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miércoles, 21 de marzo de 2012

La tariqa - Tercera parte - La Silsila

Bismi-l-Lahi-r-Rahmani-r-Rahim

Allahumma salli ‘ala sayyidina Muhammadin ‘abdika wa rasulika nabiyyi-l-‘umiyyi wa ‘ala ‘alihi wa sahbihi wa sallim taslima

En la última entrada hablamos de la procedencia Muhammadiana del sufismo. De cómo éste tiene ancladas firmemente sus raíces en el Libro de Allah y la Costumbre del Enviado (Sunna).
Una vez establecido este punto, continuaremos explicando la manera en la cual la doctrina del Ihsan, así como la metodología que le es propia, se han transmitido de maestro en maestro, de generación en generación, hasta la época actual, donde dicha transmisión continúa, y así lo hará hasta el día en el cual Allah enviará un viento el cual hará morir a todo aquel quien tenga un átomo de fe. Punto, este último, el cual podemos ver explicado en un hadiz del Sahih Muslim, presente en el libro de esta colección el cual habla de las características inherentes a los últimos tiempos.

Así pues, en toda lógica, la cabeza del eslabón de la cadena iniciática (silsilah) es el Profeta mismo – sobre él la plegaria y la paz -.

Ahora bien; ¿qué ocurre con la continuidad directa del Profeta?

Hemos estado revisando toda la información que conocemos referente a las diferentes cadenas de transmisión espiritual y hemos encontrado una coincidencia casi total entre todas en cuanto al siguiente eslabón después del Profeta. Casi todas las silsilas coinciden en la persona de sayyidina Ali – que Allah ennoblezca su rostro-. Hemos encontrado una excepción, y es la de la tariqa naqsbandiyya cuya silsila continúa por Abu Bakr Siddiq y por Salman al Farisi después de él.

Permitidme deciros que en este caso existe una anormalidad, la cual puede pasar desapercibida a primera vista, pero que se muestra evidente en el momento en la cual prestamos más atención:

Salman al Farisi no pudo aprender de sayyidina Abu Bakr puesto que lo hizo directamente de Rasul – sobre él la plegaria y la paz -. No vemos por tanto razón válida alguna para que dicha silsila pasara por Abu Bakr y Salman al Farisi a la vez. Lo correcto sería haber relacionado a Salman al Farisi solamente, puesto que en toda lógica debería ser él quien hubiera transmitido al siguiente eslabón.

Mis compañeros son como las estrellas en el firmamento. A cualquiera de ellos que sigáis, él os guiará.

El hecho de que la gran mayoría de las silsilas tengan a sayyidina Ali como sucesor espiritual de Rasul tiene dos explicaciones, a la vez diferentes y complementarias.

Una de ellas es el siguiente hadiz:

Yo soy la ciudad del conocimiento y Ali es la puerta.

La segunda explicación es que de los compañeros predilectos del Profeta, es decir, los cuatro julafa rashidin, Ali es el último quien falleció. Por lo cual es totalmente lógico que la silsila no haya pasado por los otros tres, pues tanto ellos como sayyidina Ali, habían aprendido directamente del Profeta.

He aquí, a título de ejemplo, la silsila de la Tariqa Alawiyya:


Cada eslabón de la cadena no debe coincidir exactamente con el número de ‘awliya existentes en cada tariqa, sino con el número de chuyuj. En consecuencia debemos recordar nuevamente que existen ‘awliyya quienes son shuyuj y guían a los otros y ‘awliyya quienes no lo son.

Es pues a la muerte de un chayj que le sustituye otro. Dicha sustitución tiene sus características, especiales y únicas dentro del sufismo.

Efectivamente, no es igual elegir a un gobernante que “elegir” un chayj. En el primer caso, siempre y cuando se siga la Sunna de los sahaba, el gobernante debe ser elegido por un consejo de sabios, los cuales no han sido elegidos por pueblo alguno, sino que su presencia es avalada por su sabiduría y méritos propios. En el caso de la herencia de un chayj de otro no se trata en absoluto de elección sino de la constatación de una realidad existente en el corazón del nuevo chayj quien ha sido elegido directamente por Allah. Es pues la misión de los fuqara el saber reconocer esa voluntad divina y aceptar al nuevo chayj.

