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domingo, 13 de noviembre de 2011

La grandeza del encuentro - La Mano de Allah está con la Yama'a


Bismi-l-Lahi-r-Rahmani-r-Rahim

Allahumma salli ‘ala sayyidina Muhammadin ‘abdika wa rasulika nabiyyi-l-‘umiyyi wa ‘ala ‘alihi wa sahbihi wa sallimu taslima

Hace algunos meses editábamos una entrada titulada « el Islam en la red ». En aquellos momentos utilizamos dicha frase a fin de significar el hecho concreto de que muchos musulmanes trataban de encontrar en Internet una manera correcta de seguir el Islam.

Explicábamos entonces, como de Internet no se podía esperar el encontrar una guía certera, así como un método completo aplicable a todos y cada uno de los musulmanes. Decíamos, como lo hacemos en este momento, que el Islam se aprende teniendo un maestro con quien podamos tener un contacto directo.
La enseñanza, cuando es verdadera, no puede estar separada en ningún momento de aquel quien la imparte. Allah ha constituido al ser humano como Su jalifa en la tierra, y éste, cuando se trata verdaderamente de un jalifa del Islam, imparte sus consejos y guía a cada persona en particular, teniendo en cuenta sus características personales. Así mismo, a través de este contacto, el discípulo puede gozar de una presencia la cual se encuentra bien lejos de ser desdeñable, como dice el hadiz:

El corazón del mu’min (verdadero creyente) es mejor que la Ka’aba

No es necesario estar dotado de altas dosis de inteligencia y perspicacia para darnos cuenta que la palabra mu’min, en dicho hadiz, no puede ser aplicada a cualquier musulmán. El hadiz relaciona dicho término con las características del ‘waly relatadas en otros hadices.
Nada comparable pues a la presencia y la proximidad de dichos julafa de Allah. Puesto que El los ha puesto en este mundo para que nos sirvan de guía, así como producto de una misericordia de El Mismo con el único fin de hacernos progresar por el Camino Recto. Decidme: ¿no constituye de alguna manera, una falta de agradecimiento, cuando no de interés, hacia el don de Allah Misericordioso el hecho de no buscar a estos hombres a fin de aprender de ellos la religión?

Yendo de un lugar a otro de la red nos encontraremos únicamente con mensajes, unos verdaderos, otros falsos. Supongamos que en el mejor de los casos sigamos los verdaderos y desdeñemos los falsos. Sin duda alguna, esto supone de entrada un buen comienzo. Sin embargo, ello es ampliamente insuficiente.

Cuando comenzamos nuestro blog nos propusimos únicamente dar pistas para un correcto seguimiento del Islam. Sin embargo, como lo hemos manifestado en más de una ocasión, nunca hemos pretendido el establecer dentro de él un método completo de enseñanza. Antes bien, no hemos escrito nunca en él, ni nos lo hemos propuesto, todo el conocimiento aprendido en treinta y tres años de Islam y de tariqa. Simplemente hemos dejado en él el hilo de una madeja la cual no se encuentra precisamente en la red.

Con ello no queremos expresar que aquello lo cual pueda ser encontrado en el blog sea despreciable o carente de importancia. Hemos construido el blog y trabajado en él con mucho amor al Islam y a nuestros hermanos y hermanas. Unicamente queremos epresar que, sea cual fuere aquello lo cual podéis encontrar en nuestros escritos, no será nada comparable a un contacto directo y a una relación efectiva y continua, no solamente con aquellos quienes escribimos en él, sino con el maestro quien nos guía.

Cuando hablamos de sabiduría, de Islam, de tariqa, nuestros escritos no podrán nunca jamás estar a la altura de aquello lo cual pueda ser expresado en el encuentro con nuestros hermanos. ¿Sabéis que el hadiz dice que cuando dos de nosotros nos encontramos El es el tercero, y cuando somos tres El es el cuarto, y así sucesivamente?

Nada comparable al encuentro con los hermanos para que la Mahabba de Allah se haga patente en nosotros. La mano de Allah se encuentra en la yam’a.

Algunos de nosotros nos hemos encontrado, hemos compartido momentos intensos de comunicación directa y hemos constatado cuan diferentes éramos en la realidad de cómo parecíamos ser en Internet.

Es por ello una enorme contrariedad el que los musulmanes no tengamos un lugar de reunión. Nuestros encuentros están siempre acompañados del sacrificio de dispensas económicas a fin de realizar un, en ocasiones, largo viaje. Sin embargo, un encuentro es mejor que mil mensajes por Internet.

En tiempos de Bukhari y Muslim, ambos chuyujs realizaban larguísimos viajes solamente para verificar la realidad de una palabra del Profeta – sobre él la plegaria y la paz -. Escrutaban al transmisor, se informaban sobre su memoria, sus costumbres, su vida; todo ello a fin de delimitar y analizar su potencial como verdadero transmisor (rawy). Nosotros en esta época debemos realizar dichos viajes para aprender la ciencia. Es necesario hermanos. Desde la mesa de trabajo no podemos beneficiar de la baraka y la Presencia divina las cuales se instalan en el momento del encuentro.

No se nos escapan todos los impedimentos que acompañan la consecución de un encuentro de este calado. Más aún, cuando algunos de vosotros os encontrais al otro lado del océano Atlántico. Sin embargo, sabed, lo decimos por experiencia, que cuando uno dispensa en el camino de Allah, Allah dispensa por su subsistencia. No podría ser de otra manera. Si nos apoyamos en Allah, El nos sostendrá.

Quiero animaros a que poco a poco, el grupo de personas quienes compartimos la misma idea acorde al cumplimiento del Islam, debemos irnos conociendo. En dichos contactos no es necesario el que exista una disciplina tendente a reconocer y venerar personas, como ocurre en algunos grupos. Partamos de la circunstancia de que, aquellos hermanos los cuales se encuentren más en disposición de enseñar que de aprender, no deben encumbrarse ni buscar que nadie les encumbre. Antes bien dichos encuentros deben estar basados en el Amor de Allah, en un profundo respeto. Entre nosotros no hay grandes, ni poderosos, debiendo estos atributos ser otorgados a Aquel Quien en Sus manos detenta nuestro ser.

Debemos formar un pilar de base, tanto para nuestra generación, como para aquella que está por venir. En nuestra responsabilidad, hermanos. Un solo hombre, un solo grupo, es precisamente aquello lo cual debemos ser. La consistencia de la unidad no puede ser imitada por nada. Es más, dicha unidad debe estar soportada por un gran sentimiento de amor y compañerismo, de tal manera que cuando uno de nosotros piense en el otro, sepamos donde están nuestros hermanos y nuestro corazón se regocije en su recuerdo.

Animo hermanos, pongamos la intención y Allah completará. Cuando El vea nuestra necesidad estad seguros que El nos proveerá de lo necesario para que este proyecto vea la luz del sol, del sol de Su benevolencia y Su generosidad. Animo hermanos, con El podemos, con El contamos, en El nos apoyamos, a El seguimos, a El amamos, al Aziz, al Hakim, Allah – el Altísimo-, nuestra razón de ser.

Salam

1 comentario:

  1. salam ´aleicum
    Querido Abdel Karim, dentro de mis posibilidades cuenten conmigo para lo que necesiten o necesitemos.
    gracias a Allâh por tu generosidad,
    A Hayy

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