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jueves, 31 de julio de 2014

Doctrina del Chayj al Alawi sobre el salat y el significado de la plegaria funeraria

A-s-salamu 'alaykum:

He aquí la doctrina del Chayj al Alawi sobre el significado interior del salat, así como sobre la plegaria funeraria. No creo que necesite más explicaciones de nuestra parte. El texto es bastante explícito, y aunque condensado y difícil de comprender para algunos, no por ello hay que reconocer que se encuentra provisto de todas las explicaciones necesarias

Con respecto a la fórmula de entrada en el salat (Allâhu Akbar) dice el chayj: 
« El propósito de esta repetición por parte del adorador es que «todos sus instantes estén saturados de la consciencia de la Grandeza Absoluta de Dios».

Sobre la Fatîha dice: «Éste es el íntimo discurso que se requiere específicamente del
adorador en la Presencia Divina, cuando se halla ante su Señor y cuando los Secretos de
la Divinidad fluyen abundantemente sobre él. Las Luces de la Santa Presencia resplandecen
sobre el que alcanza esta Manifestación Divina, y el que La alcanza ha llegado a
un estado de proximidad más allá del cual no se puede ir. Después de esto no queda
más que el intercambio de confidencias. El Pueblo lo llama la Estación del Discurso
Intimo, y en ella los oídos de los Gnósticos se deleitan con lo que les dice el Señor de
los Mundos».

 «Lo mejor que oyen de su Protector Divino es: “¿Deja esta proximidad algo que desear?”,
a lo cual el que está inmerso en las Luces de la contemplación responde: “No, en
verdad, y por ello Alabado sea Allâh, el Señor de los Mundos”, pues ha sido favorecido
más que los demás y ha obtenido lo que su imaginación había sido impotente para concebir.

Al considerar la oración en conjunto, da de ella el resumen siguiente:.

»Cuando ha hecho válida su entrada en el rito de la oración (levantando sus manos y
diciendo Allâhu Akbar) y cuando las Luces de la Manifestación Divina han brillado visiblemente sobre él, comienza a retirarse dentro de sí poco a poco, y su primer gesto de
recogimiento es el de dejar caer sus manos a los lados o de ponerlas sobre su pecho después
de haberlas levantado a la altura de la cabeza. Hace todo esto en razón de su aproximación
a la Verdad, y cuanto más se acerca, más se retira en sí mismo. Primero se pide al adorador que se levante en toda su estatura y que eleve las manos ante la Manifestación de la Verdad que está ante él. Pero, cuando se ha alcanzado un cierto grado de unión y el adorador ha empezado a acercarse progresivamente a la Verdad, su estatura se modifica y su existencia es rebajada y comienza a replegarse como se pliega un pergamino de escritos, a causa de su proximidad a la Verdad, hasta que llega a la extrema proximidad que es el estado de prosternación. El Profeta ha dicho: “Es en la prosternación cuando el siervo está más cerca de su Señor.” En la prosternación desciende desde la estatura de la existencia al pliegue de la nada, y cuanto más replegado está su cuerpo más replegada está su existencia, como lo ha dicho alguien:

Mi existencia se ha aniquilado en mi visión, y me he separado
Del “yo” de mi visión, borrándolo, y no afirmándolo.

»Antes de su prosternación el Gnóstico tenía la estatura erguida de la existencia, pero
después de su prosternación se ha extinguido, borrado en sí mismo y Eterno en su
Señor».

Entre los movimientos de la oración hay una inclinación seguida de dos prosternaciones. Después de especificar que la inclinación significa «anulación de los actos y también de las cualidades (en las Cualidades y Actos Divinos)», dice sobre la prosternación:
«Cuando el adorador ha llegado al grado de prosternación y se ha extinguido con
respecto a la existencia, se prosterna una segunda vez a fin de extinguirse con respecto a
su extinción. Así, su (segunda) prosternación es idéntica a su erguimiento después de la
(primera) prosternación, erguimiento que significa subsistencia».

