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sábado, 28 de enero de 2012

Los libros son las cenizas del conocimiento

Bismi-l-Lahi-r-Rahmani-r-Rahim

Allahumma salli ‘ala sayyidina Muhammadin ‘abdika wa rasulika nabiyyi-l-‘umiyyi wa ‘ala ‘alihi wa sahbihi wa sallim taslima


Una de tantas tardes de mudaqara, entre el ‘Asr y el Magreb. Tetuán, en la montaña y enfrente, el mar Mediterráneo, a lo lejos. Un escenario abierto e ideal para la reflexión.
El que aquí suscribe, en su juventud, fue muy amante de los libros. Antes de hacer la shahada, a los 22 años, había leído a Shakespeare, Tolstoi, Quevedo, Platón, Aristóteles, Réné Guenon, sobre hinduismo, budismo, la Biblia, los Evangelios y muchos etcéteras más. Una vez hecha la shahada, he leído en algunas ocasiones casi todos lo hadices, y por supuesto, el Qur’an. Así mismo la Muwatta del Imam Malik, algunas risalas y numerosas obras de los más importantes maestros del tasawwuf. No en vano me dijo mi chayj que todo cuanto había leído me había dirigido al Islam y a la tariqa. Nunca he conocido el Islam sin la tariqa y nunca ha habido una época en mi trayectoria de musulmán en la cual haya dejado de ser faqir.

Ahora bien el mudakara de aquel día terminó con la siguiente conclusión expresada verbalmente por mi maestro: “Los libros son las cenizas del conocimiento”.

En toda evidencia se estaba refiriendo a todos los libros, exceptuados el Qur’an y los Hadices.

En una civilización como la nuestra, de raíces lógico-racionalistas, el libro es un objeto de veneración. Podemos comprender dicha veneración desde el momento en el cual en dicha obra se encuentre la expresión escrita de una verdad esencial, pero la veneración va mucho más allá de todo cuanto es aceptable y conveniente.

Muchos de los convertidos al Islam no han sabido desembarazarse de este amor desmedido a este objeto fabricado con papel y cartón llamado libro y debido a ello no le han sabido dejar en la biblioteca cuando ya no era necesario.

Los libros, los vídeos, los DVD se han convertido en los ‘ulamas de la Umma. La transmisión oral brilla por su ausencia, tanto, que hemos llegado a una situación tan límite que podríamos calificarla de “virtual”. El Islam virtual intentando imponerse al real. Extrañas situaciones nos muestra la “modernidad” amigos míos.

La transmisión de la ciencia se hace a través del contacto directo. El maestro, ya sea de la ciencia del exterior o ‘Ilm o de la ciencia del interior o ‘Ihsan (sufismo) es el único capacitado para transmitir el conocimiento. En dicho contacto, la pregunta obtiene respuesta con presteza, y la respuesta viene adaptada a aquél quien pregunta. Dice el hadiz:

Hablad a cada uno según su capacidad de comprensión.

Es evidente que un libro no puede hablar según la capacidad del lector ni darnos consejos adaptados a nuestro caso y situación como lo hace un maestro.

El buen consejo es el cerebro de la ’Ibada (adoración).

Cuenta el shayj al-Alawi en su autobiografía, como cuando comenzó a recibir las luces divinas en su corazón, ello era tan fuerte que no lo podía soportar. Habiéndoselo comunicado a su shayj (Al Buzidi), éste le dijo: “Escribe lo que ves, así la intensidad de las luces se te hará soportable”. El resultado fue una obra escrita en la cual se describen los habitantes de los siete cielos.

Y aquí voy a hacer un inciso pues alguno se preguntará porque hablo de luces y no de intuiciones u otra cosa. Es en virtud de las palabras siguientes del Qur’an:

Allah es la luz de los cielos y de la tierra.

Continuemos pues con el asunto el cual nos ha animado a escribir. Dice el hadiz qudsi:

Ni los cielos ni la tierra son capaces de contenerme, pero el corazón del mu’min es capaz de contenerme.

Es así pues que el corazón del shayj al-Alawi contenía a Allah en la medida en la que El lo expresa en el hadiz. Sin embargo, el libro que escribió, no es sino un reflejo de aquella ciencia la cual residía en su corazón, y de la cual solamente sus cenizas se encontraban en el libro.

He utilizado esta historia pues ella es muy ilustrativa de lo que estamos escribiendo aquí.

Comprendemos la importancia que los libros de Shari’a tienen para su correcto seguimiento, e incluso, no solamente animamos, sino que instamos vivamente a leerlos, aunque en estos tiempos con respecto a la Shari’a se escribe muy poca cosa que no sean barbaridades de todo tipo. Instamos y recomendamos a leer las obras antiguas de los autores de los cuatro madhabs para seguir correctamente la Shari’a. Ahora bien, nunca serán estos libros tan valiosos como las palabras del ‘alim vivo, si es verdadero (y cuán difícil es ello en nuestros tiempos), quien aplica con su hikma los principios expresados por sus predecesores a los tiempos y las circunstancias personales de los oyentes. Ahora bien, los libros nunca pueden ser utilizados como criterios únicos para establecer normas sociales o de grupo, obviando al ser humano, pues es este último el único que puede establecer criterios sobre dichos temas, siempre que posea un conocimiento verídico y certero. Por ello dice el hadiz:

Maldita será la comunidad que no tenga un jefe

Ahora bien. En la comunidad del conocimiento, el jefe al cual se refiere el hadiz es aquél en cuyo corazón se reflejan las luces de Allah, y en un caso óptimo, aquél cuyo corazón contenga a Allah.