Aquí vamos a realizar un inciso cuya finalidad será la de denunciar los métodos de muchas tariqats utilizados en estos últimos tiempos para designar un “chayj”.

No vamos a decir los nombres por no crear enfrentamientos estériles, pero si denunciaremos los métodos pueriles utilizados por algunos grupos de susodichos “fuqara” a fin de elegir por ellos mismos al siguiente “chayj” según sus gustos, preferencias y/o afinidades.

Para ello debemos explicar que con el paso del tiempo la aspiración espiritual ha dejado paso, en gran número de componentes de las cofradías, a aspiraciones terrenales y ambiciones personales. No olvidemos que con el transcurso del tiempo las tariqats se han hecho con un patrimonio físico y un prestigio intelectual, siendo cada uno de los dos una nada desdeñable fuente de ingresos económicos si se le “sabe explotar”. Seguramente ello ha ocurrido en todas las tariqats al encontrar estas una correspondencia de sus aspiraciones mundanales en el resto de la Umma musulmana.

Vamos a poner un ejemplo al cual nos hemos referido en más de una ocasión. Para ello hablaremos de un hecho el cual ocurrió en el seno de nuestra tariqa (la ‘Alawiyya).

A la muerte del chayj al-Alawi había cuatro fuqara quienes tenían un maqam suficiente a fin de suceder al chayj. Ahora bien, ninguno de los cuatro, y menos los fuqara, conocían cual era la voluntad de Allah en cuanto a quien debería suceder al difunto chayj. Así pues, los cuatro quedaron reunidos en la zawiyya de Mostaganem a fin de esperar un signo divino. Pasaron varios meses y el signo no llegaba, hasta que un faquir entró en la zawiyya diciendo que en su sueño había visto a sidi Uddah Ibn Tunas llave en mano abrir la puerta de la zawiyya. Este fue el signo. Los otros tres ‘awliyya, uno de ellos familia de mi esposa, acataron al nuevo chayj y lo presentaron a los fuqara.

Ahora bien, no pasó lo mismo a la muerte de sidi Uddah, donde los fuqara se reunieron a fin de elegir al aquel de su “gusto” e interés. Este fue el hijo del anterior chayj. Sin embargo, sidi Uddah había dejado la educación de su hijo al cargo de un faquir del chayj al-Alawi, quien a su vez tenía un maqam espiritual reconocido por el mismo sidi Uddah (sidi Abdussalam). Este faquir wali enseño el Qur'an y la ma’rifa al hijo mayor de sidi Uddah (el Mehdi). Ambos, maestro y discípulo reconocían la prioridad en conocimiento de sidi Abdussalam sobre su joven discípulo. Pero a la muerte de sidi Uddah, nadie quiso oír hablar de sidi Abdu-s-Salam, quien en realidad era el verdadero chayj. En la tariqa había bienes y los administradores de dichos bienes no estaban interesados en tener un chayj desapegado de las cosas de este mundo. Así pues, por razones familiares y económicas eligieron al Mehdi, quien aún teniendo ma'rifa no alcanzó nunca el maqam para poder ser un chayj.
Ahora bien, es evidente que la transmisión siguió de la mano del verdadero chayj, aunque fuera del conducto “oficial”, conducto el cual perdió el norte hasta nuestros días por las razones ya expresadas.
Dicha transmisión, discretamente llevada a cabo por el sucesor del verdadero continuador de sidi Uddah (sidi Abdussalam al Anyari), la conocemos de primera mano al estar vinculado directamente a ella.
Es un ejemplo sin más para deciros que exactamente esto ha ocurrido con todas las tariqats, hasta un punto tal que no conocemos ninguna cuya corriente “oficial” tenga nada que ver con la verdadera transmisión de la doctrina del Ihsan.
Vayamos donde vayamos nos encontramos con grupos de fuqara quienes hacen y repiten las mismas consignas al unísono, nacidas del interés de aquellos quienes detentan los “bienes” materiales e “intelectuales”. Nada de la frescura del conocimiento: frases hechas, arreglos semánticos, palabras huecas y "heroicidades" de sus "maestros".
Y es que como dijo sidi Uddah Ibn Tunas:
Más vale un puñado de abejas (pues hacen la miel) que un saco de moscas.

