Alif, Lam, Ra.
Es un libro que se te ha hecho descender para que saques a los hombres de las tinieblas a la luz
con el permiso de su Señor, hacia el camino del Poderoso, el Digno de alabanza. (Surat Ibrahim - 1,2)
COMENTARIO
En otras ocasiones hemos demostrado con las ayats del Qur'an mismo como el Libro de Allâh nos obliga a obedecer al profeta -'sobre él la plegaria y la paz - en bastantes versículos y de diferentes maneras.
Ahora bien, este ayat que presentamos nos habla de la guía; Allâh hace descender el Qur'an sobre Muhammad para que él a su vez nos haga salir de las tinieblas a la luz. Este versículo nos envía directamente a la Sunna, la cual no es otra cosa que le explicación del Qur'an hecho descender por Allâh.
No existe otra cosa en la vida del profeta que no sea Sunna, es decir, que no sea una exégesis del Qur'an hecho hombre, hecho profeta. Desde la manera de rezar, de comer, de lavarse, de hablar, de actuar, de comportarse, terminando por la manera de adorar a Allâh, de reconocer a Allâh en todos los ámbitos de nuestra vida.
Dicho privilegio concedido a Muhammad de hacer salir de las tinieblas a la luz, les ha sido otorgado a otras personas a través de los siglos, quienes siguiendo la Sunna profética han continuado con la labor del profeta, quien a su vez guió a la Umma en el seguimiento de la Ley Revelada y a sus compañeros más allegados en la adoración devocional a Allâh. A su vez estos compañeros se la mostraron a otros, y ellos a otros hasta nuestros días.
El intento fallido y torpe de relativizar la Sunna no puede nacer sino es de una falta de comprensión del Qur'an; pues negar la efectividad y validez del ejemplo del profeta y su herencia a través de los siglos, es simplemente negar el Qur'an, y negar el Qur'an es negar a Allâh.
En otras ocasiones hemos demostrado con las ayats del Qur'an mismo como el Libro de Allâh nos obliga a obedecer al profeta -'sobre él la plegaria y la paz - en bastantes versículos y de diferentes maneras.
Ahora bien, este ayat que presentamos nos habla de la guía; Allâh hace descender el Qur'an sobre Muhammad para que él a su vez nos haga salir de las tinieblas a la luz. Este versículo nos envía directamente a la Sunna, la cual no es otra cosa que le explicación del Qur'an hecho descender por Allâh.
No existe otra cosa en la vida del profeta que no sea Sunna, es decir, que no sea una exégesis del Qur'an hecho hombre, hecho profeta. Desde la manera de rezar, de comer, de lavarse, de hablar, de actuar, de comportarse, terminando por la manera de adorar a Allâh, de reconocer a Allâh en todos los ámbitos de nuestra vida.
Dicho privilegio concedido a Muhammad de hacer salir de las tinieblas a la luz, les ha sido otorgado a otras personas a través de los siglos, quienes siguiendo la Sunna profética han continuado con la labor del profeta, quien a su vez guió a la Umma en el seguimiento de la Ley Revelada y a sus compañeros más allegados en la adoración devocional a Allâh. A su vez estos compañeros se la mostraron a otros, y ellos a otros hasta nuestros días.
El intento fallido y torpe de relativizar la Sunna no puede nacer sino es de una falta de comprensión del Qur'an; pues negar la efectividad y validez del ejemplo del profeta y su herencia a través de los siglos, es simplemente negar el Qur'an, y negar el Qur'an es negar a Allâh.
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