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lunes, 9 de junio de 2014

Causas de la degeneración del estado de las tariqats sufis

Bismi-l-Lâhi-r-Rahmâni-r-Rahîm (En el Nombre de Allâh, el Todo Misericordioso, el que manifiesta Su Misericordia)

Allâhumma ṣallî ˤalâ sayyidinâ Muḥammadin ˤabdika wa rasulika nabiyyi-l-‘umiyyi wa ˤalâ ˤalihi wa ṣaḥabihi wa sallimu taslima.

(Oh Allâh haz la plegaria sobre nuestro señor Muhammad, Tu siervo, Tu enviado, el profeta iletrado y sobre su familia y compañeros, así como la paz perfecta)

En numerosísimas ocasiones hemos expresado el hecho de que la práctica del sufismo verdadero se ha retrotraído en pequeños grupos o élites donde se siembra, germina, crece y desarrolla la semilla del verdadero conocimiento de Allâh, llamado ma’rifa.

Sin embargo, hasta ahora, nunca habíamos analizado en detalle el proceso por el cual la verdadera transmisión espiritual, procedente de nuestro Profeta – sobre él la plegaria y la paz -, transmitida en cadena ininterrumpida por los hombres del conocimiento, ha desaparecido prácticamente del ámbito público de aquellas tariqas que cuentan con numerosos miembros ;  antes bien, ella ha trascendiendo al ámbito privado, y casi familiar, donde pequeños grupos, procedentes sin duda de esas mismas tariqas,han quedado desgajados de su rama visible (casi siempre ilegítima), conservando en silencio la semilla de la verdad en su estado más puro y completo.

En este fenómeno han intervenido factores externos e internos. Y dichos factores son fáciles de localizar cuando se posee un mínimo de experiencia en el ámbito del sufismo, a la vez que un espíritu de observación sincero. No obstante, reconocemos que dicha constatación resulta mucho más difícil de realizarse para aquellos quienes se han adherido al sufismo de una forma superficial, siguiendo los cantos de sirena de las promesas poéticas y futiles las cuales prometen un fácil acceso a la realización espiritual, la cual al final nunca llegará.
Porque intensidad y sinceridad van de la mano en el camino de Allâh, de tal manera que la falta de interés o de intensidad revela una falta de compromiso sincero por parte del aspirante. Más aún : sin sinceridad es absolutamente imposible llegar a aprender un solo ápice del verdadero sufismo, el cual está basado en el sometimiento activo a la Voluntad de Allâh, la búsqueda resuelta de la Verdad y el reconocimiento de las carencias personales.

SUFISMO TEORICO Y SUFISMO PRACTICO

El Sufismo como teoría es la base doctrinal en la cual se encuentra anclado. Dicha base doctrinal define el objetivo, así como los medios para llegar a él. Ella constituye en si misma una fuente de sabiduría, habida cuenta que se encuentra firmemente enraizada en el Libro de Allâh – exaltado sea – y la Sunna de sayyidina Muhammad – sobre él la plegaria y la paz -.

Sin embargo, este nivel de conocimientos no pide de nadie un esfuerzo especializado ni una disposición determinada del interior de la persona. No pide tampoco ni la sinceridad, ni la determinación, ni la bondad, ni el buen carácter ; ese conocimiento solicita únicamente el esfuerzo de algún tiempo de estudio. Es por ello, que en él mismo, no constituye un grado de orden especialmente elevado, aunque si sea imprescindible como primerísima etapa necesaria del caminar del aspirante.

Algunos oportunistas « iluminados » como los perennialistas del corte de Schuon, Lings, Corbin, Burtkard, y otros autodenominados « intelectuales del sufismo » aprovecharon la coyuntura del total desconocimiento que asolaba Europa, no solamente en el dominio del sufismo, sino en el del Islam, para presentar unas teorías, tan originales por lo nuevas, como manipulables por lo desconocidas para el ciudadano intelectual europeo.

El ser pionero en cualquier asunto ya constituye una ventaja ; si además se posee una cátedra universitaria, la posibilidad de editar publicaciones se acrecienta por mil. Y no solamente eso, sino la fama que precederá a las personas quienes hayan sido las primeras en presentar el « producto ». No es necesario esplicar el contenido de las leyes del « Canon » y de la « Propiedad intelectual » en este como en otros ámbitos.

Si además, dichas teorías la hacemos más aceptables, deformándolas hasta el punto de adulterarlas para hacerlas congeniables con las teorías de moda en los círculos intelectuales al uso en la sociedad occidental, entonces la fama y el dinero caerán cual mana del cielo para estos comerciantes del « conocimiento ».

En este orden de cosas se llegaron a constituir falsas tariqats las cuales tomaron como cuna Egipto, país que durante la época de la dominación inglesa llegó a crear una oficina a fin de dar de alta las nuevas y falsas tariqats nacidas de esa mezcla explosiva, entre sufismo teórico y el perennialismo masón. Un claro ejemplo de este desorden lo ilustra la utilización fraudulenta de dicha oficina por Salama Redi y René Guenon a fin de dar de alta una nueva tariqa aparentemente bifurcada de la Shadilita, la cual en ese tiempo gozaba de una buena implantación en el país.