 Pues son ellos los julafa de Allah en la tierra y los solos capaces de guiar a la Umma con Su permiso. Si alguien intenta aprovechar la situación para ocupar su lugar, el servicio dado a la Umma es nefasto. ¿Por qué pensáis que los verdaderos maestros se encuentran callados y no son conocidos? Uno de los motivos principales es que nadie quiere dejarles el paso libre. Todo el mundo quiere saber o decir que sabe y cuando encuentran una oportunidad ahí están para ocupar el puesto sin preocuparse de saber si ello le corresponde a él o a otro. Es la teoría norteamericana de la libre competencia aplicada al Islam.

En cuanto al Iman y el Ihsan la diferencia entre el libro y el conocimiento es abismal. Y de este asunto es del cual hemos puesto el ejemplo explicado más arriba.

A fin de ilustrar la imperiosidad de seguir a un maestro, tanto en el dominio de la Shari’a como del tasawwuf, digamos unas palabras que al efecto pronunció el sufí y ‘alim chayj Darqawi:

Quien no tiene maestro tiene como maestro al chaytán

Y otra palabra más del mismo chayj:

Quien muere sin conocer al hombre de su tiempo muere de una muerte detestada por al Enviado.

Podemos decir, que al principio del camino el libro es un amigo fiel, a la mitad del camino un buen vecino y al final un conocido al cual se saluda de vez en cuando.

Pero el hombre de Allah es el criterio y el guía de la Umma.

Salam


domingo, 22 de enero de 2012

Arrepentimiento y maqam

Siervo de Allah: Mira en ti mismo cual es el sentimiento que prevalece en el momento en el cual te arrepientes de un pecado o de una inconveniencia.

Si el sentimiento que prevalece en tu corazón es el temor a Allah porque El puede castigarte, entonces tu maqam es el maqam del Islam.

Si lo que prevalece en ti es el miedo a desandar lo andado y volver a una situación peor en la que te encontrabas antes de cometer dicho acto, entonces tu maqam es el maqam del Iman.

Pero si aquello que prevalece es la vergüenza de haber sido visto por Allah, de haber faltado a Su confianza y de ser indigno de estar en Su presencia, entonces, prosternarte, pide perdón confiando en obtenerlo, mira la fuente del deseo que te ha hecho equivocarte, erradica la fuente misma, pues estás en el maqam del Ihsan, lo sepas o no.



¿Te ha llegado el caso de los litigantes, cuando escalaron hasta lo más alto del templo? Y se presentaron ante Dawud, quien sintió miedo de ellos, entonces dijeron: No temas, somos dos litigantes.

Uno de nosotros ha abusado del otro, así que juzga entre nosotros con la verdad, sin inclinarse por ninguno, y guíanos al camino medio.

Este es mi hermano, él tiene noventa y nuevo ovejas y yo sólo tengo una. El me dijo: Déjala a mi cuidado y luego ha podido más que yo con sus argumentos.

Dijo: El ha sido injusto contigo al pedirte tu oveja para juntarla a las suyas, realmente muchos de los que se asocian con otros comenten abusos, pero no así los que creen y practican las obras de bien.

Sin embargo, estos son pocos.

Y entonces Dawud se dio cuenta de que le habíamos puesto a prueba y pidió perdón a su Señor, cayó prostrado y se arrepintió.

Le perdonamos aquello y es cierto que goza de proximidad ante Nos y de un hermoso lugar de destino. (38-20,21,22,23,24)

sábado, 21 de enero de 2012

La Du'a, Mahabba, cerebro y corazón

Bismi-l-Lahi-r-Rahmani-r-Rahim

Allahumma salli ‘ala sayyidina Muhammadin ‘abdika wa rasulika nabiyyi-l-‘umiyyi wa ‘ala ‘alihi wa sahbihi wa sallim taslima


Dijo Rasul – sobre él la plegaria y la paz - :

“La petición (du’a) es el cerebro de la adoración (‘ibada)”

Si algo caracteriza al cerebro es su capacidad para ordenar y analizar los asuntos. Su función en el Din consiste pues, en comprender de una forma ordenada, toda la información provista por el estudio del Qur’an y los hadices. Es el cerebro pues aquel por el cual se ha establecido la práctica de la Chari’a en cuatro madhabs. A través de él, se sabe distinguir entre lo permitido y lo prohibido. Gracias a él podremos trabajar, dirigir nuestros asuntos en la vida de la Dunya. En dos palabras: el cerebro nos ayuda a ordenar nuestra vida y nuestro Din, así como a comprender algunos aspectos, no todos, de éste.

