No es igual el que vive en el campo, en la sierra o en el mar, que los domingueros que van allí a pasar unas horas con la tortilla y el bocadillo.
Lo mismo pasa con esto del Islam y especialmente con el sufismo: hay shayj auténtico y chayj dominguero.
No vamos a ocuparnos hoy del chayj auténtico porque sería muy largo, sino del dominguero, o aspirante al chayjato y a la celebridad que conlleva tan ungido título.
El chayj dominguero lleva una barba cuidada al milímetro y un turbante con tantas vueltas que lo tiene que sujetar con bolas de plomo para que no se le caiga. Digamos literalmente que se contonea para lucir su turbante.
El chayj dominguero dominará el colorido de su vestimenta y la conjunción de colores para deslumbrar con su presencia.
Cuando le preguntes algo, se tomará la barba con una mano y con la otra dará golpes en el suelo con su bastoncito, bosquejando un "hum hum" antes de contestar.
El chayj dominguero tendrá en la mano algunas estampitas con sus fotos para repartir al dócil murid. En esas fotos posará, sea con el sello de su categoría, sea con un tasbih enorme enrollado al cuello o en la mano, signos estos de gran categoría espiritual dominguera.
Se dejará besar la mano; y que menos que le den algún que otro gorrazo para demostrar caché y categorie parisienne; no desdeñará que alguno se le prosterne delante llegado a un trance delante suya.
Cada vez que habra su boquita, el vulgo a callar y diga lo que diga, aunque sea mentira, los dóciles discípulos dirán:
Maaaa sha'a Allâh.
Pero el chayj dominguero destiñe y cuando vayais a preguntarle algo complicado y le demostrais que no sois sumisos a él, huirá como un cervatillo delante del cazador, dando la excusa de que tiene grandes ocupaciones.
El chayj dominguero, con sus pimientos fritos, su tortilla española y su botella de gaseosa, solo engaña a los lechuguinos de ciudad, pero a lo pueblerinos no nos las da.
Calculando su mirada, sus gestos, el tono de sus palabras, hablará al vulgo, consciente ya de su éxito. Nada de aceptar a gentes con personalidad en sus filas; son peligrosos; y si alguno de sus acólitos abre los ojos y saca los pies del tiesto, entonces, con un saco o dos de monedas se soluciona el "contratiempo".
El corazón de la ibada es la Mahabba li-l-Lah. Es pues la Mahabba li-l-Lah el único vehículo capaz de llevarnos hasta el noble fin de la unidad de los musulmanes en una doctrina común. Una sóla visión del Islam basada en los principios de nuestro Din y en el conocimiento de aquellos quienes como dice el Qur'an: "Ni los bienes ni el negocio les apartan del recuerdo de su Señor".
martes, 26 de agosto de 2014
viernes, 22 de agosto de 2014
Sobre la autoridad en Islam y el Coran
« !Creyentes ! Obedeced a Allâh, obedesed al
Mensajero y a aquellos de vosotros quienes detenten autoridad.Y si disputais
sobre algo remitidlo a Allâh y al Mensajero, si creéis en Allâh y en el Ultimo
Día. Esto es preferible y tiene
mejor resultado ». (4-58)
EXPLICACION
Primeramente debemos
remarcar que en este ayat Allâh no hace referencia a los musulmanes sino a los
creyentes. Efectivamente, existe una diferencia entre los musulmanes que han
llegado a ser llamados « creyentes » y aquellos quienes solamente son
llamados musulmanes, como demuestra este ayat que sigue a continuación.
« Los beduinos dicen:
"¡Creemos!" Di: "¡No creéis! Decid, más bien: ¡'Hemos abrazado
el Islam'! La fe no ha entrado aún en vuestros corazones. Pero, si
obedecéis a Allâh y a Su Enviado, no menoscabará nada vuestras obras. Allâh es
indulgente, misericordioso" (Corán 49:14)
Ahora que se ha demostrado que ser llamado mu’min es un
grado dentro del Islam, superior a aquel quien ha aceptado el Islam y sus
preceptos sin más, pasemos a analizar los otros elementos que conforman el ayat :
Obedeced a Allâh :
La obediencia a Allâh debe ser una disposición que se
encuentra en el interior del ser humano ; éste, por dicha disposición
mantiene su corazón abierto a aceptar de buen grado la Voluntad de Allâh. Es
cierto que dicha Voluntad se explica fundamentalmente en el Qur’an, como
también es cierto que solamente muy pocos entre los musulmanes son capaces de
comprender el Libro debidamente a fin de poderlo realizar en su interior.
Para el mu’min, quien tiene siempre en el corazón una luz la
cual le ayuda a comprender la Voluntad divina en cada uno de sus actos, el Qur’an
es la Palabra divina ; sin embargo, dicha palabra sale literalmente del
Qur’an libro para formar parte de su vida, de sus actos, de su respiración, de
los latidos de su corazón. El Mu’min comprende el Qur’an de la vida de tal
manera que en cada uno de sus actos o los acontecimiento que ocurren en su existencia,
encuentra el ayat del Qur’an que lo fecunda.
Obedeced al Enviado :
Para obedecer al Enviado – ‘alayhi-s-salatu wa-s-salam – es necesario
conocer su vida, sus actos, sus deseos y su pensamiento. No obstante,como todos
ellos se encuentran regidos por la Voluntad divina, sin pena alguna, resulta
simple comprender que dicho conjunto ha quedado conveniente y suficientemente
reflejado en las fuentes escritas como para que cada musulmán tenga la
oportunidad de obedecedle. Promeramente porque en la Sunna del profeta se
encuentra el complemento y la explicación del Qur’an ; de tal manera que
podemos decir lo siguiente :
« La Sunna del Profeta –‘alayhi-s-salatu wa-s-salam –
es, no solamente el mejor tafsir del Qur’an, sino el tafsir del Qur’an por
excelencia »
No vamos a aportar más prueba a esta afirmación que las
palabras de nuestra madre A’isha – que Allâh esté satisfecho de ella – según las
cuales : El profeta era el Qur’an andante.
