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domingo, 29 de abril de 2012

Palabra certera para aquel quien critica el sufismo - XIV


Continuación de la Palabra certera a quien critica el sufismo XIII publicada en Agosto 2011

Hemos comprendido pues que sus reuniones a fin de invocar o realizar otras obras del mismo género no son, según tú, otra cosa que extravío, y aún pujas más fuerte diciendo : « Para todo aquel quien cree en Allah y en el Ultimo Día, es ilícito asistir a sus reuniones o apoyarlos en sus prácticas carentes de validez ». Por Allah, qué cosa extraordinaria ! Cuándo ha sido revelada esa religión que prohibiría frecuentar a las gentes del Recuerdo ? Y si el simple hecho de reunirse estuviera prohibido, cual podría ser pues el estatuto jurídico de una reunión en la cual se mueven los labios para decir : « No hay divinidad sino Allah » ? Nos no podríamos conocer el juicio de Allah en lo que la concierne ! Pero, según tú, ello debe tratarse de la apostasía o de algo más grave aún ! Oh Allah, Tu sabes que no tengo nada que ver, así como el Islam y los musulmanes, con todo aquello que sostiene una teoría de esa clase !



No contento con haber proferido mentiras y acusaciones inícuas, añades aún para agravar tu caso: “Y esta es la postura de Malik, Shafi’i, Abu Hanifa, de Ahmad Ibn Hanbal y de los demás sabios » Osar de esta forma de asociar los Imames de la religión a tus elucubraciones pretendiendo que su postura es la tuya ! No lo quiera Allah !



Más arriba te hemos informado sobre el punto de vista de los sabios de las cuatro escuelas, como Yalalu-d-din a-s-Suyuti, Shabrakhiti, Firuzabadi y otros, entre aquellos cuyo nivel religioso es reconocido de forma unánime ; pero es imposible citarlos a todos, visto su elevado número. Ahora voy a enseñarte aquello que han señalado los cuatro imames, para convencerte de su deferencia hacia las gentes del sufismo ; sumado a todo aquello cuanto precede, ello permitirá desmentir de manera categórica tus alegaciones según las cuales ellos habrían criticado el sufismo en su principio mismo.



En lo que respecta a Shafi’i, es sabido que frecuentaba a los sufis, se vinculaba a ellos y les reverenciaba : cuando se le preguntó porqué razón hacía esto, respondió de la siguiente manera : « He aprendido de los maestros sufis estos dos aforismos, que ningún otro me ha enseñado : « El instante es como una espada : si tu no cortas con ella, ella te cortará » y « Ocupa tu alma con el bien, sino ella te ocupará con su contrario ». Es sabido que se encontraba muy vinculado a Shayban a-r-Ra’i, un sufi de los más eminentes – que Allah esté satisfecho de ambos – Un día el Imam Ahmad Ibn Hanbal, quien se encontraba en compañia de Shafi’i, interrogó a Shayban sobre el caso de un hombre que se habría olvidado de hacer una de las cinco plegarias sin acordarse de cual de ellas. Shayban respondió : « Este hombre es un olvidadizo de Allah, lo que necesita es ser educado ». Seguidamente preguntó sobre la limosna legal (Zakat). Shayban le dió una respuesta muy larga de citar, pero a partir de ese día Ibn Hanbal comenzó a reverenciar a los sufis. Su consideración era tal, que cuando un problema complejo y sutil se le presentaba, enviaba alguien a la busca de Abu Hamza al-Bagdadi, el sufi, para preguntarle su opinión ; este último le transmitía entonces aquello que Allah le había mostrado sobre dicho asunto.



Segú el autor de la Nusra-n-Nabawiyya, el Chayj Qutb a-d-Din Ibn Ayman, relata igualmente que el Imam Ibn Hanbal incitaba a su hijo a frecuentar a los sufis, diciéndole : « Han alcanzado un grado de pureza de intención el cual aún no se encuentra en nos »



Entre las sentencias del Imam Malik relativas al sufismo, las cuales han llegado a nos, encontramos la siguiente : « Quienquiera que practica el sufismo sin la ley es herético : quienquiera que practica la ley sin practicar el sufismo se ha desviado ; aquel quien reune los dos, realiza la verdad ».



