El corazón de la ibada es la Mahabba li-l-Lah. Es pues la Mahabba li-l-Lah el único vehículo capaz de llevarnos hasta el noble fin de la unidad de los musulmanes en una doctrina común. Una sóla visión del Islam basada en los principios de nuestro Din y en el conocimiento de aquellos quienes como dice el Qur'an: "Ni los bienes ni el negocio les apartan del recuerdo de su Señor".
domingo, 4 de septiembre de 2016
SOBRE EL NAFILA - LAS OBRAS VOLUNTARIAS
Existe un hadiz qudsi en el cual, entre otras cosas, se menciona que aquello que acerca más a Allâh es el realizar obras suprerogatorias o voluntarias (nafila).
Con respecto a todas estas obras existen infinidad de hadices que declaran la excelencia de tal y tal recitación, de tales y tales actos.
Sin embargo, dichas nawafil se encuentran estructuradas y jerarquizadas por orden de importancia y efectividad.
Las nawafil más extendidas son el Tarawih en el Ramadan y los ayunos, ya sean de jueves y lunes o de los tres días blancos de cada mes. Existe en estos casos una especie de engrandecimiento del nafs en aquellas personas que las practican sintiéndose mejores que el resto que no lo hace. Hemos observado que para cierta gente el Din se limita únicamente a cumplir con la Chari'a, rezar en la mezquita, hacer el Tarawih y realizar ayunos voluntarios; asimismo hemos podido comprobar como muchas de las personas quienes ejecutan este tipo de nawafil se enorgullecen de ser "mejores" que aquellos quienes no las hacen o no las hacemos. ¡Qué gran equivocación!
Utilizar el Din para enorgullecerse es hacer exactamente lo contrario de lo que se requiere de nosotros.
Por otro lado se encuentran las nawafil poco conocidas o ejecutadas solamente por unos pocos. Podemos poner ejemplos como las 2,4 o 6 raka' de la salat A-d-Doha, recitar Subhana-l-Lahi wa bihamdih (100 veces por la mañana y otras tantas por la tarde); decir 70,100 o 200 veces al día Astagfiru-l-Lâh; pedir bendiciones sobre el Profeta -'alayhi-s-salatu wa-s-salam - ; la recitación diaria del Qur'an, y otras cosas las cuales no mencionamos por lo breve del escrito.
Existe más tarde una Nafila que pasa desapercibida para muchos, pero que reviste una gran importancia como es "la sadaqa" o limosna, dada de una forma continua y de acuerdo con nuestras posibilidades. Esta sadaqa nos protege contra los males que puedan alcanzarnos y nos purifica de nuestro egoismo.
Las nawafil más elevadas, las que nos acercan más a Allâh son las que forman parte del Dikr (recuerdo o mención de Allâh). Las más importantes de ellas son la ralización del Istigfar, la plegaria sobre el Profeta y la declaración de la Unidad Divina; todo ello hecho forma un conglomerado de recitaciones que procediendo del profeta y sus compañeros se han conservado hasta nuestros días; se trata de versículos coránicos y de palabras del hadiz.
Este tipo de nafila es aquel que precisa la vigilancia de un maestro experto en ese acercamiento a Allâh que prona el hadiz qudsi al que hicimos mención al comienzo de este escrito. Es incluso el seguir a un maestro una de las nawafil que nos acerca más a Allâh. No creo que sea necesario recordar el episodio coránico de al Jadir y sayyidina Musa para esclarecer que la más alta ciencia precisa de un maestro.
Pero estas últimas nawafil, de las que existen un número inmenso de hadices y un número de ayats del Qur'an nada desdeñables, solamente pueden realizarse enmarcadas dentro de un proyecto determinado de acercamiento a Allâh, vigilado por maestros expertos y conocientes del camino; porque las fuerzas que se mueven cuando la Presencia divina se hace más patente, son tan inmensas, que no pueden ser controladas por cualquiera que no tenga las competencias requeridas ya que proceden de Allâh. Y es aquí donde entran en liza, los purificados, los próximos a Allâh y los conocientes de Allâh.
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