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domingo, 3 de julio de 2016

EL EXITO DEL VERIDICO - LA DERROTA DEL MENTIROSO


Dijo Rasulu-l-Lâh -'alayhi-s-salatu wa-s-salam-:

La sinceridad conduce a las obras de bien, y las obras de bien conducen al Paraíso. Y el hombre no cesa de decir la verdad hasta que sea inscrito junto a Allâh como absolutamente verídico. Pero la mentira conduce a la rebelión contra Allâh. La rebelión contra Allâh conduce al Infierno. Y el hombre no cesa de mentir hasta que es inscrito junto a Allâh como un gran mentiroso.
(De Ibn Massud, recopilado por Al-Bujari y Muslim)

COMENTARIO

La mentira no está justificada sino en casos muy específicos en los cuales se trata fundamentalmente de poner paz entre contrincantes, así como en la guerra y otras situaciones límites.

Fuera de eso no existen mentiras que sean piadosas. La mentira solamente puede salir de un corazón apegado a la Dunya y al propio Ego; es lo contrario de la sinceridad y sin duda alguna puede engendrar enormes problemas para aquellos quienes la practican. Asimismo se trata en toda evidencia de falta de consideración con Allâh, pues cuando se miente se actúa tal y como si Allâh no fuera el Vidente y el Oyente, mientras al contrario El lo ve y lo oye absolutamente todo. La mentira es el veneno de mundo; ella ha sido la causante de muchísimas guerras y de los grandes males que han asolado la humanidad. Aún más, cuando este mal se produce por parte de gentes cuyo consejo es respetado y seguido por otros, entonces se convierte en un crimen perverso. Solamente el traidor miente a sus víctimas, resultando ser el causante principal de las infames consecuencias que conlleva separar a las gentes del camino. Utilizar la Religión mintiendo para obtener los propios fines es una de las peores y de las más perversas obras que se pueden realizar. Nuestro profeta nos ha puesto en guardia contra la cantidad de ignorantes y embusteros que existirán en esta época
.
Los hipócritas de Madina eran tratados con amabilidad por el profeta -'alayhi-s-salatu wa-s-salam - con el fin que se de alguien debiera venir un mal fuera únicamente de la parte de ellos. Pero ¡nunca! ¡nunca! recibieron de él una misión y una responsabilidad religiosas.

Al contrario, en esta época, los hipócritas se han subido a las cátedras desde donde pretenden dirigir a las gentes, mientras lo que hacen es extraviarlas del camino. ¡Nunca antes de toda esta ola de hipocresía que comenzó hace casi 300 años en la región de Arabia Saudita llamada Nayd, se había observado algo semejante!

Con dicho crimen se separa a las gentes del camino de Allâh y se les lleva al camino de error y de la discordia.

Mientras, en estos tiempos, quien dice la verdad no es tenido en cuenta. Al contrario, una persona tal es combatida, vilipendiada, calumniada, maltratada. Esta inversión de valores es una de las mejores muestras de la perversión generalizada de estos tiempos.

El verídico es criticado por las gentes y honrado por Allâh y por los habitantes de los cielos, y esto es el gran honor. Mientras, al contrario, el embustero es aclamado por las gentes pero detestado por Allâh y los habitantes de los cielos; esta es la gran pérdida.

¿Quién es pues el victorioso?

Dijo el profeta -'alayhi-s-salatu wa-s-salam -:
"El que nos engaña no es de nosotros y será congregado el día de la resurrección con los judíos porque son los más mentirosos de entre las criaturas de Allah."

Fijaos bien "El que nos engaña no es de nosotros" y considerad las enormes consecuencias de esta palabra profética.

Que Allâh nos haga ser de los verídicos y los sinceros; que nos perdone, nos guíe, nos dirija de las tinieblas a la luz y nos otorgue el Firdaws.

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