Sin embargo, al igual que en el cuerpo humano ningún órgano podría funcionar sin el movimiento del corazón, en el Din, nada podría ser ordenado, comprendido o seguido, si el corazón no bombeara al cerebro las percepciones, sutilezas, sentimientos y convicciones que éste no podría experimentar por sí mismo. Las percepciones del corazón llegan al cerebro, aunque hay que decir que no todas. Aquellas las cuales  le son transmitidas, le llegan en forma de imágenes, conceptos o formas, pues su capacidad para comprender se encuentra limitada al mundo sensible, así como a algunos aspectos externos de los procesos psicológicos. Pero el cerebro no es capaz de amar, ello es terreno privado del corazón. Es por ello por lo cual podemos decir sin temor a equivocarnos que el siguiente hadiz se puede aplicar asimismo a la globalidad del Din:

Todas las cosas tienen un corazón, y el corazón del Qur’an es la surat Ya Sin. Aquel quien recite una sola vez la surat Ya Sin recibirá la misma recompensa que la que recibiría por leer 100 veces el Qur’an (Tirmidi).

Así pues, el corazón del Din es la Mahabba li-l-Lah. Es este amor el motor de la ‘ibada. Si no se hace ‘ibada por amor a Allah, esta nunca podrá llegar a ser sincera y por lo tanto completa. Esta Mahabba es el amor a Allah, pasa por el amor a Rasul –sobre él la plegaria y la paz - , y llega a toda la Umma.

Cuando dicho amor llega a la Umma y desciende al nivel de la Chari’a es entonces cuando el cerebro se entremezcla con él. Es por ello que una parte del amor de Allah pasa por detestar todo aquello que El nos ha prohibido, así como por detestar a quien El detesta. Pongamos un ejemplo de esto:

En una ocasión Allah habló a Musa – sobre él la paz - , diciéndole que estaba satisfecho de él salvo en que Musa nunca había detestado a nadie por Allah.

El Qur’an nos pone múltiples ejemplos y deja claro que no se debe amar a todo el mundo.

Allah no ama a los corruptores (5-66) Perdición para todo embustero y malvado (45-6) Allah no ama a los que se exceden (2-189) Ciertamente Allah no ama a los que reniegan  (3-32) Allah no ama a los injustos (3-56) Es cierto que Allah no ama a los engreídos y jactanciosos (4-36) Allah no ama a quien es traidor y malvado (4-106) Realmente El no ama a quien se llena de soberbia (16-22)

He aquí un número más que suficiente de ejemplos y pruebas de que el ala protectora del amor de Allah no se extiende a toda la humanidad.

Asi pues, puesto que Allah no ama a estos tipos de gentes, nosotros tampoco lo debemos hacer. El verdadero amor (Mahabba) procede de Allah, y con él amamos a Su manera, no a la nuestra. Amar a quien Allah no ama, no es amor, es pasión.

Dijo Rasul, que cada uno estará en la otra vida con aquel a quien ama. Por lo tanto, si amamos a los transgresores, a los mentirosos, a los corruptores y a todas aquellas personas a quienes Allah no ama, detesta o maldice, pudiera darse que en el ‘ajira estuviéramos con ellos compartiendo su misma suerte. Sin embargo, si amamos a Allah, a Rasul y a los salihin, aunque no formemos parte de ellos, estad bien seguro que les acompañaremos en la otra vida, así como lo hemos hecho en ésta.

Ahora bien, ¿qué es aquel impulso el cual en ciertas ocasiones nos hace pedir perdón para nuestros enemigos y pedir que Allah guíe un día a los enemigos del Islam?: es la Misericordia (Rahmah).

Muhammad, Nos no te hemos enviado sino como una Misericordia para los mundos.

Dicha Misericordia debemos administrarla siempre siguiendo el noble ejemplo de la corona de los enviados. Perdonaremos, soportaremos, olvidaremos afrentas, pediremos clemencia por nuestros enemigos; pero también destruiremos las mezquitas del mal, combatiremos para defendernos y protegeremos nuestras vidas, bienes, honor y religión, tal y como lo hizo nuestro santo profeta dándonos un ejemplo para todas las generaciones venidas y por venir.

En la siguiente entrada hablaremos de la Du’a: su importancia, así como las condiciones óptimas para que ella sea escuchada por Allah.

La Mahabba

Siervo de Allah: Si El no fuera el Amante, tu no podrías ser amado. Pero si El no fuera el Amado, tu no podrías ser amante. Deja de lado pues la Falsafa (Filosofía) y zambúllete en la Mahabba de una vez por siempre. Quiera Allah que nunca puedas salir de ella.

La educación del nafs

Va tranquilo con tu nafs. Si le intentas quitar un defecto cada día; el primer día lo conseguirás, así como el segundo y el tercero. Pero el cuarto se volverá contra tí, reclamando sus "derechos" legales (halal). Te ganará la batalla con sus argumentos y al final llegará a recuperar el terreno perdido.
Sé pues inteligente: quítale hoy una pertenencia, devuélvesela al día siguiente, vuélvela a tomar, dásela, así hasta que pierda la fuerza de la costumbre de poseerla. Actua así con cada una de sus pertenencias, la debilitarás poco a poco.
Ahora bien, volverá a reclamarte lo perdido, y si un día puede recuperar algo, aunque fuere de una forma efímera, pide perdón a Allah, y no te consideres vencido, pues el orgullo es peor pecado que el transigir una vez al nafs. Continua así, poco a poco, hasta que la debilites tanto que si tienes un maestro avezado en dar muerte al nafs, te ayudará a enviar la tuya al patíbulo, si Allah lo quiere así. Déjala morir y que Allah tenga misericordia de ella.

miércoles, 18 de enero de 2012

Consideraciones sobre el maqam XVI - La wilayya

Bismi-l-Lahi-r-Rahmani-r-Rahim

Allahumma salli ‘ala sayyidina Muhammadin ‘abdika wa rasulika nabiyyi-l-‘umiyyi wa ‘ala ‘alihi wa sahbihi wa sallim taslima


Cuando realizamos el grupo de entradas tituladas “Consideraciones sobre el maqam”, considerando que habíamos terminado de tratar este tema tan amplio, pensamos que íbamos a finalizar dicha serie con la entrada XV. Ahora bien, hace unas horas nos ha llegado al espíritu que tal vez faltaba algo para culminarlas. Efectivamente, durante toda esta mañana, hemos ido dando forma en nuestro corazón la manera en la cual podríamos presentar el contenido que sigue, de tal manera que lo pudiéramos hacer accesible a las personas de todos los niveles en cuanto a estudios islámicos se refiere.