Y a aquellos quienes de entre vosotros detentan autoridad :
Dicha autoridad puede ser de tres clases :
a/ De orden mundanal y entonces estaremos hablando de la
obediencia al Jalifa, a los ministros, a los responsables en el trabajo, etc.
b /De orden religioso : En este caso estamos hablando
de la obediencia a aquellos quienes detentan un conocimiento teórico de la
religión, siempre que ellos mismos cumplan con las recomendaciones que emiten y
dedican a los musulmanes. Los principales exponentes de este orden son : Los
muhaddices que recopilaron los hadices para el conocimiento de todos los
musulmanes, sobre los cuales nuestro Profeta pidió las bendiciones de Allâh.
“Dijo Rasulu-l-Lâh – ‘alayhi-s-salatu
wa-s-salam -: ¡Oh Señor! Ten misericordia por las personas que vendrán después
de mí, aquellos quienes relatarán mis Hadices y mi Sunna y les enseñarán a las
gentes.”
(De Ali, recopilado por Tabarani)
Asimismo detentan una autoridad religiosa los
cuatro imames quienes establecieron las cuatro escuelas, y aquellos quienes
adaptaron los principios religiosos de Chari’a y Aquida a las circunstancias de
los tiempos.
C / De orden espiritual:
Las recomendaciones de aquellos quienes
detentan una autoridad proveniente de Allâh en el mundo espiritual no competen
a toda la Umma sino a aquellos quienes, sin estar obligados a ello, han
decidido tomar la Vía que llega al conocimiento de Allâh a través de la
extinción del Ego y de la voluntad propia en la Voluntad de Allâh. Este grupo
tiene asimismo su élite, la cual da indicaciones a los aspirantes para facilitarles
el recorres un camino el cual ellos mismo recorrieron en su tiempo.
Resumiendo: el Qur’an nos ordena que las
relaciones entre los hombres, entre los musulmanes concretamente y entre los mu’minin
especialmente, se basen en el principio de autoridad. Dicho principio de
autoridad debe estar basado en el principio de enseñanza y transmisión y no en
el principio de dominación de un ego sobre otro.
Pero
esta autoridad no se basa en doblar la rodilla ni agachar la cabeza frente a
aquellos quienes la detentan, sino en escucharles y obedecedles, teniendo
conciencia que dicha obediencia tiene a Allâh como destinatario y no constituye
un fin en ella misma la cual deba plasmarse en una sumisión personal; si la
persona quien detiene la autoridad abusa de ella y sale de los límites
prescritos por Allâh, se habrá convertido en un déspota, y si alguien se somete
a otra persona por él mismo y no por aquello lo cual representa se habrá
convertido en un mezquino
viernes, 8 de agosto de 2014
La Voluntad y el Permiso divinos
EL PERMISO DE ALLAH
A-s-salamu 'alaykum:
Hablar de las realidades que se viven en el camino del Tassawuf (sufismo) cuando se sigue una verdadera tariqa y se tiene un chayj verdadero, es verdaderamente difícil y delicado.
Primeramente, porque se experimentan cosas que no pueden ser explicadas verbalmente, y luego porque muchas de esas cosas son secretos que no pueden ser revelados por aquí y por allí.
Sayyidina Ali - qarrama-l-Lâhu wayhu - y Abu Hurayra - radiya-l-Lâhu 'anhu - dijeron casi con exactitud lo que sigue:
"He oido cosas de Rasulu-l-Lâh - 'alayhi-s-alatu wa-s-salam - que si os las dijera separaríais esto de esto (señalando la cabeza y los hombros)"
Salman al Farisi - radiya-l-Lâhu 'anhu - dijo:
"He oído cosas de Rasulu-l-Lâh que si os las contara diriais: "Que Allâh bendiga al asesino de Salman".
Uno de estos secretos son los canales por los cuales sobreviene la decisión divina sobre los asuntos. Pero como yo no voy a hacer, ni lo prentendo, aquello que sayyidina Ali, Abu Hurayra y Salman al Farisi no hicieron, me voy a limitar a dar algunas pistas de por donde el sufi; ya sea chayj o murid, recibe noticias de la Voluntad divina sobre tal o cual asunto.
He de decir primeramente que cuando Allâh ha escogido a un servidor para marchar hacia Su conocimiento (el de Allâh), le aprisiona en la "cárcel" de Su Voluntad. Esa persona, hombre o mujer, pierden totalmente su libertad; no porque el maestro (chayj) u otra persona le priven de ella, sino porque Allâh se ha hecho cargo directamente de su educación.
La educación de Allâh, aparte de los límites del Halal y el Haram, que nadie puede trasgredir, no son una serie de normas X o Y a seguir, en absoluto. Se trata de una educación personalizada la cual se encuentra únicamente dirigida a esa persona y no a ninguna otra.
Esa Voluntad divina, esa Presencia ineludible hará que cuando el siervo cometa una inconveniencia o una falta lo pague en el acto, ya sea mediante una enfermedad o un "castigo" de cualquier otra índole. La finalidad de esto no es otra que la corrección directa de Allâh para encauzar a Su siervo en los límites de Su elección y a la vez para mostrarle, Quien y porque es el Señor y quien el servidor o adorador.
Ahora bien ¿cuál es el mecanismo por el cual el siervo de Allâh recibe las noticias de la Voluntad divina al respecto de sus acciones?