Y estos versos del chayj al-Alawi


No es maestro quien no brinda generosamente su secreto,
quien no atienda a su discípulo más que a sí mismo,
y le retira los velos que le cubren el corazón
y le impiden llegar a la Morada Suprema,
y puede entrar entonces en la Presencia de Allah tras su separación
y vea la aparición de la Verdad ahí hacia donde se vuelva,

Seguiremos en las siguientes entradas hablando de la doctrina, el método y el simbolismo de los ritos islámicos en el sufismo.

Salam

6 comentarios:

  1. as-salamu 'alaykum wa rahmatuLlâh wa barakâtuhu,


    Ya Sidi, permíteme añadir otra excepción a la regla que recordabas y que invariablemente hace remontar la cadena de transmisión de la mayoría de turuq hasta el Profeta - ¡que Allâh lo bendiga y le dé paz! - por medio de sayyidna 'Ali - que Allâh ennoblezca su faz!

    Se trata de la Tarîqa Tiýâniyya, que se remonta directamente al Profeta - ¡que Allâh lo bendiga y le dé paz! - por medio de sayyidna Ahmad at-Tiýânî - ¡que Allâh esté complacido con él! - sin pasar por ningún otro intermediario, tal y como ha sido relatado en la obra Ýawâhir al-Ma'ânî, donde leemos que el Shayj Ahmad at-Tiýânî - ¡que Allâh esté complacido con él! - ha dicho: "Nuestra cadena de transmisión (sanad) y nuestro sostén (istinâd) en esta vía provienen directamente del Señor de la Existencia - ¡que Allâh lo bendiga y le dé paz! -, puesto que Allâh ha decretado desde toda eternidad que obtendríamos la iluminación y la realización entre las manos del Profeta".

    wa as-salam,

    Samir at-Tiýânî al-Ibrâhîmî.

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    1. Wa 'alaykum a-s-salam:

      Sin embargo, el chayj Tijani - que Allah esté satisfecho de él - era descendiente de Rasul – sobre él la plegaria y la paz – por parte de sayyidina Ali – que Allah ennoblezca su rostro.

      Efectivamente puede haber excepciones hermano, y muchas gracias por recordárnoslo pues ello nos enriquece, a un servidor y a los hermanos quienes siguen el blog.

      Existe un caso, el de Umar Ibn al Farid – el sultan de los enamorados – quien tuvo como chayj un yin. Nos podemos imaginar lo que debió sufrir sidi Umar al Farid, ya que los yins no comparten la naturaleza humana con nosotros, y su método con sidi Umar no tuvo cuenta de ella con toda la delicadeza necesaria para hacérselo más llevadero.

      De hecho, también existen y han existido ‘awliyya quienes no han seguido tariqa alguna.

      Pero esto forma parte de esas bellas excepciones las cuales confirman la regla.

      Un abrazo

      Salam.

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  2. Ýazâka Allâh jayran, yahshuruna Allâhu fi-l-mahabba wa-l-mu'âwana,


    Gracias Sidi por tus aportaciones,


    Salam.

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  3. Baaraka Allaah fiik, sidi, por iluminarnos, instruirnos y guiarnos.
    Baaraka Allaah fiik

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    1. Sidi: Un servidor no merece que se le reconozcan las tres cualidades que cita.

      Salam.

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    2. Assalaam alaykum.
      Yo creo que sí, Sidí. Baaraka Allaah fiik.
      assalaam alaykum

      Maruán

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