Creo que toda la Umma concede el hecho de que existen ‘awliyya y que éstos son los allegados a Allah, quienes han existido, siglo tras siglo, a lo largo de la historia de nuestra Umma. La única diferencia en cuanto a dicha concesión es de concepto en cuanto al alcance del significado de la palabra “waly”, utilizada por Allah en el Qur’an y presente en algunos hadices de la Sunna del Profeta – sobre él la plegaria y la paz -. Pero nosotros no nos hemos propuesto entrar a explicar o a debatir sobre esta diferencia de concepto, sino a llamar la atención sobre algunos aspectos pertinentes a la sazón del alcance y significado de la palabra “waly” en el sufismo ortodoxo, desde la época del Profeta hasta nuestros días.

En las entradas anteriores explicamos cómo se debía seguir el camino de la proximidad a Allah en una época como esta. En aquel momento confesamos el hecho de que no queríamos entrar en las vivencias de aquellos quienes, próximos a Allah, se encuentran establecidos en el maqam del Tawhid o de la wilayya. Como dijimos, insignes autores sufís han tratado de este tema por diferentes razones. Estas razones las podemos dividir en dos: el informar a los discípulos quienes, aunque ‘awliyya, necesitaban ciertas precisiones útiles afín de avanzar en su maqam; e informar al resto de la Umma sobre la sublime grandeza del estado de la sumisión total (Ubudiyya).

Con respecto a la primera de las razones, se daba la circunstancia de que en aquella época el número de ‘awliyya era importante; asimismo las posibilidades de comunicación eranmucho más limitadas que en la época actual. Se hacía pues necesaria la escritura de dichos tratados a fin de hacerlos publicar para la Umma o llegar a las personas destinadas, siendo algunos de estos shuyuj: Abdul Qadir al-Jilani, al Gazali, Hassan al Basri, Abu-l-Abbas al Mursi, Abu Madiam al Gawz, shayj Darqawi, shayj al Alawi, etc.

Ahora bien, en estos tiempos, oscuros en lo que apenas se conoce a los verdaderos ‘awiliyya, la escritura de dichas publicaciones se ha convertido en intrascendente. Ni que decir tiene, que los medios actuales de comunicación facilitan el contacto de tal manera que no se necesitan explicaciones o tratados escritos al efecto. Esta es la verdadera razón por la cual los verdaderos shuyuj actuales no encuentran de utilidad alguna el escribir sobre el maqam del Tawhid. En cuanto a la otra utilidad: el presentar el maqam del Tawhid al resto de los musulmanes, ello ha estado cumplido con creces por los shuyuj precedentes, hecho este por el cual los shuyuj actuales han considerado innecesario el escribir sobre el mismo sujeto.

Como dijimos, no vamos a tratar aquí de ese asunto. En la presente entrada explicaremos algunos aspectos externos del maqam de la wilayya. Dicho maqam se puede dividir en rangos, dependiendo de las características exteriores de las personas quienes se encuentran establecidos en él.

Todos nosotros hemos oído algo respecto al maydub. Para muchos, el maydub es una especie de loco el cual tiene visiones más o menos certeras, las cuales va diciendo a gritos por las calles. Sin embargo, se trata de algo muy diferente. Al respecto del maydub diremos que existen dos clases totalmente diferentes:

La primera es la de aquél quien en su etapa de aspirante espiritual ha sido raptado de una forma repentina por la Presencia Divina; ello sin que su exterior haya tenido tiempo para proveerse de la fortaleza suficiente a fin de poder soportar la fuerza de dicho acontecimiento sin necesidad de que su mente se tambalee. Dicho maydub no experimenta la menor contención para hablar de todo aquello lo cual es capaz de percibir en el mundo de los significados (‘alam latafa). El estado de dicho maydub es el más débil de la wilayya, pues esta persona nunca podrá llegar a guiar a nadie, ya que sus capacidades con respecto a la comunicación con el mundo exterior han quedado mermadas. Conocimos un maydub así en la zawiyya ‘alawiyya de Mostaganem. Nos encontrábamos en la tumba del shayj al-Alawi; la puerta se encontraba cerrada y las ventanas también, y él apareció sin tener necesidad de abrir ninguna de ellas. De repente, se puso a besarnos en el corazón, diciendo: “Estaba en casa y mi corazón os ha sentido llegar, y he venido lo más rápido que he podido”.