Ahora si que debo generalizar para no entrar en detalles sobre los canales por los cuales se vehicula dicha Voluntad soberana.
A veces el siervo recibirá una orden de su maestro; pero esto solamente ocurre en la minoría de las ocasiones, pues la educación requiere y va dirigida a que el servidor se familiarice con la señales divinas.
A veces recibirá la visita del profeta - 'alayhi-s-salatu wa-s-salam - en el sueño.
A veces, simplemente, no podrá hacer lo que se haya propuesto, pues una fuerza poderosa se lo impedirá. A veces, al contrario, estará obligado a hacer tal o cual cosa sin antes haberlo planificado.
A veces sufrirá pérdidas materiales importantes y cuando haya perdido toda esperanza será salvado por una mano invisible.
Otras veces dicha Voluntad soberana le dará Sus consignas directamente mediante una certeza que se instala en el corazón. La intensidad de dicha certeza es bastante más grande que la de las percepciones sensoriales, a veces tanto, que el Abd (siervo) vive en ella continuamente.
Existen muchos etcéteras más, pero no vamos a seguir más adelante, pues creo que cuanto tratamos de explicar ha sido dicho.
En resumen: quería haceros saber que hay siervos de Allâh a los que él ha escogido únicamente para Su adoración, y que estos siervos viven una vida que ellos no planificaron, llena de sobresaltos, de miedos, esperanzas y temores, hasya que aprenden a nadar en el mar insondable del Destino. Aunque se debe de decir que antes de comenzar el camino del Tassawuf dieron sus voluntades a Allâh , si bien en ese momento no supieran los detalles de su andadura.
A-s-salamu 'alaykum:
Hablar de las realidades que se viven en el camino del Tassawuf (sufismo) cuando se sigue una verdadera tariqa y se tiene un chayj verdadero, es verdaderamente difícil y delicado.
Primeramente, porque se experimentan cosas que no pueden ser explicadas verbalmente, y luego porque muchas de esas cosas son secretos que no pueden ser revelados por aquí y por allí.
Sayyidina Ali - qarrama-l-Lâhu wayhu - y Abu Hurayra - radiya-l-Lâhu 'anhu - dijeron casi con exactitud lo que sigue:
"He oido cosas de Rasulu-l-Lâh - 'alayhi-s-alatu wa-s-salam - que si os las dijera separaríais esto de esto (señalando la cabeza y los hombros)"
Salman al Farisi - radiya-l-Lâhu 'anhu - dijo:
"He oído cosas de Rasulu-l-Lâh que si os las contara diriais: "Que Allâh bendiga al asesino de Salman".
Uno de estos secretos son los canales por los cuales sobreviene la decisión divina sobre los asuntos. Pero como yo no voy a hacer, ni lo prentendo, aquello que sayyidina Ali, Abu Hurayra y Salman al Farisi no hicieron, me voy a limitar a dar algunas pistas de por donde el sufi; ya sea chayj o murid, recibe noticias de la Voluntad divina sobre tal o cual asunto.
He de decir primeramente que cuando Allâh ha escogido a un servidor para marchar hacia Su conocimiento (el de Allâh), le aprisiona en la "cárcel" de Su Voluntad. Esa persona, hombre o mujer, pierden totalmente su libertad; no porque el maestro (chayj) u otra persona le priven de ella, sino porque Allâh se ha hecho cargo directamente de su educación.
La educación de Allâh, aparte de los límites del Halal y el Haram, que nadie puede trasgredir, no son una serie de normas X o Y a seguir, en absoluto. Se trata de una educación personalizada la cual se encuentra únicamente dirigida a esa persona y no a ninguna otra.
Esa Voluntad divina, esa Presencia ineludible hará que cuando el siervo cometa una inconveniencia o una falta lo pague en el acto, ya sea mediante una enfermedad o un "castigo" de cualquier otra índole. La finalidad de esto no es otra que la corrección directa de Allâh para encauzar a Su siervo en los límites de Su elección y a la vez para mostrarle, Quien y porque es el Señor y quien el servidor o adorador.
Ahora bien ¿cuál es el mecanismo por el cual el siervo de Allâh recibe las noticias de la Voluntad divina al respecto de sus acciones?
Ahora si que debo generalizar para no entrar en detalles sobre los canales por los cuales se vehicula dicha Voluntad soberana.
A veces el siervo recibirá una orden de su maestro; pero esto solamente ocurre en la minoría de las ocasiones, pues la educación requiere y va dirigida a que el servidor se familiarice con la señales divinas.
A veces recibirá la visita del profeta - 'alayhi-s-salatu wa-s-salam - en el sueño.
A veces, simplemente, no podrá hacer lo que se haya propuesto, pues una fuerza poderosa se lo impedirá. A veces, al contrario, estará obligado a hacer tal o cual cosa sin antes haberlo planificado.
A veces sufrirá pérdidas materiales importantes y cuando haya perdido toda esperanza será salvado por una mano invisible.
Otras veces dicha Voluntad soberana le dará Sus consignas directamente mediante una certeza que se instala en el corazón. La intensidad de dicha certeza es bastante más grande que la de las percepciones sensoriales, a veces tanto, que el Abd (siervo) vive en ella continuamente.
Existen muchos etcéteras más, pero no vamos a seguir más adelante, pues creo que cuanto tratamos de explicar ha sido dicho.
