Continuación de la Palabra certera a quien critica el sufismo XIII publicada en Agosto 2011
Hemos comprendido pues que sus reuniones a
fin de invocar o realizar otras obras del mismo género no son, según tú, otra
cosa que extravío, y aún pujas más fuerte diciendo : « Para todo aquel quien
cree en Allah y en el Ultimo Día, es ilícito asistir a sus reuniones o
apoyarlos en sus prácticas carentes de validez ». Por Allah, qué cosa
extraordinaria ! Cuándo ha sido revelada esa religión que prohibiría frecuentar
a las gentes del Recuerdo ? Y si el simple hecho de reunirse estuviera prohibido,
cual podría ser pues el estatuto jurídico de una reunión en la cual se mueven
los labios para decir : « No hay divinidad sino Allah » ? Nos no podríamos
conocer el juicio de Allah en lo que la concierne ! Pero, según tú, ello debe
tratarse de la apostasía o de algo más grave aún ! Oh Allah, Tu sabes que no
tengo nada que ver, así como el Islam y los musulmanes, con todo aquello que
sostiene una teoría de esa clase !
No contento con haber proferido mentiras y
acusaciones inícuas, añades aún para agravar tu caso: “Y esta es la postura de
Malik, Shafi’i, Abu Hanifa, de Ahmad Ibn Hanbal y de los demás sabios » Osar de
esta forma de asociar los Imames de la religión a tus elucubraciones
pretendiendo que su postura es la tuya ! No lo quiera Allah !
Más arriba te hemos informado sobre el
punto de vista de los sabios de las cuatro escuelas, como Yalalu-d-din
a-s-Suyuti, Shabrakhiti, Firuzabadi y otros, entre aquellos cuyo nivel
religioso es reconocido de forma unánime ; pero es imposible citarlos a todos,
visto su elevado número. Ahora voy a enseñarte aquello que han señalado los
cuatro imames, para convencerte de su deferencia hacia las gentes del sufismo ;
sumado a todo aquello cuanto precede, ello permitirá desmentir de manera categórica
tus alegaciones según las cuales ellos habrían criticado el sufismo en su
principio mismo.
En lo que respecta a Shafi’i, es sabido que
frecuentaba a los sufis, se vinculaba a ellos y les reverenciaba : cuando se le
preguntó porqué razón hacía esto, respondió de la siguiente manera : « He
aprendido de los maestros sufis estos dos aforismos, que ningún otro me ha
enseñado : « El instante es como una espada : si tu no cortas con ella, ella te
cortará » y « Ocupa tu alma con el bien, sino ella te ocupará con su contrario
». Es sabido que se encontraba muy vinculado a Shayban a-r-Ra’i, un sufi de los
más eminentes – que Allah esté satisfecho de ambos – Un día el Imam Ahmad Ibn
Hanbal, quien se encontraba en compañia de Shafi’i, interrogó a Shayban sobre
el caso de un hombre que se habría olvidado de hacer una de las cinco plegarias
sin acordarse de cual de ellas. Shayban respondió : « Este hombre es un
olvidadizo de Allah, lo que necesita es ser educado ». Seguidamente preguntó
sobre la limosna legal (Zakat). Shayban le dió una respuesta muy larga de
citar, pero a partir de ese día Ibn Hanbal comenzó a reverenciar a los sufis.
Su consideración era tal, que cuando un problema complejo y sutil se le
presentaba, enviaba alguien a la busca de Abu Hamza al-Bagdadi, el sufi, para
preguntarle su opinión ; este último le transmitía entonces aquello que Allah
le había mostrado sobre dicho asunto.
Segú el autor de la Nusra-n-Nabawiyya, el
Chayj Qutb a-d-Din Ibn Ayman, relata igualmente que el Imam Ibn Hanbal incitaba
a su hijo a frecuentar a los sufis, diciéndole : « Han alcanzado un grado de
pureza de intención el cual aún no se encuentra en nos »
Entre las sentencias del Imam Malik
relativas al sufismo, las cuales han llegado a nos, encontramos la siguiente :
« Quienquiera que practica el sufismo sin la ley es herético : quienquiera que
practica la ley sin practicar el sufismo se ha desviado ; aquel quien reune los
dos, realiza la verdad ».