La otra clase de maydub es la de aquél quien obtiene un maqam tan alto en la Presencia de Allah que todo lo sensible no tiene valor alguno para él. Era este el caso de sidi Abderrahman al maydub de Marruecos, quien es uno de los eslabones de la silsila de la tariqa Darqawiyya-Alawiyya. Estos maydub experimentan asimismo un problema de comunicación con el exterior. Sin embargo, en este caso, las causas no hay que ir a buscarlas en su maydubiyya o en un defecto cualquiera que sea de su maqam, sino en la innata debilidad de los aspirantes espirituales quienes experimentan un gran penar en seguir un shayj quien les hace cambiar de sistema tan deprisa como bruscamente, ahora bien, ello sin traspasar los límites de lo posible. Los discípulos de estos maydub tendrán un camino plagado de sufrimientos, pero si son constantes tienen asegurados un éxito extraordinario. A pesar de que no se trata de un ejemplo de estos casos, permitimos hacer llamada aquí a Umar Ibn al Farid, quien tuvo como shayj a un yin salih, el cual le hizo sufrir enormemente para poder alcanzar el maqam; pero ¡qué maqam!: el de Sultán de los Enamorados!.

Una figura la cual casi nunca ha sido tratado es la del ‘waly quien desconoce su estado. Y este desconocimiento puede producirse fundamentalmente por tres razones:

Se trata de una persona cuya vida social es intensa; ya sea porque trabaje normalmente y esté obligado a tratar con las gentes o porque las características de su vida le han obligado a ocupar un cargo público del cual no pueda eximirse por las razones que fuere. Estas personas tienen velado su maqam hasta que finalicen con las actividades que acabamos de relacionar. Esto es debido a que cuando uno se encuentra en el maqam de la wilayya y es capaz de comprender su estado, deja de tal manera las cosas en las Manos de Allah que la gente no podría ni comprender ni soportar su pasividad ante lo que se consideran los aspectos principales de nuestra vida en lo que a la obtención de las ganancias lícitas se refiere.

Otra razón por la cual Allah puede velar el maqam a un ‘waly es producto directo de la debilidad de la persona en cuestión. Por ejemplo, si Allah le revelara su maqam, no tendría contención para guardar los secretos contemplados y los iría contando de acá para allá.

La tercera razón de dicho ocultamiento se encuentra en el hecho de que dicho waly no ha llegado aún al maqam al cual Allah le ha destinado. Dentro de la wilayya existen diferentes grados y un waly puede ir pasando de uno a otro hasta llegar a aquél el cual Allah le ha destinado. Es pues en este momento que Allah le revela su maqam.

El maqam del waly quien conoce su estado es el maqam característico de la mayoría de los shuyuj. En este estadio, el waly posee el conocimiento y la maestría suficientes para poder conducir él mismo al maqam de la wilayya a los discípulos quienes se encuentren cualificados y destinados a él. Dicho waly puede conciliar ambos mundos con mesura y equilibrio, aunque si podemos observar en ellos el típico desapego de los asuntos de la Dunya, el cual llega a exasperar, tanto a sus familiares como a algunos “sabios” de la Chari’a, quienes consideran que esta Dunya merece ser tratada con un poco más de atención.

En la cima de este último maqam se encuentra el maqam del Qutb (el polo del tiempo). Su posición como jalifa de Allah en la tierra, normalmente, no pasa desapercibida para el resto de la Umma. Ahora bien, vivimos en una época en la cual la palabra Umma no contiene la misma realidad que hace cien años. Es por ese motivo que nos encontramos expectantes de la manera en la cual se presentará en este mundo el hombre del siglo el cual indudablemente debe venir. El Qutb del pasado siglo (el chayj al-Alawi) recibió la confirmación de su condición de Qutb de su propio chayj (el chayj al Buzidi) quien hizo que la tariqa darqawiyya se pasase a llamar ‘Alawiyya, pues era ella la que iba a estar en lugar de preeminencia con respecto a las otras, de ahí Alawiyya, palabra la cual proviene de ‘aliyya (elevada).

No sabemos verdaderamente en qué circunstancias ni en qué condiciones aparecerá al hombre del siglo. Si sabemos que en este tiempo hace cerca de cien años que el shayj al-Alawi formó la tariqa.

Sabemos que existen aquellos quienes se quieren hacer pasar por él; debemos decir a este respecto que ningún Qutb del siglo ha ejercido la labor de adivino, prediciendo el porvenir a troche y moche y además errando en sus predicciones. Esto solamente corresponde, por decirlo muy educadamente, a los ignorantes o a los buscadores de notoriedad. Y sobre esto no necesitamos decir nada más.

Salam  

domingo, 8 de enero de 2012

El error guenoniano a la luz del sufismo

Bismi-l-Lahi-r-Rahmani-r-Rahim 

Allahumma salli 'ala sayyidina Muhammadin 'abdika wa rasulika nabiyyi-l-'umiyyi wa 'ala 'alihi wa sahbihi wa sallimu taslima  