Tú no ves quién eres, pues tú eres, pero no «tú»

 «Él está prosternado con respecto a la Verdad, erguido con respecto a la creación,
extinto (como se extingue una Cualidad Divina) en la Unidad Trascendente, subsistente
en la Unidad Inmanente. Y así, la prosternación de los Gnósticos es ininterrumpida
y su unión no conoce separación. La Verdad los ha hecho morir con una muerte que no conoce resurrección. Luego les ha dado la Vida, la Vida Infinita, que no conoce muerte»
.
De esta posición final, el Šayj dice:

«Él debe tomar una posición intermedia cuando retorna a la creación, es decir, debe
estar sentado, lo cual está a medio camino entre la prosternación y la posición derecha, a
fin de hacer válidas sus relaciones con la creación. Pues si volviera a las criaturas en un
estado de extinción y anulación no podría hacerles caso. Y tampoco puede regresar a la
creación derecho, esto es, alejado de la Verdad como lo estaba antes de su extinción,
pues entonces regresaría a la creación como una simple criatura y no habría en él ningún
bien y nadie se beneficiaría con su regreso. Debe tomar, pues, una posición intermedia,
y “el justo medio es lo mejor en todas las cosas”. Se dice: “¡Viva el hombre que conoce
su valor y se coloca por debajo de él!” Ahora bien, un hombre no obtiene el conocimiento
de su valor más que en su anulación. Y así la posición sentada es la que se requiere
de él después de su anulación».

En cuanto a lo que desagrada a Dios durante la oración, Ibn ‘Jayr menciona,
entre otras cosas: «Reflexionar sobre lo que es incompatible con el temor reverencial.»

El Šayj dice:

«Toda reflexión es de hecho incompatible con el temor reverencial, el cual (en su
sentido más pleno) no es sino deslumbramiento y maravilla ante la Esencia de Dios. Se
puede meditar sobre las cosas creadas, pero no sobre la Esencia, tal como dijo el Profeta:
“Meditad sobre todas las cosas, pero no meditéis sobre la Esencia, no fuera que perecierais.”
El pensamiento sólo concierne a lo que es creado, pero cuando el Gnóstico ha llegado hasta el Creador su pensamiento se transforma en maravilla. Así, la maravilla es el fruto del pensamiento, y una vez que se ha producido el Gnóstico no debe apartarse de ella ni cambiarla por lo que es inferior. Nunca puede sentir bastante maravilla ante Allâh y, en verdad, el Profeta decía: “Oh Señor, acrecienta mi maravilla ante Ti.” La meditación se exige del faqîr mientras realiza su viaje. Se medita sobre lo ausente, pero cuando Aquel que se buscaba está Presente en Persona la meditación se torna en maravilla. «Estar distraído» y «apartar la mirada» es también detestable. El Šayj dice:

«Estar distraído, para el Gnóstico, es estar ocupado con lo que no le concierne, después
que ha realizado el grado de la Perfección; y todo lo que no sea estar ocupado con
Allâh es tal frivolidad y distracción que no justifica el volver la cabeza hacia ello ni que
se le dedique un solo instante. Las ocupaciones en cuestión pueden estar permitidas para
la mayoría, pero para el Gnóstico se cuentan como malas. “Las buenas acciones de los
Justos  son las malas acciones de los Allegados”; y si incluso las buenas acciones pueden
ser faltas para ellos, ¿qué decir de los otros actos que alteran directamente su nobleza?
Les está permitido manifestar sus luces de este mundo, pero éstas deben estar fuera
de ellos, y no dentro pues los Gnósticos están interiormente siempre con Allâh, y si su
ser interior se ocupara de otras cosas estarían distraídos en Su Presencia.
»En cuanto al “apartar la mirada”, es como si el Gnóstico, después de realizar la
Unidad de Allâh por medio de la visión directa, se volviese hacia otra estación o buscara
algo más que lo que ya tiene, como si, por ejemplo, se dedicara a realizar prodigios con
el deseo de violar para su provecho las leyes naturales y de tener poder, en concurrencia
con la Verdad, para destruir a aquél cuya destrucción desea y para salvar a aquél
cuya salvación quiere. Si Allâh en Su Amorosa Bondad no va a buscarle y le devuelve a
donde estaba, perecerá con los que perecen, puesto que ha tratado de cambiar lo mejor
por lo peor, lo superior por lo inferior, y no estaba satisfecho con un solo alimento. Es,
pues, de temer que tenga que regresar a Egipto, al Egipto de las almas, puesto que no
estuvo satisfecho con la Presencia del Santísimo».

