Dijo Rasulu-l-Lâh – sobre él la plegaria y la paz -:
El saber, en tanto que ciencia organizada, es de dos clases; el que es
adquirido por el corazón es el más útil, mientras que aquel que se adquiere de
boca en boca es una prueba contra el hijo de Adam.
(De Ŷabir, recopilado por Al-Jatib)
COMENTARIO
Fijaos cuanto puede dar de sí el tafsir (análisis) de este solo hadiz. Pero
analizad primero el texto. ¿No dice en él “el saber en tanto que ciencia
organizada”? Sí, ¿verdad?
Concluimos de esto pues que existen dos ciencias “Organizadas” las cuales procuran
dos clases de saber diferentes. ¿Cuáles son?
El fiqh, o ‘ilm con todas las subdivisiones que conlleva: Tafsir chari’a
del Qur’an, Ciencia del hadiz, Derecho islámico, Historia, Geografía,
Gramática, Retórica, y otras ciencias secundarias. Lo máximo a lo cual puede
llegar un sabio de estas ciencias es a emitir fatwas sobre asuntos legales de
chari’a, así como en referencia a la aplicación de ésta, dependiendo de los
caracteres del tiempo, lugar y resto de circunstancias.
Pero dicho sabio puede utilizar estas ciencias tanto para el bien como para
el mal. Si esto no se comprende pongamos unos ejemplos que por lo primario
resultan asimismo muy evidentes. Dicho sabio puede matar, robar, mentir e
incluso volverse herético. Porque lo que ha aprendido de la ciencia es únicamente
la información de lo que debe ser hecho y evitado. Está pues en su persona el
poner en práctica lo aprendido o actuar en contra de ello; nada le impedirá ni
lo uno ni lo otros, si así él lo decide.
Esto queda demostrado en este hadiz:
“El sabio, la ciencia y la buena obra afluirán todos en el Paraíso. Pero si
el sabio no pone en práctica lo que sabe, la ciencia y la obra estarán en el
Paraíso, mientras que el sabio irá al Infierno”.
(Recopilado por A-d-Daylami)
¿Quiere decir esto que la ciencia estudiada es inservible? En absoluto; se
trata antes bien de una ciencia muy preciosa, sobre todo cuando se ponen en
práctica sus preceptos y se enseñan a los demás. Ella sirve ante todo a
preservar el contenido del Libro de Allâh y de la Sunna del profeta.
Existe pues otra ciencia, “Organizada” (como dice el profeta); es más,
organizada en tariqats, la cual proviene del mismo Profeta y llega hasta
nuestros días. Aquí, los detractores de la tariqats lo tienen muy mal para
defender sus tesis desde el momento que el profeta la citó como ciencia “organizada”.
A ver cómo pueden salir de ese embrollo donde ellos mismos se metieron negando
la evidencia, negando la Sunna.
Continuamos diciendo que en esta Ciencia existen varios niveles, pero
fundamentalmente los podemos dividir en dos:
El primero es el estudio teórico de esta Ciencia sobre sus objetivos, su
metodología, sus necesidades, sus prestaciones, el Fiqh e Ilm necesario para
cumplir la chari’a con creces y enseñarla a otros, etc.
Y aún esta ciencia, a este nivel, puede ser utilizada tanto para el bien
como para el mal.
Vemos numerosos ejemplos en falsos chuyuj (maestros), e incluso falsas
tariqats de nueva creación, donde los pretendidos maestros engañan a las
gentes, le sacan dinero y juegan con ellos y sus sentimientos. Aquellos que
utilizan este estadio de la Ciencia para el mal se vuelven verdaderos diablos
con forma humana; son peores que aquel sabio de las otras ciencias que hacen lo
contrario de lo que estudian. Estos falsos sabios se mueven en el área de las
emociones psíquicas y del nafs, y al final se terminan convirtiendo en locos y
vuelven locos a todos aquellos quienes les siguen. El mal que hace un artefacto
explosivo no es nada comparable al que puede causar un artefacto nuclear.
Esta Ciencia “Organizada” pues, tiene un segundo nivel. Este nivel es el de
la purificación, el de la Guerra santa mayor (Ŷihad al Akbar) contra las
pasiones, el ego y los vicios anclados en la persona. Quien termina
especializándose en esa ciencia termina purificado; su corazón es un nicho
donde se reflejan las luces del Misericordioso; su carácter se asemeja en
profundidad al del profeta –‘alayhi-s-salatu wa-s-salam – de tal manera que se
convierte en Muhammadi y en “gente de la casa del Profeta”. Sí, en “gente de la
casa”; porque nuestro Profeta dijo que en estos tiempos quienes cumplieran su
Sunna y le amara serían sus “ahbabi”, y los ahbabi son “gentes de la casa del
Profeta” de pleno derecho.
Estos son los purificados de los que habla el Qur’an
“…las aleyas de un Libro Oculto que no tocan sino los purificados” (Surat
al Waqui’a)
Son aquellos “dotados de intelecto” de los que habla el Libro en otras
ocasiones; son aquellos que comprenden, aquellos que saben, los dotados de
Ciencia.
Esta Ciencia les ha transformado, les ha purificado, les ha hecho
convertirse en verdaderos “siervos de Allâh”, pues no tienen voluntad; su
querer ha muerto para fundirse en uno con la Voluntad divina. Son ellos los
esclavos de los que habla este hadiz; son ellos los esclavos que se han
convertido en reyes; en reyes de la Umma, en verdaderos representantes (julafa’)
de Allâh en la tierra:
“La sabiduría acrecienta el honor del noble, y eleva al esclavo al rango de
los reyes”.
(De Anas, recopilado por Ibn Adi)
Que Allâh nos perdone, nos guíe, nos conduzca de las tinieblas a la luz y
nos otorgue el Firdaws.
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