DESHACER EL BIEN QUE SE HA HECHO.
Dice el Libro de Allâh - Surat 16 - La Abeja, ayat 92:
"No seáis como la que desacía lo que había hilado con fuerza y toméis los juramentos entre vosotros como engaño porque una comunidad sea mejor que la otra." (sadaqa-l-Lahu-l-Azim)
COMENTARIO
Parece ser que este pasaje del Qur'an hace referencia a Penélope, reina de Itaca, quien en su larga espera por su marido Ulises, tejía por la mañana, y deshilaba por la noche lo que había hecho.
Aparte de este inciso, seguramente sin importancia, Allâh nos ofrece este ejemplo como una advertencia dirigida a nosotros mismos. Rezamos el fard, ayunamos, damos zakat, vamos al Hijj, pero algunas veces ciertos de entre nosotros, y otros muchísimas veces, desandan lo andado con sus malas obras. Es como si se estuviera llenando un saco, el cual por mucho que se introduzcan cosas buenas en él, cuando se mira no se encuentra nada pues todo ha salido por el agujero que hay en el fondo.
Las malas obras son fáciles de realizar, pues el alma tiende al mal y las buenas son difíciles y pesadas. ¿Poqué entonces no las guardamos, por pocas que sean, siendo cautos a la hora de hablar y actuar?
Una de las peores obras que abre el fondo del saco por donde se caen las buenas obras es el hablar de lo que no se sabe. Otra el hablar mal de las gentes de Allâh, hacerles la contra y arruinar su reputación. Otra son los contubernios nocturnos donde unos y otros se ponen de acuerdo para arruinar y dañar a gente inocente. Tramar en secreto creyendo que Allâh no ve ni escucha.
Sí, el mal causado a los hombres es causa de pérdida de las buenas obras: murmurar, tramar, traicionar, mezclar la mentira con la verdad para arruinar la reputación de gente inocente, siendo el honor una de las cuatro cosas sagradas mencionadas por Allâh como inviolables. Los cuchicheos nocturnos alrededor de la hoguera. Y lo peor es cuando hacemos esto y pedimos amor y amistad entre los creyentes, haciendo como hacemos exactamente lo contrario.
Otra causa de pérdida de las buenas obras es la tenencia de un vicio cotidiano; ya sea el encolerizarse, hablar soez u otra cosa desaconsejada que hacemos a diario o regularmente.
¿Cómo subsanar este problema?
Primeramente no hay que ver falta ni vicio como una cosa que Allâh no pueda perdonar; basta que demos el primer paso para que Allâh complete. Eso sí, debemos tner el primer gesto dejando de lado todo aquello que descosía por debajo el saco de las buenas obras. Allâh es Garufun Rahimun; pero cuidado hermanos, también es Shadidu-l-Iqab (Duro en el Castigo).
Puede ser que un día con sorpresa encontremos nuestro saco repleto y necesitemos otro.
Que Allâh nos perdone, nos guíe, nos conduzca de las tinieblas a la luz y nos otorgue el Firdaws.
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