Muchos de los europeos quienes nos islamizamos en la década de los 70 y principios de los 80, lo hicimos ayudados de alguna manera por la influencia recibida del musulmán de origen francés Abdul Wahid Yahya (Réné Guénon). Este, había terminado su trayectoria espiritual como faquir sufí en las tierras de Egipto.
Ahora bien, dicha influencia, lejos de haber sido una ayuda inestimable, se volvió para algunos en un dogma de fe. La idea guenoniana consistía en que en todas las religiones existía o había existido, una vía espiritual la cual llevaba al aspirante aventajado, cualificado y capaz, al Tawhid (unidad en Allah).
Siguiendo la teoría guenoniana, los realizados en Allah formaban una especie de élite intelectual de “elegidos”, quienes, de alguna manera, habrían dado muestras de una superioridad sobre el resto de los humanos. A dicha élite se podría acceder a través de no importa que “doctrina tradicional” (siempre según Guénon), si uno estaba suficientemente cualificado para ello. El, proponía el Islam como doctrina a seguir por los europeos, pues éstos debido a su dificultad inherente a la concentración espiritual, no podrían seguir otra vía para la realización espiritual.
Esta es a grandes rasgos la idea guenoniana de la Vía Espiritual. Dicha idea peca de un cierto orgullo intelectual, el cual llevado a su extremo, divide a la humanidad en “calificados” y “no-cualificados”. Orgullo intelectual que contradice las palabras de Allah, las cuales vienen a explicar que el bien que tenemos procede de Allah, mientras que el mal procede de nosotros mismos.
Ahora bien, la idea guenoniana se da de bruces frontalmente con la de todos los gnósticos musulmanes, quienes nunca han reconocido, antes bien al contrario, han negado que en otras religiones existiera una Vía espiritual comparable o equivalente al sufismo. Como consecuencia de esto último, podemos decir sin temor a equivocarnos que la doctrina guenoniana se daba de bruces con el sufismo mismo, y por consecuencia contra la realidad.
No tratamos aquí de juzgar a sidi Abdul Wahid Yahya, sino de poner las cosas en su sitio: en nombre del sufismo, en nombre del Islam, en nombre de la Verdad.
Remitamos a nuestra entrada de hace algunos meses donde demostrábamos que la única religión susceptible de ser seguida desde la llegada del Profeta – sobre él la gracia y la paz – es el Islam:
O en esta otra entrada, donde demostramos que aquel quien no siguiera a Muhammad, no seguía a profeta alguno:

Hemos de decir, en honor a la verdad, que poco se conoce de los años egipcios de Guénon, donde parece ser tuvo un shayj, el cual imaginamos le habría hecho rectificar y ponerse al día de los errores adquiridos en la práctica previa del cristianismo e hinduismo.
El Libro de Allah, fundamentalmente en la surat el-Baqarat, nos muestra el testimonio de Allah de cómo El había favorecido a los Banu Israel por encima de los otros pueblos.
Sin embargo, y a pesar de esto, Musa – sobre él la paz -, israelita como era y además profeta, no tenía el conocimiento del Ilm al Batin (Ciencia del Interior). Al menos, no lo tenía antes de conocer al Jadir.

18-59 Y cuando Musa le dijo a su criado: “No cesaré hasta alcanzar la confluencia de los dos mares o haber andado durante mucho tiempo”
18-60 Y cuando llegaron a la confluencia de los dos mares se olvidaron del pez que tenían y éste tomó su camino hacia el mar como a través de un túnel.
18-61 Y una vez hubieron cruzado dijo al criado: Trae nuestra comida pues a causa del viaje nos hallamos fatigados
18-62 Dijo: “Mira lo que ha pasado: Al guarecernos en la roca me olvidé del pez, solo el Chaytan me hizo olvidarme de él, y éste emprendió su camino hacia el mar prodigiosamente
18-63 Dijo: Eso es lo que estábamos buscando y volvieron sus pasos rastreando.
18-64 Así dieron con uno de Nuestros siervos al que habíamos concedido una ciencia procedente de Nos.
18-65 Musa le dijo: “Puedo seguirte para que me enseñes una guía recta de lo que se te ha enseñado?
18-66 Dijo: Realmente no podrás tener paciencia conmigo.
18-67 Cómo podrías tener paciencia con algo de lo que no puedes comprender lo que esconde?
18-68 Dijo: Si Allah quiere me encontrarás paciente y no te desobedeceré en nada
18-69 Dijo: Si me sigues no me preguntes por nada si yo no te hago mención de ello
18-70 Así partieron hasta que cuando habían subido en una embarcación, le hizo un agujero. Entonces dijo: Lo has hecho para ahogar a los que van en ella?
18-71 Dijo: No te dije que no podrías tener paciencia conmigo
18-72 Dijo: No me tomes en cuenta mi olvido ni me impongas algo difícil
18-73 Y se pusieron a andar hasta que encontraron a un muchacho al que mató, dijo: Has matado a un ser puro sin haber sido a cambio de otro? Realmente has cometido un acto reprobable.
18-74 Dijo: No te dije que no podrías tener paciencia conmigo?
18-75 Dijo: Si en lo sucesivo vuelvo a pedirte explicaciones no dejes que te acompañe más, mis excusas ante ti se han agotado
18-76 Y así partieron hasta que llegaron a la gente de una ciudad a los que pidieron de comer pero ellos se negaron a darles hospitalidad.
Allí encontraron un muro que amenazaba derrumbarse y lo enderezó.
Dijo: Si quisieras podrías pedir un pago por ello.
18-77 Dijo: Esa es la diferencia entre tú y yo. Voy a decirte la interpretación de aquello con lo cual no has tenido paciencia:
18-78 En cuanto a la embarcación, pertenecía a unos pobres que trabajaban en el mar y quise estropearla porque les perseguía un rey que se apropiaba a la fuerza de todas las embarcaciones
18-79 El muchacho tenía padres creyentes y temíamos que les obligara a la rebelión y a la incredulidad
18-80 Y quisimos que su Señor les diera a cambio uno mejor que él, más puro y más propenso a la compasión
18-81 Y en cuanto al muro, era de dos muchachos de la ciudad que eran huérfanos y debajo del mismo había un tesoro que les pertenecía. Su padre había sido de los justos y tu Señor quiso que llegaran a la madurez y pudieran sacar su tesoro como una misericordia de parte de tu Señor; no lo hice por mi cuenta. Esa es la interpretación de aquello con lo cual no tuviste paciencia.

