinadas, ello es probablemente porque ellas se encontraban fuera del ámbito de sus costumbres. Ahora bien, de lo que estamos bien seguros, es que ellos se preocupaban de los corazones de la misma manera en la que tú te preocupas de las vestimentas. No se ha relatado nunca que el Profeta – sobre él la plegaria y la paz – haya exigido a las gentes el llevar vestimentas refinadas o lo contrario. El más bien decía: “Allah no mira ni vuestras apariencias ni vuestros actos, sino únicamente aquello que encierran vuestros corazones” (Tabarani – Kanz 7258). Obligaciones de este orden crearían por otra parte malestar, mientras que Allah ha dicho: “No os ha sido impuesto malestar alguno en vuestra religión. En lo que concierne al hadiz citado por tí, el error consiste en el hecho de interpretar la palabra shara en el sentido de « refinado ». A’isha – que Allah esté satisfecho de ella – relata que el Profeta – sobre él la plegaria y la paz – prohibía ciertas vestimentas suntuosas de lana y de seda. Otros hadices prohíben las vestimentas extremas, sea por su fealdad, sea por su belleza, pues de manera general « lo mejor se encuentra en el justo medio ».
Allah ha así prohibido el exagerar en materia de religión: Gente del Libro, no traspaséis los límites en vuestra práctica de adoración ni digáis sobre Allah nada que no sea la verdad (4-170).
Continuas: « Otra de estas innovaciones consiste en organizar comidas a la ocasión del aniversario del nacimiento del Profeta y en otras fiestas religiosas » Y entonces? Aunque se tratara de una innovación, que inconveniente existe en preparar una comida en estas ocasiones, mientras que no hagamos de esto una obligación y que ello no haga competencia a las que se preparan en las fiestas instauradas por el legislador – pues en este caso las unas podrían venir a sustituir a las otras ? Mi opinión es que la sola comida que nos ha sido prescrita por el legislador es la de la fiesta del sacrificio, sin que él nos haya impuesto, por otra parte, de manera particular el guisado de la carne. Este asunto pues, no depende de otra cosa que de los modos y costumbres locales, en total libertad; aquél quien prefiere limitarse a esta comida y aquel quien desea más hace cada uno obra como bien le parece.
Afirmas: « Las fiestas legales son las fiestas de la ruptura del ayuno (‘aid a-s-sagir), la fiesta del sacrificio (‘aid al adha) y el día de Ashura » - lo que es efectivamente el caso -, después añades: « Toda otra fiesta es una innovación ». Está claro que apuntas aquí al aniversario del nacimiento del Profeta – sobre él la plegaria y la paz - , pero no sé si tú calificas este aniversario entre las innovaciones reprensibles, según tu costumbre. Me gustaría que tú calificaras esta fiesta como una innovación loable, aunque no me hago demasiadas ilusiones al respecto. El autor del Madjal, al cual tú te refieres generalmente, no desaprueba las fiestas organizadas en la ocasión de este aniversario, sino únicamente las prácticas reprensibles las cuales contradicen la ley y a las cuales dicha fiesta sirve como pretexto. Es más, él se apoya en el ejemplo del legislador mismo para demostrar que es deseable honrar este día; he aquí lo que él afirma: « El Profeta – sobre él la plegaria y la paz – ha hecho alusión a la importancia del mes de su nacimiento. En efecto, a aquel quien le preguntaba porque ayunaba los lunes, él le respondió: « Es el día en el que he nacido ». El mérito de este día, que resulta del acontecimiento de su nacimiento, se extiende pues a ese mes (Muharram): debemos pues honrar esta fecha ».
Continúas con la fiesta de a-d-Dhabila, una ciudad del Suf, de la cual nos dices que se trata de una innovación prohibida. Yo diría que esta clase de fiesta no entra en el marco del dominio religioso. El sabio pues debe hacerlo así saber, no prestando atención alguna a este género de manifestaciones, a fin de que los creyentes le tomen como modelo. Es así como actúan las gentes del sufismo: exceptuando las fiestas legales, ellos no dan importancia sino es al aniversario del Profeta, en virtud del lugar que éste ocupa en sus corazones y del bien resultante para el mundo musulmán. Ellos saben que el celebrar este día agrada a Allah y a Su Profeta – sobre él la plegaria y la paz - : « Mi comunidad no puede ser unánime en el error » (Abu Dawud, Tirmidi e Ibn Mayah). Luego, ella es unánime en venerar este día.
