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sábado, 6 de septiembre de 2014

Conocimiento

CONOCIMIENTO

Sabiendo que es un asunto el cual necesita de más explicación y de mucha más tinta, quisiera decir que muchas ayats del Qur'an hablan del conocimiento y de la inmensidad de éste. Un ejemplo es este versículo:

"Di: Si el mar fuera tinta para las palabras de mi Señor, se agotaría antes de que las palabras de mi Señor se acabaran, incluso si trajéramos otro tanto". (Corán 18-104)

Y ¿por qué no? el Ayat a-n-Nur (versículo de la luz) del que ya publicamos un tafsir completamente actual. He aqui dicho tafsir

http://alandalusunasolaumma.blogspot.com/2013/10/tafsir-del-versiculo-de-la-luz-ayat-n.html

Ese conocimiento no se puede extraer de las propias conclusiones y/o consideraciones, sino que acceder a él nos exige una serie de requisitos, para algunos imposible de cumplir, para otros muy difícil el aunarlos en su persona. Y es dicha exigencia la que provoca que como dice el Libro de Allâh "muy pocos recapacitan".

Precisamente, porque cuando alguien intenta comprender por sí mismo lo hace a través de su propia nafs, donde habitan sin duda las sugerencias del Chaytan.
El primer requisito es el Taqwa (temor de Allâh) y el Sidq (Sinceridad), pero el asunto no se queda aquí, esto es solo el principio. Sí podemos decir, no obstante, que sin Taqwa ni Sidq no se puede avanzar ni obtener conocimiento. El como la propia nafs interpreta a su manera lo demuestran las palabras que Allâh pone en labios de todo un Profeta (sayyidina Yussuf-'alayhi-s-salam):

"Y yo no digo que mi alma sea inocente pues es cierto que el alma ordena insistentemente el mal, excepto cuando mi Señor tiene misericordia. Es verdad que mi Señor es Perdonador y Misericordioso" (Coran 12-53)

Luego, si el alma tiende al mal y nuestra capacidad de deducción no sabe distinguir entre la percepción pura, la que nos viene mezclada y la que viene de nuestro ego, cualquier aventura para interpretar el Libro de Allâh con nuestro propio pensamiento no representa otra cosa que el Yo (Ego) intentando comprender lo Universal, lo Trascendente. Es por ello que el Libro de Allâh dice que perseguir la interpretación de las ayats equívocas es fuente de ignominia y extravío.

¿Qué significa esto? ¿qué no podremos comprender en circunstancia alguna el Libro de Allâh? En absoluto hemos querido decir esto.

Hemos dicho que el Libro de Allâh no puede ser "interpretado" pero si "comprendido". Interpretar es sinónimo de "elucubrar" y conocer es sinónimo de "ver" de "saber".

Para llegar a este estadio de conocimiento, el cual no puede ser emprendido por nuestro ego, es necesaria la purificación. Con respecto a esto dice el Libro de Allâh:

...que es una recitación noble en un Libro oculto que no tocan sino los purificados" (56; 80-81-82)

Aquí el Libro oculto ocupa la misma función que las ayats equívocas. En cuanto a la purificación mencionada en estas ayats, es evidente que no se trata de la ablución ('wudu), sino del haberse deshecho del ego y el haber muerto antes de la muerte. Luego, solamente los purificados pueden "tocar el Libro oculto".

Entonces ¿cuál es el camino y la metodología para adquirir dicha purificación?

La respuesta es: "La práctica del Ihsan dentro del Islam, también llamada sufismo".

Efectivamente, el sufismo ha sido, desde la época del profeta - 'alayhi-s-salatu wa-s-salam- el solo camino para practicar el Ihsan. Camino este establecido por el propio Profeta, en el cual sus sucesores espirituales educan y enseñan a los aspirantes con el fin de que se liberen de las trabas que nublan el conocimiento mediante la liberación del propio ego al extinguirse en Allâh. No hay otro camino ¿para qué? si con este ya basta, y con creces.

Es debido a este conocimiento oculto en el ser humano que los ángeles se prosternaron ante Adam - 'alayhi-s-salam - y es en virtud de él que Allâh ha establecido a sus julafa' (los salihin - los mutahharun) en la tierra. Pero el Iblis que cada uno lleva dentro de sí no se quiere prosternar, pues se siente mejor que él. Y esta prosternación fue ante y sobretodo dirigida a Muhammad - 'alayhi-s-salatu wa-s-salam - pues es él la profecía misma, la santidad misma, la purificación misma en todo su esplendor, ya que él mismo es la matriz de todo ello.

Es este precisamente el motivo por el cual algunos, pobres diablos, pretenden comprender el Qur'an con su propio ego, porque el ego es Iblis. E Iblis ha jurado hacer todo lo posible para extraviarlos, y a fe que en algunos lo está consiguiendo o lo ha conseguido ya.

Dichos purificados (salihin o mutahharun) son los únicos cualificados para guiar a los aspirantes al conocimiento en el camino de la extinción o muerte del propio ego a través de un método que el mismísimo Profeta estableció y que ha pasado de un eslabón a otro en una cadena ininterrumpida de transmisores. Dicho método, por la experiencia acumulada a través de los siglos y por la propia, podemos decir que es completamente operativo, singular y extraordinario. Pero dejemos eso aparte para quien lo siga o desee seguirlo...

Y para ello hace falta un jalifa, símil de aquel ante quienes los ángeles se prosternaron, es decir, un maestro, un representante legítimo y verdadero de Allâh en la tierra; un purificado que enseña a los otros como purificarse, ya que la Sunna nos muestra, a través del Profeta, como la transmisión del conocimiento se hace de hombre a hombre; sino tal vez Allâh nos hubiera enviado a un ángel como profeta.

Es en razón de esto que Mawlay Ibn Al Arabi A-d-Darqawi - que Allâh esté satisfecho de él - gran 'alim y reputado sufi dijo:

"Quien no tiene maestro, tiene como maestro al Chaytan"

Es decir, quien no tiene un maestro purificado y conociente ('arif) tiene como maestro a su propio Iblis quien refusa prosternarse ante Adam.

Si hay preguntas sobre esto, con mucho gusto me encuentro a vuestra disposición.

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