 «Los actos, las palabras y los estados de los Gnósticos se sitúan entre lo que es obligatorio
y lo que está recomendado, sin sobrepasar este límite. Pero esto lo realizan con
la ayuda de Allâh, de modo que, si alguno de ellos se propusiera apartarse de lo que
complace a Allâh y a Su Apóstol, probablemente no le sería posible; es más, sería incapaz
de ello, y la incapacidad en este sentido es la realización concedida por Allâh. De ahí
que se afirme que la protección (úifz) del Santo es como la infalibilidad (‘i·ma) de los
Profetas».

Pasando luego a los ritos funerarios, dice a propósito del lavado del cadáver:

«Aquél en quien hay un residuo de vida no es lavado. Si se hallara ya en la mesa de
lavado y en uno de sus miembros se percibiera un signo de vida, el lavador lo abandonaría
allí mismo. Del mismo modo, el Šayj no procede a la purificación del discípulo mientras queda en él algún residuo del alma inferior, es decir, a menos que el discípulo
haya realizado su muerte, reduciendo a cenizas el fuego de su naturaleza. Si no, lo dejará
tanto tiempo como haya en él algún deseo de estar vivo. Por ello, al discípulo que aspira a entrar en la Presencia de Dios le exige que haga primero todos los esfuerzos que pueda para reducir su alma a la nada y asestar el golpe mortal a su existencia, a fin de ser pasivo entre las manos del lavador, no fuera que se le abandonase con todas sus impurezas a causa de su naturaleza reacia y obstinada y de su falta de pasividad. Como lo
ha dicho uno de ellos:

Si el Destino es propicio y si la Suerte te conduce
Hasta un verdadero Šayj, un Šayj versado en la Verdad,
Esfuérzate en complacerle, sigue sus deseos,
Y abandona todo lo que querías llevar a cabo.
Sé con él como un cadáver entre las manos del lavador.
A voluntad éste lo gira, mientras él permanece pasivo.

»Así debe ser el discípulo en manos de su Maestro si desea purificarse de todo
cuanto le ha contaminado y si quiere escapar a sus limitaciones naturales. Luego, cuando
su purificación se haya llevado a cabo y él se haya limpiado, de modo que la luz de
su Corazón haya irradiado desde el nicho de su existencia, debe ocultar esta luz, pues
el guardar los secretos es una de las marcas del Gnóstico perfecto, al igual que su divulgación
es una característica del ignorante. Ésta es la significación del sudario: debe ocultar el vaso de la Libertad con el nicho de la servidumbre de modo que nada aparezca de su estado de elegido salvo lo que sea necesario. Cuando la muerte del alma se ha efectuado, cuando ésta ha sido purificada de la visión del ojo de los sentidos y envuelta con una vestidura conveniente, entonces merece ser ocultada de los ojos indiscretos, y esto es lo que significa la sepultura, es decir, ha merecido la sepultura en la tierra de la oscuridad a fin de que su posterior recimiento sea bello y agradable a Allâh, como lo ha dicho el autor de al-Hikam:
“Entierra tu existencia en la tierra de la oscuridad, pues la semilla que no es enterrada no produce en
abundancia.”

»En verdad, no hay nada mejor para el discípulo que la oscuridad después de la realización,
y para él no hay mal mayor que la fama en ese momento, es decir, en el momento
de su llegada a Dios, y no más tarde, pues después de su sepultura en la tierra de
la oscuridad no hay ningún mal en la difusión de su fama puesto que el crecimiento ha
venido una vez que las raíces han sido firmes, y no antes, de forma que no hay duda de
que producirá en abundancia.

»Además, él no ha buscado la manifestación para sí, sino que es Allâh quien lo ha manifestado después de su sepultura. Él lo ha dado muerte. y lo ha enterrado; después, si Él
quiere, lo pondrá en pie; pero si Él no quiere, el Gnóstico no puede hacer crecer su propia
fama según su voluntad, pues en esta estación carece de toda preferencia, no desea ni manifestación ni ocultación, y no es más que un instrumento en manos del Artesano,
como ha dicho uno de ellos:

“Me ves como un instrumento cuyo Motor es Él.
Soy una pluma entre los Dedos del Destino”».

