Hikam de la tariqa Alawiyya XVII - Chayj al-Alawy

Bismi-l-Lahi-r-Rahmani-r-Rahim:

El chayj al-Alawy nos explica de una manera magistral el significado del siguiente hadiz:

Aquel quien se conoce a si mismo conoce a su Señor.

Los orígenes del hombre son determinados por dos niveles:

- las cosas superiores y celestes.
- las cosas inferiores y terrestres (comprendiendo los reinos mineral, vegetal y animal).

Consideremos así, nuestra situación existencial a través de una dialéctica basada en los dos aspectos precedentes, es decir, sea cual es nuestro grado de implicación cara a las cosas inferiores, sea el grado de intensidad de nuestro apego a las cosas superiores. La acción del pensamiento definida como el uso del conjunto de las facultades propia al ser humano, es el primer medio que nos impulsa a buscar la causa o las causas que posicionan al hombre, de una parte en referencia entra estos dos orígenes opuestos (celestes y terrestres,) y de otra sobre su propia identidad: - Quién soy yo?"

El pensamiento permite pues una constante de partida: "Yo soy un individuo, un ser humano. Tengo sentimientos, emociones, sensibilidad, sobre todo de cara a mi prójimo"
De ahí el desenlace de la responsabilidad, de su propia responsabilidad vis a vis de otro.

Esta etapa expone la definición del hombre reconocido por dos aspectos:

- el hombre conocido es el hombre corporal
- el hombre ignorado es la esencia del hombre.

En conclusión, por su pensamiento, el hombre resuena y hace avanzar su intelecto de manera a dirigirse y construirse, creándose referencias. Dichas referencias lo identifican progresivamente o no, le orientan y le conducen a descubrirse a sí mismo por la espiritualidad que se desvela en él. Así cada uno debería poder utilizar su inteligencia a fin de comprender qué ha hecho al hombre, es esta Esencia Divina; y dirigiéndo nuestros pasos hacia Ella, nos dirijimos hacia nosotros mismos.