Esta historia, acertadamente puesta como prueba contra todos aquellos quienes niegan y atacan al sufismo, sirve asimismo para hacernos comprender, que, contrariamente a aquello lo cual afirmó Réné Guénon, esta ciencia era muy extraña en aquella época.

Comprenderán a la vista de esto, todos aquellos, quienes como Guénon piensan en una degeneración progresiva de la tradición, que antes al contrario es primeramente con Los Banu Israil, más tarde con el verdadero cristianismo de los 3 primeros siglos y definitivamente, y sobre y ante todo, con la risala del Islam, que la tradición no-humana alcanza su pleno esplendor.

Si hacemos un pequeño análisis del hinduismo, lo primero que nos viene en mente es el contraste del inmisericorde sistema de castas con el misericordioso sistema social islámico. Es imposible que una haqiqa cualquiera hubiera podido estar construida sobre unos cimientos tan errados e impropios de la naturaleza humana. Vimos lo que nuestro profeta hizo con los ídolos en la Ka’aba. Ninguna diferencia entre los ídolos o deidades hindúes y los que Rasul destruyó en Makka. Asi mismo por los ídolos que pueblan las iglesias.

La Baghavad Gita habla del tawhid. Quién nos dice que algunos de sus pasajes no hubieran sido copiados bajo la influencia de la conquista del sultán Mahmud y de la presencia musulmana? No negamos, no obstante, que antes del Islam hubiera habido gente quienes hubieran tenido la ciencia del Jadir; pero nunca plasmada en religión o tradición cualquiera. No olvidemos que el Qur’an manifiesta que Allah eligió al pueblo de Israel entre todos los pueblos, hasta la venida de sayyidina Muhammad (sala-l-Lahu ‘alayhi wa sallam).

Todo esto para aclarar simplemente una cosa:

Los esfuerzos, sin duda loables, realizados por Rene Guenon en la búsqueda de la verdad, probablemente dieron su fruto al final de sus días. Pero entre tanto muchas de sus publicaciones pecaban de erróneas, en el sentido de que en la única religión que ha mostrado un sistema solvente de realización espiritual es el Islam.

jueves, 5 de enero de 2012

La celebración del Mawlid del Profeta - su legitimidad y conveniencia

Bismi-l-Lahi-r-Rahmani-r-Rahim 

Allahumma salli 'ala sayyidina Muhammadin 'abdika wa rasulika nabiyyi-l-'umiyyi wa 'ala 'alihi wa sahbihi wa sallimu taslima 

1-107. Nos no te hemos enviado sino como misericordia para los mundos.

10-58. Di: "¡Que se alegren del favor de Allah y de Su misericordia. Eso es mejor que lo que ellos amasan!"

Rasul, (sala-l-Lahu ‘alayhi wa sallam) dijo: 

“Yo existía, mismo antes de que Adam fuera creado”


Se narró que Abu Qataadah al-Ansaari dijo que se le preguntó al Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones de Allah desciendan sobre él) sobre el ayuno de los días lunes. Él dijo: “Nací ese día, y ese día llegó a mí la Revelación”. Narrado por Muslim, 1162. 

Hemos escrito estas líneas para defender la costumbre ancestral de celebrar el Mawlid de nuestro Santo Profeta Muhammad – sobre él la plegaria y la paz -.

Nuestro amado Profeta Muhammad, nació el lunes 5 de Mayo del año 570 (13 de Rabbi’a-l-‘Awal) y falleció el viernes 8 de Junio del año 632, el día 10 del mismo mes de su nacimiento (año 11 del calendario musulmán). 

No hace falta decir que algunos grupos vituperan a aquellos quienes celebramos el nacimiento del Profeta. No obstante, cuando son preguntados sobre las razones de este comportamiento, sus excusas son harto difusas y poco, muy poco documentadas. Su principal excusa se basa en decir que no se puede hacer nada que el mismo profeta no instituyó.  

Ya explicamos, en una de las recientes entradas, el hadiz del Profeta donde manifestaba que aquel quien introdujera una costumbre loable en la comunidad sería recompensado por ello. 

"Estábamos a media mañana con el Mensajero de Allah- sobre el la plegaria y la paz - cuando vino a él una gente casi desnuda y harapienta, con sus espadas al cuello. La mayoría o todos ellos eran de la tribu de Mudar. El Mensajero de Allah se conmovió profundamente por la pobreza que vio ellos. Entró en su casa y salió para ordenar a Bilal que llamara a la oración. Y después de rezar habló a la gente diciendo: (-¡Oh hombres! Temed a vuestro Señor, que ha creado a todos de un mismo ser, generando a partir de ambos muchos hombres y mujeres. Temed a Allah, Aquel por el que pedís y guardaos de romper los lazos consanguíneos! Y Allah observa lo que hacéis-.)* (Completó el áyat). 