En resumen: quería haceros saber que hay siervos de Allâh a los que él ha escogido únicamente para Su adoración, y que estos siervos viven una vida que ellos no planificaron, llena de sobresaltos, de miedos, esperanzas y temores, hasya que aprenden a nadar en el mar insondable del Destino. Aunque se debe de decir que antes de comenzar el camino del Tassawuf dieron sus voluntades a Allâh , si bien en ese momento no supieran los detalles de su andadura.
miércoles, 6 de agosto de 2014
Metodología sionista de corrupción del Islam
Bismi-l-Lâhi-r-Rahmâni-r-Rahîm
Wa-s-salatu
wa-s-salamu ‘âlâ sayyidinâ Muhammad, al Imamu-r-mursalin, wa ‘alâ 'alihi wa
sahabihi wa sallimu taslima
Aprovecho este
tiempo, salpicado por el genocidio sionista sobre los habitantes de la Franja
de Gaza en Palestina, si es que « aprovechar » es la palabra
adecuada, para demostrar que el sello sionista no se limita únicamente a
imponer al control económico sobre el Orbe, y por consequencia sobre las
economías de los países islámicos. Antes bien, el sionismo lleva decenas de
años, incluso más de una centena, intentando corromper la doctrina islámica
desde dentro, comprando voluntades y recompensando los servicios prestados, a
aquellos, quienes actuando cual agentes desde dentro del Islam, han apostado por
corromper sus bases y sus gentes.
Este sistema de corrupción
ha sido ejecutado desde la masonería, la cual sin duda, no es otra que la
religión de Daŷŷal : una mezcla esperpéntica de religiones con la doctrina
satánica proveniente de aquello que enseñaron Harut y Marut, no sin avisar de
antemano : « No nos sigas pues nosotros somos destrucción »
No vamos a hablar de
la historia de la masonería, y de como se introdujo en la doctrina islámica
como consecuencia directa de la invasión colonial de los países europeos en el
Norte de Africa, Oriente Medio y Centro Asia ; este análisis lo realizó a
la perfección Yasin Trigo en su artículo titulado : « La masonería y
los modernismos islámicos ». Vamos a centrarnos en exclusiva en tratar del
método utilizado por los masones para intentar desvirtuar y destruir todo
cuanto se pueda del Islam.
EL QUR’AN
El primer escollo
que encontraron los sionistas para introducir la escuadra y el compás masónicos
en la doctrina islámica fue el Libro de Allâh, es decir : « El
Qur’an ». Ahora bien, el Qur’an no es un libro que sea posible adulterar
habida cuenta de que ha sido memorizado desde su revelación por miles de
personas y escrito en millones de ejemplares, entre los cuales no existe ni una
sola letra de diferencia.
Quedaba pues solamente
la salida de una interpretación viciada. Aún así, esa salida se invalidaba a
ella misma habida cuenta del extraordinario grafismo y claridad del Libro de
Allâh cuando habla de legislación y lo enigmático e inalcanzable de sus
sentencias en otras ocasiones cuando se trata de fe y espiritualidad.
LA SUNNA
Una vez desechado el
plan de atacar al Qur’an la siguiente opción es atacar a la Sunna, la cual
recoge los hechos y dichos del Profeta – sobre él la plegaria y la paz – y ha
sido transmitida a través de los tiempos gracias a un procedimiento validado un
siglo tras otro después de su puesta en marcha. Parece pues a simple vista
difícil el atacarse a la transmisión de los hadices ; sin embargo, al no
existir otra opción, los planes sionistas escogieron el « trabajar »
tratando de violar la Sunna, cambiarla y adulterarla. Y la única opción posible
para ello pasaba por atacar a los recopiladores de los hadices, quienes,
muertos ya hace algunos siglos, no podrían nunca desdecir los propósitos malévolos
de los diablos sionistas.
Pero esta labor no
podía ser llevada a cabo por judíos, debido al desconocimiento innato de éstos
del sistema de reflexión del pensamiento islámico, ya que cualquier musulmán
con un mínimo de formación podría desbaratar el plan al darse plena cuenta de
las intenciones que subsistían detrás de este modus operandi.
Habría pues que
comprar voluntades, y dar a estas un poder de decisión y de palabra, del cual
no habían gozado nunca antes.
No les fue difícil,
a través de la masonería sionista inglesa, el comprar a Muhammad Ibn Abdul
Wahhab y a la familia Saud. Aprovechando la enorme oportunidad que
proporcionaba la riqueza escondida en el subsuelo desértico de la Península
Arábiga, el sionismo invirtió en la región, ayudado por los ingleses quienes
invadieron casi todo el Oriente Medio con la intención de destruir el imperio
Otomano y acabar de esta manera con la unidad de los musulmanes. Con ello
ganaban el control del petróleo y se aseguraban su presencia de manera sempiterna
en la zona, así como una sumisión, ten servil como grotesca y vergonzosa.
Muhammad Ibn Abdul
Wahhab presentó a sangre y espada un Islam sionizado, es decir : un
tratado esperpéntico de Islam de corte sionista reducido a una ley de bolsillo
manejable y aferrada al poder material. Precisamente la labor de este corrupto
pasó por presentar la doctrina islámica como si de un tratado básico de contabilidad
se tratara. Los tratados de Ibn Abdul Wahhab se asemejan más a una novela de
terror, digna de Edgar Alan Poe, pues rezuman obscuridad, sangre y terror, que
a un tratado religioso el cual debe estar engalanado de misericordia y
compasión, y sobre todo de luz.
Inventó una doctrina
que él llamó Tawhid, la cual era exactamente lo contrario de lo que que ese
término significa en realidad. Ibn Abdul Wahhab, mediante el terror que
proporcionaban a sus enemigos los rifles ingleses y las cimitarras beduinas
inventó la adoración de un nuevo ídolo hasta entonces inédito en Arabia, a
saber : La adoración del dios Razón, el mismo dios adorado por los
sionistas, divinidad quien junto al dios « Dinero » se iban a convertir
en los mentores « espirituales» de la deforme doctrina wahhabita.