Más recientemente, y en el orden del ámbito de la utilización fraudulenta del sufismo teórico tenemos el caso del actor escocés Ian Dallas quien llegó a formar una falsa tariqa llamada Morabitum, falsamente anclada en la tariqa Habibiya de Marruecos. Con esta falsa filiación el actor ha llegado a manejar grandes sumas de dinero procedentes de las aportaciones de los países islámicos, quienes en su día apostaron por el incipiento renacer musulmán de al Andalus. Dinero, en teoría del habus (propiedad de la Umma Islámica) el cual ha servido y sirve para alimentar a los componentes de su secta y seguir soportando la falsedad en la cual se encuentra anclada.

El caso de otras falsas tariqats, las cuales mencionaremos más adelante en el texto, pertenece más bien al desorden funcional y metodológico que al simplemente teórico como es el caso de las que acabamos de mencionar.

CIRCUNSTANCIAS EXTERNAS

El principal desencadenante externo de la desmembración del sufismo fue la ruptura del califato. Ataturk, masón, presidente de la Turkía postcalifal se concentró en atacar a las tariqats sufíes que poblaban su país. Turkía se encontraba especialmente vinculada a la Tariqa Naqsbandiyya. La prohibición de la práctica del sufismo y la persecución sistemática de sus adeptos debilitó dicha tariqa hasta un punto en el cual su renacimiento posterior se ha visto claramente afectado. Los maestros verdaderos y cualificados del sufismo fallecieron dando lugar a un intento de rescate de la tariqa a base de mantener su forma estructural, olvidando el fondo, al cual, al fin y al cabo, no es otro que la transmisión del conocimiento espiritual, claramente ausente en el seno de la estructura física de dicha tariqa en la actualidad.

El discurso de los grandes maestros ha quedado, sus palabras también, pero la ma’rifa ha desaparecido, quedando a la cabeza de dicha tariqa maestros no cualificados en el orden estrictamente espiritual, si bien hay que reconocer que a nivel de la Chari’a nada ha sido adulterado. Aún a pesar de esto, al ser cualquier  tariqa específicamente concebida para el desarrollo espiritual, la posibilidad de caminar en el conocimiento de Allâh ha quedado anulada por la falta de un maestro cualificado el efecto.

Para suplir dicha carencia, tariqats como la Naqsbandiyya han tratado de caminar sobre la senda del restablecimiento de la Aquida Islámica tradicional, lo cual es loable como emprendimiento, aunque hay que decir que en honor a la verdad ha sido descuidada la finalidad de la tariqa, que es la de enseñar la ciencia del interior (Ilmu-l-Batin) por la sencilla razón, repetimos, de la falta de una o varias personas capaces de transmitirla. Y en ese sentido si consideramos negativa la actitud de sus autoproclamados chuyuj, queriendo, a toda costa, hacernos ver que están capacitados para enseñar la ma’rifa, cuando en realidad se trata de un grupo de reconstrucción de la Aquida y el Ilm islámicos.

Hubiera sido mejor reconocer la verdad a la espera del posible advenimiento de un maestro capaz, aunque todo parece indicar el aprovechamiento de una oportunidad innegable de ganar puesto y fama, cuando no dinero, balanceándose cómodamente en las ayudas gubernamentales, ayudas estas que fluyen de las arcas del estado para mantener en vigor la acción del plan masón de deformación sistemática del Islam, aprovechando para ello el hambre y la ambición de sus destinatarios.  

En el mismo orden de cosas, no es menos cierto que antes que en Turkía los sufis fueron perseguidos en Arabia Saudita por Muhammad Ibn Abdel Wahhab y sus esbirros, así como por sus muy ricos y prepotentes seguidores. Ellos inventaron una nueva doctrina poniendo como excusa que las costumbres islámicas deberían ser reformadas en el país, cuando en realidad ellos buscaban vender tanto el Islam como el país a la masonería y al poder económico occidental UK-USA respectivamente.

Dice el hadiz :

« Lo que más ama el chaytan es mezclar la mentira con la verdad »

CAUSAS INTERNAS

Cuando hablamos de factores internos, nos estamos refiriendo al hecho de que las causas de la degeneración de algunas tariqats, de hecho de la mayoría de ellas, proceden de su propio seno.

En este sentido debemos destacar dos causas principales :

A / La muerte de un maestro legítimo sin dejar heredero espiritual alguno cualificado para enseñar el Ilm al Batin (ma’rifa).

B / La codicia de adeptos que de una manera u otra han accedido al control económico de la tariqa, eligiendo a la muerte del maestro precedente, otra persona no cualificada, quien les sirva para salvaguardar y acrecentar sus intereses materiales. El verdadero maestro ha sido echado a un lado, y habida cuenta que el compromiso de éste es directo con Allâh y no con las personas con las cuales comparte institución, dicho maestro sale del ámbito del grupo y se establece aparte con sus auténticos discípulos, si los hubiere.