Después recitó otro áyat del final del sura: 'La Reunión': 

(-¡Oh creyentes! Temed a Allah y que cada uno vea lo que aporta para el día del Juicio. 

Qué dé sádaqa el hombre de sus dinares, o de sus dirhams, o de su vestido o trigo o dátiles!)- Hasta decir: (-¡Aunque sea medio dátil!-) 

Y vino un hombre de los auxiliares de Medina con una bolsa pesada llena de dinero que casi no podía con él. Después lo siguió la gente hasta que vi dos montones de comida y ropa. Y entonces vi relucir de alegría el rostro del Mensajero de Allah sws de forma pura y brillante. Pues dijo: -Para quien establece una buena costumbre en el Islam, la recompensa de su acción y de la de quien sigue su ejemplo, sin que disminuya nada la recompensa de los que la siguieron. Y sobre quien establece una mala costumbre en el Islam, cae su falta y la de los que la siguieron sin que disminuya nada la de ellos-." (Lo relató Muslim)


Explicamos asimismo como las bida‘ats hasanats (innovaciones loables) han hecho un gran bien a la Umma de Muhammad: tal es el caso de la recopilación del Qur’an en un libro, hecho este iniciado por Abu Bakr Siddiq y terminado por sayyidina Uzman Ibn Affan. Otra innovación loable fue la instauración de los cuatro madhabs (maliki, hanafi, shafa’i y hanbali). 

Es por ello que nos fue tan fácil el desmontar la excusa presentada por los detractores de la celebración del Mawlid, quienes veían en ello una innovación (bida’a). Nosotros vemos evidentemente en ello una innovación, sí, pero una innovación de carácter loable y extraordinariamente saludable. 

Simplísimo el demostrar por qué motivo el Profeta nunca lo celebró: 

Nuestro amado Rasul era de carácter humilde y noble, y jamás hubiera pedido o recomendado celebrar su nacimiento. Todos sabemos, sea por experiencia propia o ajena, que la celebración de un aniversario es un enaltecimiento de la personalidad; por ese motivo dicha celebración, de origen pagano no ha entrado ni debe entrar en nuestra sunna. Nada que enaltezca o pueda enaltecer el orgullo de un musulmán, puede ser tomado como costumbre. 

Sin embargo, aquí, en la celebración del Mawlid, estamos celebrando la venida de la Rahma de Allah al mundo; además Rasul no se encuentra entre nosotros. Ni siquiera le hemos conocido, como fue el caso de los sahaba. Estos, nunca celebraron el Mawlid pues habían vivido con Rasul. Es por ese motivo que la celebración del Mawlid comenzó después del fallecimiento de los sahaba. 

1-107. Nos no te hemos enviado sino como misericordia para los mundos.

10-58. Di: "¡Que se alegren del favor de Allah y de Su misericordia. Eso es mejor que lo que ellos amasan!"
 

El hadiz, mediante el cual el Profeta explica la conveniencia de ayunar el lunes porqué una de las razones es la de que él nació ese día, implica la bendición inherente al día de su nacimiento. 

¡No llegamos a comprender de qué manera más clara algunos quisieran que el Profeta hubiera explicado la importancia de ese día! A mi modesto entender, está muy claramente explicado en este hadiz que el día en el cual nació el Profeta es de una gran importancia. Es posible que algunos hubieran querido que Rasul dijera: “celebrad el día de mi nacimiento, no es haram”. Sin embargo, nuestro Profeta era un hombre de una gran inteligencia y de una discreción enorme cuando se trataba de hablar de sí mismo y nuca se hubiera enaltecido recomendando el celebrar el Mawlid. Esto último hermanos es nuestra responsabilidad: la de aquellos quienes amamos a Rasul por encima de nuestras familias y nuestros próximos. 

¿De qué manera, como indica el versículo citado arriba, nos podemos a alegrar del favor de Allah y Su Misericordia? : Pues hermanos, permitidme deciros, que no podemos poner otros límites a la expresión de dicha alegría que aquellos los cuales haya dispuesto la Chari’a para las celebraciones. 

Si bien consideramos que la manera óptima de celebrar el Mawlid es reunirse en las mezquitas o zawiyas para recitar el Qur’an y/o plegarias sobre el Profeta, o cualquier otra expresión de amor a Rasul y loanzas a Allah, no tenemos derecho a criticar cualquier otra expresión, la cual, proveniente del amor sincero de las gentes al Profeta se produzca, tanto en las calles como en el interior de los hogares.  

Sí aconsejamos, de parte de la tariqa ‘alawiyya el realizar una sadaqa importante a la ocasión del Mawlid, así como una velada de dikre y recitación del Qur’an, en la cual puede estar incluida una comida en comunidad. Podemos asegurar, por la experiencia vivida que esta celebración es una fuente de gran beneficio, tanto personal como para la comunidad. 

Así pues, os aconsejamos a todos/as el prepararos para dicho día, el celebrarlo en comunidad y el darle toda la importancia la cual se merece, pues es el nacimiento de nuestro querido Profeta el cual vamos a recordar. 

A-d-dinu nasiha  - La religión es el buen consejo  

Nos alegramos de nuestro Profeta en el día del Mawlid con una santa alegría, la cual sin duda nos otorgará multitud de bendiciones y recompensas de la parte de Allah.



Salam