Una vez establecida
la herejía en Arabia Saudita, conquistada Turquía, habiendo comprando al
traidor Ataturk, introdujeron en Siria a otro individuo nefasto : una
mezcla de europeo y árabe, un engendro de la naturaleza, torpe en su discurso y
a la vez violento; un rabioso difamador de la Sunna del profeta y uno de sus
más fervientes enemigos del Islam a través de los tiempos, a saber :
« El herético Nasiruddin Albani ».
Un auto proclamando
« muhaddiz » (experto del hadiz) que no sabía el Qur’an y que ni
siquiera tuvo maestro de quien aprender. Albani fue, para regocijo de los
sionistas el diablo del siglo XX al igual que Muhammad Ibn Abdul Wahhab lo fue
del siglo XVIII y XIX.
Leer a Albani es
como ver conducirse un elefante en una cacharrería. Fue un esperpento de la
naturaleza, el padre y mentor del salafismo. El difamador de los musulmanes de
bien y un enemigo rabioso de la Sunna del Profeta.
Ibn Abdul Wahhab y
Albani intentaron poner en tela de juicio, indiscriminadamente, y uno tras
otro, todos los dichos del Profeta – sobre él la plegaria y la paz – que
hablaban de espiritualidad, respetando, y remarcando machaconamente, todos
aquellos que trataban sobre ley y comportamiento externo. Trataron de convertir
la Sunna en un gigante de cartón sin corazón, utilizando de manera pueril el
siguiente argumento : « Tal hadiz es débil y no hay que
seguirlo ». Sin embargo, esos hadices que ellos llamaban débiles, sin duda
por conveniencia, habían sido dutante uno y otro siglo de lo más, por no decir
lo más, substancial e importante del Mensaje profético.
Para ello inventaron
la metodología sionista de reclasificación del hadiz.
Siguiendo esta misma
metodología pueril, y a la sombra de este torpe, innoble y macabro proceder,
nacieron grupos como los « Ahmadiyya » o « coranistas »,
quienes decían basarse únicamente en el Qur’an ; el Tabligh, quienes
ponían como excusa para su mafiosa labor la laxitud de las costumbres
islámicas.
Sin embargo, todos
estos grupos solamente abarcaban punto por punto uno de los aspectos del Islam,
es decir, la Chari’a, la Ley Revelada. ¿Qué mensaje dar a aquellos espíritus
volcados en la filosofía y la espiritualidad ? ¿Cómo poder sensibilizar a
estas gentes y crearlas una nueva doctrina que diera una respuesta, aunque
fuere pueril, a las inquietudes intelectuales de los espíritus inquietos ?
Hasta ahora la
búsqueda intelectual en el Islam se había desarrollado en el ámbito del
sufismo. Pero dicho sufismo era peligroso para los ideales masónicos sionistas,
ya que, al contrario de lo que se podía créer de una ciencia intelectual al
uso, en él se abarcaban todos los ámbitos del Islam : desde la Chari’a o
Ley Revelada, pasando por la Aquida y por la ciencia del Interior o
Ilmu-l-Batin, la cual caracterizaba el sufismo y era propia solo y únicamente
de él.
Es ahí donde
entraron el liza teorías seudo-espirituales como es el « Perennialismo ».
Dicha doctrina pregonaba, contrariamente a las enseñanzas del Qur’an y de la
Sunna del profeta, una unidad « interior » de todas las religiones,
las cuales nacían y dependían de una Tradición Primordial, la cual no
representa otra cosa que el satanismo en toda la amplitud de su sentido, es
decir : La religión del Daŷŷal.
Habiendo sido
enviado el Profeta Muhammad – sobre él la plegaria y la paz – para toda la
humanidad sin excepción, trayendo el Islam para sustituir y abrogar el resto de
las religiones, los perennialistas niegan la condición universal de Muhammad
como Profeta para proponer una espiritualidad de mercado, cambiando su Sunna y
su Mensaje por una doctrina inventada la cual los únicos frutos que ha dado es
el hacer apostatar del Islam, el cual es considerado para esa doctrina, como
una religión de tantas, por no decir « del montón ».
El insulto hacia el
Profeta por parte de los perennialistas : Guénon, Schwon, Lings, Evola,
Madame de Miterovich y otros célebres mercenarios de la masonería sionista, es
enorme. No sustrayéndole su condición de Profeta, sí le sustraen sin embargo,
su condición de universalidad para introducirle en su doctrina e utilizarle
para sus fines. No en vano el mismo Profeta dijo que sin duda lo que más amaba
el chaytan era el mezclar la mentira con la verdad, y a fe que esta es la
quintaesencia del Perennialismo, es decir : « El satanismo ».
Un ejemplo de este
amaño seudo-espiritual es la extensión del seudo sufismo en Egipto y en
Turquía. En Egipto por parte de la masonería « sufi » o « sufismo
masónico » y en Turquía de la mano de Sa’id Nursi y su Risalat an Nur.
Como consecuencia de
esto, del materialismo de hecho, introducido cada vez más en el corazón de los
hombres, así como el olvido de todo aquello lo cual representa, o podría
recordar, el cumplimiento de la Voluntad divina en todos los órdenes de la
vida, las tariqats sufis se han visto invadidas por olas de seudo sufismo y
muchas han acabado sucumbiendo a este cáncer el cual se ha extendido para goce
y regocijo del enemigo sionista común. Incluso en muchas antiguas tariqats el
cáncer ha llegado hasta el corazón, hasta estrangularlas y hacerlas rendir el
alma. Un ejemplo gráfico de esto es la Naqsbandi Haqqani de Nazim al Kuprusi y
la Naqsbandi de Idriesh Sha y Umar Ali Sha.