En cuanto al Imam Abu Hanifa a-n-Nu’man –
que Allah esté satisfecho de él -, se dice que fué interrogado sobre las
invociones ritmadas mediante el movimiento corporal que practican los sufis : «
Los estados que manifiestan son auténticos o simulados » ?. He aquí lo que
respondió : « Allah hará entrar ciertas personas en el paraiso con sus tambores
y sus cantos. » El relator de esta historia añade las siguientes precisiones :
« Se encontraban entre nosotros unas gentes quienes acompañaban de tal manera
sus invocaciones por el movimiento corporal, que terminaban cayendo a tierra ;
ahora bien, el Imam no les criticaba. Cuando ellos le visitaban, él les
honraba, y si le hacían preguntas, las respondía con sumo gusto. Su chayj dijo
un día al imam : « Qué piensas – que Allah esté satisfecho de él – de las
gentes de la comunidad de Muhammad – sobre él la plegaria y la paz – quienes se
reunieron en una iglesia, dirigiéndose unos a otros proposiciones diabólicas
desde la mañana hasta la tarde : son increyentes o no ? » « No se puede tratar
de increyentes a las gentes de mi comunidad a causa de un pecado », respondió –
que Allah esté satisfecho de él - ; ahora bien, aquello de lo que se trata no
es un pecado. » Es el autor de la Tuhfa ahl al futuhat wa-l-adhwaq quien ha
relatado esta anécdota. Se trataba, para el Imam sobre estas cuestiones, de tratar
que no se afirmara nada en materia de religión, basado en opiniones personales,
que pudiera conducir a suponer de increencia u otra cosa a un miembro
cualquiera de la comunidad. Qué Allah les recompense ! Cuan basta es su ciencia
y grande su mansedumbre !
En estas circunstancias, como es posible el
atribuir a Abu Hanifa palabras tan absurdas como las siguientes transmitidas
por algunos : « (Para purificar el suelo), es necesario cavar en los lugares
donde han invocado según costumbre, y rellenarlos con arena » ? Y ello a pesar
mismo de que el Profeta – sobre él la plegaria y la paz – ha dicho : « Gentes
quienes invocan a Allah son siempre rodeados por los ángeles y rodeados de la
misericordia divina ; la paz desciende sobre ellos y Allah los menciona a
aquellos quienes se encuentran en Su Poximidad » ! Palabras semejantes
no sería capaz de proferirlas ni tan siquiera alguien vanal ; es pues « a
fortiori » impensable que uno de los cuatro grandes Imam sea su autor ; antes
bien al contrario, estos últimos ni tan siquiera desaconsejan que, en el país
del Islam, el suelo de una iglesia se convierta en mezquita ; contrariamente,
ellos no consideran las mucosidades, el sudor o la saliva como cosas impuras,
aunque se tratara de los de un cerdo. Los ignorantes quienes relatan tales
chismes, no conocen que cuando el Profeta – sobre él la plegaria y la paz –
quería construir su mezqita, el lugar en cuestión, conteniendo como contenía
tumbas de politeistas, hizo desplazar sus osamentas a fin de construir el
edificio en ese lugar bendito ? Acaso él pidió que se excavase el suelo y más
tarde se trajera tierra de otro lugar ? Ciertamente no hizo nada de eso, y
nadie ha relatado una semejante historia ! Entonces, como el Imam podría haber
dado tales instrucciones, con los conocimientos y perspicacias que poseía ?
Allah no lo quiera !
El autor de la Tuhfa al-fatawa precisa ques
estas palabras detestables han sido falsamente atribuidas al Imam Abu Hanifa,
insistiendo sobre el hecho de que ellas son incompatibles con la siguiente
anécdota que se relata sobre su persona. Un discípulo sufi contemporáneo suyo
vino a preguntarle lo que sería necesario hacer con una mezquita en la cual
algunos judíos habían habitado durante tres días con sus mujeres e hijos : era
necesario lavarla, destruirla o cualquier otra cosa ? El Imam respondió que al
menos de encontrarse en ella una mancha específica, cuya presencia hubiera sido
verdaderamente costatada, esta mezquita era pura. No invalida esto claramente
esta recomendación que se le atribuye de escavar el suelo que habrían pisado
los discípulos sufis invocando ? El chayj Abu-l-Hassan Ibn Mansur al –Yunaidi,
de la escuela jurídica de Abu Hanifa, ha dicho esto : « Ninguna de esas
execrables palabras provienen de nos o de un imam experto en jurisprudencia
hanafita. Ellas provienen antes bien de algunos « recusadores » quienes
pretender negar la existencia de los Justos. » El autor del Nusra a-n-Nabawiyya
relata que el Chayj Abdu-l-Hakim se indignó igualmente por ello y los desmintió
de la siguiente manera : « En realidad es un mu’tazillita quien se encuentra en
el origen de esta opinión… Ello fué atribuido al Imam (Abu Hanifa) de manera
mendaz por Ibn Sharhan al-Fazzani – que Allah le castigue. No quiera Allah que
al Imam haya podido expresar algo semejante ! Efectivamente él amaba el
Recuerdo y a sus practicantes, el canto y las melodías, así como los versos
recitados por una bella voz. »
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