«La muerte corporal no puede tener lugar sin la intervención del Angel de la Muerte,e, igualmente, la muerte espiritual no tiene lugar más que por mediación de un Maestro que sabe cómo asir el espíritu de sus discípulos.
»El que comprende que la muerte espiritual tiene como consecuencia las delicias de la contemplación de la Divinidad, ¿cómo no abandonaría su alma a la destrucción, considerando
como vanidad todo lo que deja detrás de sí?, pues bien vanas, en verdad, son esas cosas a los ojos de aquel que sabe lo que busca. En efecto, aunque el alma es preciosa, más allá reside Lo que es más precioso que ella:

Preciosa es el alma, pero por Ti quiero cambiarla,
Es amargo ser muerto, pero por Tu Voluntad, se vuelve dulce.

»Cuando el discípulo se entrega a un Šayj para que pueda unirle a su Señor, el Šayj
debe conducirle a la Presencia de Dios con un rito cuyas obligaciones son cuatro.
»Entre las obligaciones que rigen la realización de esta muerte y la sepultura de la
existencia del discípulo, se encuentran cuatro afirmaciones de la Grandeza de Allâh. Esto
significa que el maestro debe imponer al oído de su discípulo los cuatro Aspectos del Ser, Primacía y Ultimidad, Manifestación Exterior y Ocultación Interior, todo a la vez, saliendo al paso de todos sus argumentos y cerrando todas las escapatorias. Entonces la verdad de las Palabras de Dios Él es el Primero y el Último, el Exteriormente Manifiesto y el Interiormente Oculto se vuelve tan evidente que, cuando estos Aspectos han cerrado sus filas y, por no haber resquicio alguno entre ellos, el discípulo no encuentra ninguna salida, el Espíritu de éste parte y su cuerpo se aniquila, puesto que las direcciones del espacio ya no existen para él por el hecho de que, hacia cualquier lado que se vuelva, no encuentra, entre estos cuatro Aspectos, ni siquiera el espacio de la punta de un dedo.
Incluso si se vuelve hacia sí descubre que él mismo es uno de estos Aspectos, y así ocurre
adondequiera que se vuelva, de acuerdo con Sus Palabras adondequiera que os volváis,
allá está el Rostro de Allâh. Así, cuando el arrobado vuelve su rostro hacia sí mismo y ve en el espejo de su existencia el Rostro de Allâh, dice, como dijo Al-Halayy: “En mi vestido no hay más que Allâh”; y con ello no sólo entiende el vestido, sino todos los cuerpos, los más elevados y los más humildes, los sensibles y los espirituales.
»Entonces el espíritu del discípulo se desvanece, pues en la Presencia del Ser de la
Verdad no encuentra “dónde” ni “entre” en el cual pueda existir.
»El que reza por el muerto debe saber cómo conducirle a la Presencia de Allâh, puesto que intercede por él. Debe, pues, hacer que Allâh le ame, para que sea bien acogido; y entonces él mismo será uno de los hombres más queridos por Allâh, como lo ha dicho el Profeta hablando con la Lengua de la Verdad (hadiz qudsi): “El hombre que Me es más querido es aquel que Me hace ser querido por los hombres y que Me hace queridos a los hombres.”
»Que sea, pues, tan insistente como pueda en la oración, hasta que la Verdad haga descender Su Beatitud sobre el muerto; y Ella no le recibe más que si su Maestro tiene una intención profundamente resuelta.
»Cuando la entrada del muerto en la Presencia de Dios se ha cumplido, entonces el
Šayj le propone pasar de esta estación a otra que es la síntesis de las estaciones exterior

e interior; y esto es expresado por la palabra Paz».