Así pues, resumiendo :
La caida del
califato otomano, no solo fue el principio del desmembramiento político de los
países con mayoría musulmana, sino que significó el detonante de la
adulteración de la doctrina islámica. La unidad de los Ulama se vio sustituida
por la ambición de seudo sabios quienes servían y sirven al poder de turno, el
cual como todos sabemos en la gran mayoría de los países árabes, no es otro que
el sionismo de la mano de sus mentores anglosajones y norteamericanos. Lo mismo
ha ocurrido con las tariqats sufis, la mayoría de las cuales se han convertido
en escaparates exóticos y en holdings de gran poder económico.
Otra ola modernista
autodenominada islámica, más descarada, torpe y burda que las anteriores, no es
otra que aquello lo cual se ha dado en llamar el « progresismo islámico ».
Se trata de introducir en el Islam toda la retaíla mediocre de la llamada « cultura »
occidental y democrática. Un engendro, sin duda, inventado para seducir a
gentes de una inteligencia tan primitiva como arcaica. Pero ello no merece más
consideración, pues hablar del mundo de los niños, es hablar de lo que hoy en
A, mañana Z y pasado mañana C. Eso sí, una doctrina, aunque chavacana y de baja
estopa intelectual, también procedente del sionismo vía masonería.
Queda pues incólume
la verdadera Aquida del Islam y el verdadero sufismo sin contaminar ;
ciertamente nunca se podrá acabar con ellos pues representan la Verdad en toda
la amplitud de este término. Ahora bien, es cierto, que cada vez más, el
musulmán medio se inclina hacia la « facilidad » del materialismo, el
egoismo, la ambición, el egolatrismo y el olvido de Allâh ; y ello es una
condición « sinequanon » de estos tiempos de oscuridad. Por ello,
aquel que resiste, no deja de ser un héroe en la acepción más extensa del
término, un ejemplo para la comunidad, un germen para el futuro y un oasis en
el desierto de la Dunya.
A simple vista, y
después de haber leido este corto y somero análisis, podría parecer que el
sionismo ha fagocitado al Islam. Sin embargo, esto no es sino una ilusión. Lo
que ha hecho el sionismo es « anestesiar » a los musulmanes. El Islam
es y será la gran Verdad del universo, la cual brillará por derecho propio
desde lo más alto de los siete cielos. Nadie podrá evitarlo, y aunque la
mayoría de los espíritus se encuentren ciegos o dormidos, su luz se extenderá
por todos los horizontes y abarcará los confines de la creación.
Si quieres hacer
boycot al sionismo, seguir la verdadera Aquida y la verdadera espiritualidad
del Islam es la solución. Y ello pasa, de manera obligada, por aceptar, no
solamente el mensaje del Qur’an, sino la Sunna del profeta en el estado en el
cual se encontraba transmitida antes de la aparición del Wahhabismo.
jueves, 31 de julio de 2014
Doctrina del Chayj al Alawi sobre el salat y el significado de la plegaria funeraria
A-s-salamu 'alaykum:
He aquí la doctrina del Chayj al Alawi sobre el significado interior del salat, así como sobre la plegaria funeraria. No creo que necesite más explicaciones de nuestra parte. El texto es bastante explícito, y aunque condensado y difícil de comprender para algunos, no por ello hay que reconocer que se encuentra provisto de todas las explicaciones necesarias
Con respecto a
la fórmula de entrada en el salat (Allâhu Akbar) dice el chayj:
« El propósito
de esta repetición por parte del adorador es que «todos sus instantes estén
saturados de la consciencia de la Grandeza Absoluta de Dios».
Sobre la Fatîha
dice: «Éste es el íntimo discurso que se requiere específicamente del
adorador en la
Presencia Divina, cuando se halla ante su Señor y cuando los Secretos de
la Divinidad
fluyen abundantemente sobre él. Las Luces de la Santa Presencia resplandecen
sobre el que
alcanza esta Manifestación Divina, y el que La alcanza ha llegado a
un estado de
proximidad más allá del cual no se puede ir. Después de esto no queda
más que el
intercambio de confidencias. El Pueblo lo llama la Estación del Discurso
Intimo, y en ella
los oídos de los Gnósticos se deleitan con lo que les dice el Señor de
los Mundos».
«Lo mejor que oyen de su Protector Divino es:
“¿Deja esta proximidad algo que desear?”,
a lo cual el
que está inmerso en las Luces de la contemplación responde: “No, en
verdad, y por
ello Alabado sea Allâh, el Señor de los Mundos”, pues ha sido favorecido
más que los
demás y ha obtenido lo que su imaginación había sido impotente para concebir.
Al considerar
la oración en conjunto, da de ella el resumen siguiente:.
»Cuando ha
hecho válida su entrada en el rito de la oración (levantando sus manos y
diciendo Allâhu
Akbar) y cuando las Luces de la Manifestación Divina han brillado
visiblemente sobre él, comienza a retirarse dentro de sí poco a poco, y su
primer gesto de
recogimiento es
el de dejar caer sus manos a los lados o de ponerlas sobre su pecho después
de haberlas
levantado a la altura de la cabeza. Hace todo esto en razón de su aproximación
a la Verdad, y
cuanto más se acerca, más se retira en sí mismo. Primero se pide al adorador
que se levante en toda su estatura y que eleve las manos ante la Manifestación de
la Verdad que está ante él. Pero, cuando se ha alcanzado un cierto grado de unión
y el adorador ha empezado a acercarse progresivamente a la Verdad, su estatura se
modifica y su existencia es rebajada y comienza a replegarse como se pliega
un pergamino de escritos, a causa de su proximidad a la Verdad, hasta que
llega a la extrema proximidad que es el estado de prosternación. El Profeta ha
dicho: “Es en la prosternación cuando el siervo está más cerca de su Señor.” En
la prosternación desciende desde la estatura de la existencia al pliegue de la
nada, y cuanto más replegado está su cuerpo más replegada está su existencia,
como lo ha dicho alguien:
Mi existencia
se ha aniquilado en mi visión, y me he separado
Del “yo” de mi
visión, borrándolo, y no afirmándolo.