Después citas al autor del Mi’yar: « Es igualmente una innovación esta manera en la cual los ignorantes y las gentes cuya opinión no tiene peso alguno evitar contraer o de consumir un matrimonio durante el mes de Muharram. Es necesario hacerlo, al contrario, para respetar el carácter sagrado que Allah y Su Profeta han conferido a este mes, e incitar así a los ignorantes a abandonar esta costumbre ». Tales prácticas no me indisponen de ninguna manera, si ellas no son realizadas sino por ignorantes y por gentes cuya opinión no tiene peso alguno. En su caso, lo esencial es que realicen el matrimonio conforme a la Ley, sin más. Cómo exigir de esas gentes un matrimonio perfecto sin nada de criticable?
Continúas así: « Una de las innovaciones consiste, en los matrimonios, en invitar a los ricos y excluir a los pobres. » Yo diría que este defecto tan humano no merece ser calificado de innovación, ya en su tiempo, el Profeta – sobre él la plegaria y la paz – lo había denunciado de esta manera: La peor de las comidas es el banquete de bodas al cual se invita a aquellos quienes desdeñan el presentarse en él y en el cual se rechaza a aquellos quienes han asistido. Quienquiera no responda a una tal invitación desobedece a Allah y a Su Profeta (Sahih Muslim).
Continuas aún: «Otra innovación consiste en hacer poco caso del mal que se hace sufrir a los animales y a maltratarlos, por ejemplo cargándolos con fardos que ellos no pueden soportar ». Yo diría que un comportamiento tal no tiene nada que ver con una innovación; es la bondad del individuo o, al contrario, la dureza de su corazón que entran en causa. Ciertas personas religiosas pueden muy bien ser duras con los seres humanos, sin ni siquiera hablar de las bestias, mientras que no-practicantes hacen gala de mucha más bondad cara a los débiles: Es la naturaleza primordial (fitra) que Allah ha dado a los hombre cuando los ha creado (30-29). Dicho esto, la misericordia se adquiere junto a los misericordiosos y la ciencia junto a los sabios, conformemente al hadiz del Profeta – sobre él la plegaria y la paz -.
Después continuas: « Reunirse al séptimo día de la muerte de alguien y organizar una comida por esta ocasión es otra de estas innovaciones. Un tal alimento está prohibido, y no hay que consumirla ». Y ahora me veo en la obligación de preguntarte de dónde has sacado la prohibición de consumir una comida ofrecida en una circunstancia tal. Pero si apareciera que ni tan siquiera has exigido justificación del autor del Mi’yar, aceptando como una ley revelada este juicio el cual corre de boca en boca de las gentes de la comunidad – suposición de pura forma, ya que es claro que tu anuncias estos alimentos como prohibidos privando así de ellos a los pobres -, los indigentes podrían muy bien replicarte que Allah ha dicho a Su Profeta – sobre él la plegaria y la paz - : Día : « Yo no encuentro alimento prohibido en aquello en lo que se me ha revelado a parte de la bestia muerta, la sangre derramada, la carne de cerdo pues es una mancha, o una bestia inmolada en nombre de algún otro que Allah, pues es una perversión » (6-146). En el mismo orden de ideas, añades : « Es exactamente lo mismo para las comidas ofrecidas a los pobres tres días después del deceso de alguien, una semana después, dos semanas después, a los cuarenta días y por fin al año del fallecimiento, como lo hacen los tunecinos y aquellos quienes siguen su tradición reprensible ». Aunque los tunecinos siguieran tus consejos absteniéndose de esta buena acción la cual tú llamas tradición reprensible, qué beneficio obtendrías tú a parte de haber conseguido privar a los pobres de estos alimentos. Pero no son las miradas las que están ciegas, y el inconsciente a veces causa el mal considerando hacer el bien! Sin ni siquiera hablar del hadiz relatado por Mu’ad Ibn Yabal según el cual el Profeta – sobre él la plegaria y la paz – ha dicho: « Aquél de entre vosotros quien desee hacer por Allah una limosna supererogatoria puede limitarse a darla a su familia si son musulmanes » (Kanz 16394)
No hay comentarios:
Publicar un comentario