domingo, 27 de julio de 2014

Hadices y sus comentarios



DOS HADICES ¿CONTRADICTORIOS?
El Profeta Muhammad, sala-l-Lâhu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Por Aquel que tiene mi alma en Sus manos si no ordenais el bien y prohibís el mal, Allâh os mandará un castigo; le suplicaréis para que os levante el castigo, pero Él no os responderá”.
(Tirmidhi]
Sin embargo existe asimismo este otro hadiz:
من كان يؤمن بالله و اليوم الآخر فليقل خيراً أو ليصمت
"Que aquel quien cree en Allâhh et en el último día, no diga sino el bien o que se calle."
- Transmitido por Abu Hurayrah y recopilado en el Boukhâry (6018, 6136, 6138, 6475), Muslim (47), Abu Dawud (5154), Tirmidy (2500).
EXPLICACIONES
A simple vista, y sólo a simple vista, parece que estos dos hadices son contradictorios. Lo son, para únicamente para aquel cuyo espíritu no se encuentra aún capaz de discernir el bien del mal de una manera suficientemente clara.
Prohibir el mal y establecer el bien es algo a lo cual se encuentra obligado todo musulmán; cada uno según su capacidad. Por supuesto que aquellos quienes detentan un grado de sabiduría altamente superior a la media son los más capaces, y los que más derecho tienen para llevar a cabo este precepto, provisto que ellos no caigan en las mismas torpezas que condenan.
Para hacer esto de la mejor manera posible se debe proceder con el máximo de dulzor y benevolencia (aunque hay que decir que benevolencia no designa precisamente "complacencia"). Se prohibe el mal y se ordena el bien para corregir; y la benevolencia de esa corrección no debe convertirse en complacencia hasta el punto de que se mezclen los términos, llegando a ordenar el mal y prohibir el bien para complacer, al, o a los corregidos o al auditorio presente, olvidando por consecuencia la complacencia de Allâh.
Sin embargo, el segundo hadiz, aunque por extensión pudiera ser aplicado a toda la Umma, de hecho su significado, así como su alcance, se relegan a la élite de la Umma, a aquellos cuyo corazón es semejante al oro, el cual ni se oxida, ni se corroe.
Solamente aquellos por cuyo ojo Allâh ve, por cuyos pies Allâh marcha, por cuyas manos Allâh toma, por cuya boca Allâh habla, son capaces de contenerse lo suficiente para, a pesar de todo el mal observado, de incluso ser ellos mismos objetos y víctimas de ese mismo mal, ser capaces de tener paciencia y no responder, a los ataques hacia su persona, y ni siquiera reprender a la gente que hace el mal, salvo ! y esto es muy importante! que Allâh se lo haya ordenado de una forma explícita y personal!
Esta élite, establecida como está en el Tawhid, en el verdadero Tawhid, saben que hay hombres incorregibles, ya que ostentan y han nacido para ostentar, un carácter shaytani, es decir: No puede haber un mundo sin chaytan. Ellos comprendiendo esto, saben que pasar a corregir a ciertas personas sería como disputarse con la Voluntad divina la cual ha dispuesto que existan aquellos quienes lo corrompen todo, afin de que hacer resaltar la bondad de aquellos quienes han sido escogidos para obrar a Voluntad de Allâh.
Es por ello, que aún sabiendo que muy posiblemente no van a ser oídos, corrigen con la dulzura y llegan a dirigirse a los malvados en mejores términos de los que se dirigen a los bondadosos; en resumen: es una Hikma que Allâh ha puesto en sus corazones.
Nos podríamos extender mucho más, con ejemplos y explicaciones, pero lo esencial ha sido dicho...