»Antes de su
prosternación el Gnóstico tenía la estatura erguida de la existencia, pero
después de su
prosternación se ha extinguido, borrado en sí mismo y Eterno en su
Señor».
Entre los
movimientos de la oración hay una inclinación seguida de dos prosternaciones.
Después de especificar que la inclinación significa «anulación de los actos y
también de las cualidades (en las Cualidades y Actos Divinos)», dice sobre la
prosternación:
«Cuando el
adorador ha llegado al grado de prosternación y se ha extinguido con
respecto a la
existencia, se prosterna una segunda vez a fin de extinguirse con respecto a
su extinción.
Así, su (segunda) prosternación es idéntica a su erguimiento después de la
(primera)
prosternación, erguimiento que significa subsistencia».
Tú no ves quién
eres, pues tú eres, pero no «tú»
«Él está prosternado con respecto a la Verdad,
erguido con respecto a la creación,
extinto (como
se extingue una Cualidad Divina) en la Unidad Trascendente, subsistente
en la Unidad
Inmanente. Y así, la prosternación de los Gnósticos es ininterrumpida
y su unión no
conoce separación. La Verdad los ha hecho morir con una muerte que no conoce resurrección.
Luego les ha dado la Vida, la Vida Infinita, que no conoce muerte»
.
De esta
posición final, el Šayj dice:
«Él debe tomar
una posición intermedia cuando retorna a la creación, es decir, debe
estar sentado,
lo cual está a medio camino entre la prosternación y la posición derecha, a
fin de hacer
válidas sus relaciones con la creación. Pues si volviera a las criaturas en un
estado de
extinción y anulación no podría hacerles caso. Y tampoco puede regresar a la
creación
derecho, esto es, alejado de la Verdad como lo estaba antes de su extinción,
pues entonces
regresaría a la creación como una simple criatura y no habría en él ningún
bien y nadie se
beneficiaría con su regreso. Debe tomar, pues, una posición intermedia,
y “el justo
medio es lo mejor en todas las cosas”. Se dice: “¡Viva el hombre que conoce
su valor y se
coloca por debajo de él!” Ahora bien, un hombre no obtiene el conocimiento
de su valor más
que en su anulación. Y así la posición sentada es la que se requiere
de él después
de su anulación».
En cuanto a lo
que desagrada a Dios durante la oración, Ibn ‘Jayr menciona,
entre otras
cosas: «Reflexionar sobre lo que es incompatible con el temor reverencial.»
El Šayj dice:
«Toda reflexión
es de hecho incompatible con el temor reverencial, el cual (en su
sentido más
pleno) no es sino deslumbramiento y maravilla ante la Esencia de Dios. Se
puede meditar
sobre las cosas creadas, pero no sobre la Esencia, tal como dijo el Profeta:
“Meditad sobre
todas las cosas, pero no meditéis sobre la Esencia, no fuera que perecierais.”
El pensamiento
sólo concierne a lo que es creado, pero cuando el Gnóstico ha llegado hasta el
Creador su pensamiento se transforma en maravilla. Así, la maravilla es el
fruto del pensamiento, y una vez que se ha producido el Gnóstico no debe
apartarse de ella ni cambiarla por lo que es inferior. Nunca puede sentir
bastante maravilla ante Allâh y, en verdad, el Profeta decía: “Oh Señor,
acrecienta mi maravilla ante Ti.” La meditación se exige del faqîr mientras
realiza su viaje. Se medita sobre lo ausente, pero cuando Aquel que se buscaba
está Presente en Persona la meditación se torna en maravilla. «Estar distraído»
y «apartar la mirada» es también detestable. El Šayj dice:
«Estar
distraído, para el Gnóstico, es estar ocupado con lo que no le concierne,
después
que ha
realizado el grado de la Perfección; y todo lo que no sea estar ocupado con
Allâh es tal
frivolidad y distracción que no justifica el volver la cabeza hacia ello ni que
se le dedique un
solo instante. Las ocupaciones en cuestión pueden estar permitidas para
la mayoría,
pero para el Gnóstico se cuentan como malas. “Las buenas acciones de los
Justos son las malas acciones de los Allegados”; y si
incluso las buenas acciones pueden
ser faltas para
ellos, ¿qué decir de los otros actos que alteran directamente su nobleza?
Les está
permitido manifestar sus luces de este mundo, pero éstas deben estar fuera
de ellos, y no
dentro pues los Gnósticos están interiormente siempre con Allâh, y si su
ser interior se
ocupara de otras cosas estarían distraídos en Su Presencia.
»En cuanto al
“apartar la mirada”, es como si el Gnóstico, después de realizar la
Unidad de Allâh
por medio de la visión directa, se volviese hacia otra estación o buscara
algo más que lo
que ya tiene, como si, por ejemplo, se dedicara a realizar prodigios con
el deseo de
violar para su provecho las leyes naturales y de tener poder, en concurrencia
con la Verdad,
para destruir a aquél cuya destrucción desea y para salvar a aquél
cuya salvación
quiere. Si Allâh en Su Amorosa Bondad no va a buscarle y le devuelve a
donde estaba,
perecerá con los que perecen, puesto que ha tratado de cambiar lo mejor
por lo peor, lo
superior por lo inferior, y no estaba satisfecho con un solo alimento. Es,
pues, de temer
que tenga que regresar a Egipto, al Egipto de las almas, puesto que no
estuvo
satisfecho con la Presencia del Santísimo».