En cuanto al Imam Abu Hanifa a-n-Nu’man – que Allah esté satisfecho de él -, se dice que fué interrogado sobre las invociones ritmadas mediante el movimiento corporal que practican los sufis : « Los estados que manifiestan son auténticos o simulados » ?. He aquí lo que respondió : « Allah hará entrar ciertas personas en el paraiso con sus tambores y sus cantos. » El relator de esta historia añade las siguientes precisiones : « Se encontraban entre nosotros unas gentes quienes acompañaban de tal manera sus invocaciones por el movimiento corporal, que terminaban cayendo a tierra ; ahora bien, el Imam no les criticaba. Cuando ellos le visitaban, él les honraba, y si le hacían preguntas, las respondía con sumo gusto. Su chayj dijo un día al imam : « Qué piensas – que Allah esté satisfecho de él – de las gentes de la comunidad de Muhammad – sobre él la plegaria y la paz – quienes se reunieron en una iglesia, dirigiéndose unos a otros proposiciones diabólicas desde la mañana hasta la tarde : son increyentes o no ? » « No se puede tratar de increyentes a las gentes de mi comunidad a causa de un pecado », respondió – que Allah esté satisfecho de él - ; ahora bien, aquello de lo que se trata no es un pecado. » Es el autor de la Tuhfa ahl al futuhat wa-l-adhwaq quien ha relatado esta anécdota. Se trataba, para el Imam sobre estas cuestiones, de tratar que no se afirmara nada en materia de religión, basado en opiniones personales, que pudiera conducir a suponer de increencia u otra cosa a un miembro cualquiera de la comunidad. Qué Allah les recompense ! Cuan basta es su ciencia y grande su mansedumbre !



En estas circunstancias, como es posible el atribuir a Abu Hanifa palabras tan absurdas como las siguientes transmitidas por algunos : « (Para purificar el suelo), es necesario cavar en los lugares donde han invocado según costumbre, y rellenarlos con arena » ? Y ello a pesar mismo de que el Profeta – sobre él la plegaria y la paz – ha dicho : « Gentes quienes invocan a Allah son siempre rodeados por los ángeles y rodeados de la misericordia divina ; la paz desciende sobre ellos y Allah los menciona a aquellos quienes se encuentran en Su Poximidad » ! Palabras semejantes no sería capaz de proferirlas ni tan siquiera alguien vanal ; es pues « a fortiori » impensable que uno de los cuatro grandes Imam sea su autor ; antes bien al contrario, estos últimos ni tan siquiera desaconsejan que, en el país del Islam, el suelo de una iglesia se convierta en mezquita ; contrariamente, ellos no consideran las mucosidades, el sudor o la saliva como cosas impuras, aunque se tratara de los de un cerdo. Los ignorantes quienes relatan tales chismes, no conocen que cuando el Profeta – sobre él la plegaria y la paz – quería construir su mezqita, el lugar en cuestión, conteniendo como contenía tumbas de politeistas, hizo desplazar sus osamentas a fin de construir el edificio en ese lugar bendito ? Acaso él pidió que se excavase el suelo y más tarde se trajera tierra de otro lugar ? Ciertamente no hizo nada de eso, y nadie ha relatado una semejante historia ! Entonces, como el Imam podría haber dado tales instrucciones, con los conocimientos y perspicacias que poseía ? Allah no lo quiera !



El autor de la Tuhfa al-fatawa precisa ques estas palabras detestables han sido falsamente atribuidas al Imam Abu Hanifa, insistiendo sobre el hecho de que ellas son incompatibles con la siguiente anécdota que se relata sobre su persona. Un discípulo sufi contemporáneo suyo vino a preguntarle lo que sería necesario hacer con una mezquita en la cual algunos judíos habían habitado durante tres días con sus mujeres e hijos : era necesario lavarla, destruirla o cualquier otra cosa ? El Imam respondió que al menos de encontrarse en ella una mancha específica, cuya presencia hubiera sido verdaderamente costatada, esta mezquita era pura. No invalida esto claramente esta recomendación que se le atribuye de escavar el suelo que habrían pisado los discípulos sufis invocando ? El chayj Abu-l-Hassan Ibn Mansur al –Yunaidi, de la escuela jurídica de Abu Hanifa, ha dicho esto : « Ninguna de esas execrables palabras provienen de nos o de un imam experto en jurisprudencia hanafita. Ellas provienen antes bien de algunos « recusadores » quienes pretender negar la existencia de los Justos. » El autor del Nusra a-n-Nabawiyya relata que el Chayj Abdu-l-Hakim se indignó igualmente por ello y los desmintió de la siguiente manera : « En realidad es un mu’tazillita quien se encuentra en el origen de esta opinión… Ello fué atribuido al Imam (Abu Hanifa) de manera mendaz por Ibn Sharhan al-Fazzani – que Allah le castigue. No quiera Allah que al Imam haya podido expresar algo semejante ! Efectivamente él amaba el Recuerdo y a sus practicantes, el canto y las melodías, así como los versos recitados por una bella voz. »


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