A-s-salamu 'alaykum:
Transmitió Abu Huraira - que Allah esté satisfecho de él, que dijo el Profeta - 'alayhi-s-salatu wa-s-salam:
“Los individuos son como los metales de oro y plata. Los mejores de ellos antes del Islam (yahiliyya), lo fueron también después del Islam si lo entendieron y aprendieron correctamente.
Y los espíritus son como soldados ordenados en grupos. Se conocen según su naturaleza, sea buena o mala. Cuando se parecen las naturalezas, se reconocen y se juntan. Y cuando no se parecen, se desconocen y se separan.”
(Sahih Muslim)
COMENTARIO
Efectivamente los hombres son como los metales:
Unos están hechos de oro y son el motor espiritual de la humanidad, ya sean o no reconocidos por el resto de sus semejantes. Ellos hacen su labor en secreto con el permiso de Allâh y nadie puede detenerlos ni entorpecer su labor porque viene de Allâh, y El Mismo asegura que dicha acción pueda ser llevada a cabo.
Ellos son como las montañas que han sido creadas para fijar la tierra; así mismo su presencia en este mundo asegura - con el permiso de Allâh - que las bondades de nuestro Señor se extiendan por la tierra. Existen hadices en ese sentido, es decir, que en consideración a ellos Allâh hace llover y llegar Sus bienes a la Tierra.
Más adelante existe la plata, un metal precioso, aunque no lo es tanto como lo es el oro. Ellos son gentes útiles para los demás y para ellos mismos. Su entorno se encuentra en seguridad porque ellos buscan siempre la complacencia de Allâh; y aunque no puedan llegar a la excelencia de aquellos hechos en oro, se les asemejan y se les acercan.
Luego se encuentra el hierro, un metal útil, aunque no precioso. Las gentes hechas de hierro son útiles para sus semejantes y para ellos mismos, aunque dicha utilidad se encuentra limitada a algunos aspectos de la vida.
Seguidamente vienen los metales pesados, aquellos a quienes nadie les da valor por ellos mismos y cuya utilidad queda en entredicho. Ellos son lacras para el resto; personas que contaminan cuanto tocan con su fealdad interior. En estos hay categorías, pero todos forman parte del grupo de las personas nocivas para sus semejantes.
Efectivamente, cada uno se acerca a aquel a quien se asemeja. Hay personas que se acercan a los mejores de entre la humanidad, y aunque no les alcancen en categoría, sin duda se beneficiaran de su compañía y sabiduría. No olvidemos que nuestro Profeta 'alayhi-s-salatu wa-s-salam - dijo que cada uno estará en la otra vida con quien amó en ésta.
Aquellos quienes se acercan a las personas semejantes a los peores de los metales, si se quedan enredados en sus redes, y mueren en ese trance, muy probablemente en el 'ajira estarán con aquellas personas nefastas a quienes amaron y sirvieron en vida, ya que Rasul así lo dijo.
Salam.

Dijo Rasulu-l-Lâh -alayhi-s-salatu wa-s-salam -:
Entre los hombres, los profetas son los primeros en experimentar la desdicha, vendrán después aquellos quienes se les asemejan, y ello gradualmente. El hombre será probado en la medida de la firmeza de su fe; si su fe es firme, la desdicha lo será igualmente, pero si su fe es débil, la desdicha lo será también. La desdicha no cesa de afligir al hombre, hasta que le hace marchar, desprovisto de todo pecado, sobre la tierra.
(De Sa’id, recopilado por Al-Bujari)
Y dijo -alayhi-s-salatu wa-s-salam -:
- El hombre que se lamentará más el día de la resurrección, es aquel quien podía aprender la ciencia en este bajo mundo y no lo hizo; y un hombre quien ha enseñado una ciencia que los otros han utilizado, sin que él mismo lo haya hecho.
(De Anas, recopilado por Ibn Asakîr)
COMENTARIOS
Hay quienes consideran el "éxito" en sus asuntos como la prueba de que Allâh les tiene en consideración con respecto a otros. Estos, nunca consideran que el éxito en los asuntos mundanales es una de las mayores pruebas puestas por Allâh para examinar su humildad y agradecimiento. O quizás, un avance de la recompensa en la otra vida, el cual le será sustraido en la otra. Incluso, los hay quienes gozan en este mundo y en el otro sufrirán
Por eso los profetas - sobre todos la paz - atravesaron aquellas dificultades de todos conocidas:
El fuego de Ibrahim; la prisión de Yusuf; la pena de Yaqub; el destierro de Musa; la persecución de Jesús y la oposición de Quraysh hacia Muhammad; por poner solamente algunos ejemplos.
Todo ese sufrimiento tiene como finalidad el pulir el espejo del corazón de la capa de óxido que nos impide recibir las luces divinas.
Por otra parte, el erudito quien establece unas reglas que luego no se encarga de cumplir él mismo comete una gran injusticia hacia si mismo y hacia los demás, quienes tienden a tomarle como ejemplo de lo que ellos debieran ser o hacer. Por eso, es mejor que nadie hable de lo que no hace y de lo que no conoce. Y si ha acumulado sabiduría y no es capaz de ponerla en práctica es mejor no comunicarla hasta que no la practique.