En este caso, si existe un maestro verdadero, aunque de hecho no es reconocido por la mayoría de los adeptos.

El primer caso es propio de tariqats como la Qadiriyya, la Butchichiyya, la rama magrebi de la Tiyyaniyya, la Harraquiyya, la Isawiyya y algunas otras menos importantes en número de adeptos.

Dichos grupos intentan impresionar a propios y extraños con reuniones multitudinarias, sesiones de dikre donde el número de participantes es el fin perseguido. Algunos llegan a caminar por las calles de las ciudades llamando la atención con sus panderetas, trompetas y tambores, rebajando así el sagrado nombre del tasawuf a la altura de los titiriteros que van de una ciudad a otra divirtiendo a sus gentes. Yendo más lejos, a veces, optan por el desafío político haciendo lo posible por introducir en su seno gentes directamente relacionadas con el poder, covirtiendo así lo que debería ser un grupo de personas quienes se reunen para alabar a Allâh y conocerle, en un holding económico de altos vuelos y no menos altos « ideales ».

Otra forma de degeneración de dichas tariqats es la creación de grupos de corte satánico aprovechando la confusión existente en la tariqa madre. A este respecto pondremos solamente dos ejemplos salidos ambos de la Naqsbandiyya :

La Haqqani de Nazim Kuprusi y la Naqsbandiyya de Idriesh Sha y Umar Ali Sha.

Otra consecuencia ha sido la creación de nuevas y fraudulentas tariqats como la Ba-Alawi y la Karkariyya, en las cuales, ya sea un grupo de amigos se han reunido para formar una original institución « plena de colorido y glamur » como es el caso de la Karkariyya, ya sea un grupo de ‘ulamas se han reunido para formar una « tariqa » olvidándose de lo esencial, que es la transmisión del conocimiento espiritual, el cual sin duda les falta, intentando suplir dicha carencia con el manejo más o menos hábil de los bastones, las barbas coloreadas con henna y los turbantes, dando una nota de colorido para atraer así a los incautos y a aquellos quienes se dejan llevar por el relumbrón. Ese es el caso de la Ba-Alawi

En el segundo caso (B) tenemos la Tariqa Alawiyya y seguramente otras, de las cuales no tenemos derecho a hablar, sea por pudor, sea por un defecto de conocimiento absoluto de sus circunstancias.

En dicha tariqa existe un chayj cualificado, habida cuenta de que su fundador el chayj Al-Alawi manifestó que su tariqa quedaría indemne hasta el final de los tiempos.

Otro factor al cual no hemos aludido es la dejadez de los aspirantes quienes han abandonado todo espíritu de lucha contra su propia nafs por la comodidad de lo fácil. En estos tiempos casi nadie se pregunta por cual es la Voluntad de Allâh antes de realizar un acto o dirigir su vida, en absoluto. Casi nadie siente la necesidad de aprender, porque se cree sabedor de todo. La primera consideración de la casi totalidad de la humanidad, incluidos los musulmanes es la propia voluntad y el recibir antes de dar. El aspirante medio se ha olvidado de que es un siervo de Allâh que debe someter su nafs al Creador y no al Creador a los caprichos de su nafs. Se quiere recibir sin esfuerzo, se odia el sufrimiento inherente a la lucha contra uno mismo. Todos quieren llegar rápidamente, con el menor esfuerzo posible, cuando no algunos ignorantes juegan a ser maestros desde el primer día de su supuesta andadura en la tariqa.

El gafla (olvido de Allâh) ha ocupado el espacio existente entre la tierra y el cielo para ellos, tal y como dijo el sucesor del chayj al-Alawi (Sidi Uddah) :

« Los fuqara’ de este tiempo comen como sacos beben como toneles y luego dicen que el chayj no tiene baraka »

Leyendo esto me diréis que el panorama es desolador ; pues bien, efectivamente lo es :

La transmisión espiritual (ma’rifa) se ha convertido en un bien extraño y precioso ; un bien que precisa de un maestro verdadero, ya difícil de encontrar y de un discípulo sincero, ya posiblemente más difícil de encontrar que el propio maestro.

Hemos sido y somos testigos de ello, y debo confesaros que no sin asombro. Miramos a un lado y otro y vemos lo que os hemos expresado por todas partes. Estamos seguros que llegará una regeneración, pero a la vista de lo que nos ha sido transmitido en los hadices, no creemos que ésta llegue sino es por medio del Mahdi y de sayyidina Isâ – sobre él la paz -.

Por supuesto que existen al menos cuarenta de la Umma de Muhammad – sobre él la plegaria y la paz - con el corazón como el de sayyidina Ibrâhîm – sobre él la paz- ; algunos de esos cuarenta serán chayj, pero encontrarlos se ha convertido en la búsqueda del tesoro oculto, pues os aseguro que no los podréis encontrar donde haya mucha gente, donde haya mucho ruido, donde haya mucha presunción.

Es la Hikmah de Allâh en estos tiempos y ello es una cosa que las gentes de Allâh conocen perfectamente.




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