«Los actos, las palabras y los estados de los
Gnósticos se sitúan entre lo que es obligatorio
y lo que está
recomendado, sin sobrepasar este límite. Pero esto lo realizan con
la ayuda de Allâh,
de modo que, si alguno de ellos se propusiera apartarse de lo que
complace a Allâh
y a Su Apóstol, probablemente no le sería posible; es más, sería incapaz
de ello, y la
incapacidad en este sentido es la realización concedida por Allâh. De ahí
que se afirme
que la protección (úifz) del Santo es como la infalibilidad (‘i·ma)
de los
Profetas».
Pasando luego a
los ritos funerarios, dice a propósito del lavado del cadáver:
«Aquél en quien
hay un residuo de vida no es lavado. Si se hallara ya en la mesa de
lavado y en uno
de sus miembros se percibiera un signo de vida, el lavador lo abandonaría
allí mismo. Del
mismo modo, el Šayj no procede a la purificación del discípulo mientras queda
en él algún residuo del alma inferior, es decir, a menos que el discípulo
haya realizado
su muerte, reduciendo a cenizas el fuego de su naturaleza. Si no, lo dejará
tanto tiempo
como haya en él algún deseo de estar vivo. Por ello, al discípulo que aspira a
entrar en la Presencia de Dios le exige que haga primero todos los esfuerzos
que pueda para reducir su alma a la nada y asestar el golpe mortal a su
existencia, a fin de ser pasivo entre las manos del lavador, no fuera que se le
abandonase con todas sus impurezas a causa de su naturaleza reacia y obstinada
y de su falta de pasividad. Como lo
ha dicho uno de
ellos:
Si el Destino
es propicio y si la Suerte te conduce
Hasta un
verdadero Šayj, un Šayj versado en la Verdad,
Esfuérzate en
complacerle, sigue sus deseos,
Y abandona todo
lo que querías llevar a cabo.
Sé con él como
un cadáver entre las manos del lavador.
A voluntad éste
lo gira, mientras él permanece pasivo.
»Así debe ser
el discípulo en manos de su Maestro si desea purificarse de todo
cuanto le ha
contaminado y si quiere escapar a sus limitaciones naturales. Luego, cuando
su purificación
se haya llevado a cabo y él se haya limpiado, de modo que la luz de
su Corazón haya
irradiado desde el nicho de su existencia, debe ocultar esta luz, pues
el guardar los
secretos es una de las marcas del Gnóstico perfecto, al igual que su
divulgación
es una
característica del ignorante. Ésta es la significación del sudario: debe ocultar
el vaso de la Libertad con el nicho de la servidumbre de modo que nada aparezca
de su estado de elegido salvo lo que sea necesario. Cuando la muerte del alma
se ha efectuado, cuando ésta ha sido purificada de la visión del ojo de los
sentidos y envuelta con una vestidura conveniente, entonces merece ser ocultada
de los ojos indiscretos, y esto es lo que significa la sepultura, es
decir, ha merecido la sepultura en la tierra de la oscuridad a fin de que su
posterior recimiento sea bello y agradable a Allâh, como lo ha dicho el autor
de al-Hikam:
“Entierra tu
existencia en la tierra de la oscuridad, pues la semilla que no es enterrada no
produce en
abundancia.”
»En verdad, no
hay nada mejor para el discípulo que la oscuridad después de la realización,
y para él no
hay mal mayor que la fama en ese momento, es decir, en el momento
de su llegada a
Dios, y no más tarde, pues después de su sepultura en la tierra de
la oscuridad no
hay ningún mal en la difusión de su fama puesto que el crecimiento ha
venido una vez
que las raíces han sido firmes, y no antes, de forma que no hay duda de
que producirá
en abundancia.
»Además, él no
ha buscado la manifestación para sí, sino que es Allâh quien lo ha manifestado
después de su sepultura. Él lo ha dado muerte. y lo ha enterrado; después, si
Él
quiere, lo
pondrá en pie; pero si Él no quiere, el Gnóstico no puede hacer crecer su
propia
fama según su
voluntad, pues en esta estación carece de toda preferencia, no desea ni
manifestación ni ocultación, y no es más que un instrumento en manos del
Artesano,
como ha dicho
uno de ellos:
“Me ves como un
instrumento cuyo Motor es Él.
Soy una pluma
entre los Dedos del Destino”».
«La muerte
corporal no puede tener lugar sin la intervención del Angel de la Muerte,e, igualmente,
la muerte espiritual no tiene lugar más que por mediación de un Maestro que
sabe cómo asir el espíritu de sus discípulos.
»El que
comprende que la muerte espiritual tiene como consecuencia las delicias de la
contemplación de la Divinidad, ¿cómo no abandonaría su alma a la destrucción,
considerando
como vanidad
todo lo que deja detrás de sí?, pues bien vanas, en verdad, son esas cosas a
los ojos de aquel que sabe lo que busca. En efecto, aunque el alma es preciosa,
más allá reside Lo que es más precioso que ella:
Preciosa es el
alma, pero por Ti quiero cambiarla,
Es amargo ser
muerto, pero por Tu Voluntad, se vuelve dulce.
»Cuando el
discípulo se entrega a un Šayj para que pueda unirle a su Señor, el Šayj
debe conducirle
a la Presencia de Dios con un rito cuyas obligaciones son cuatro.
»Entre las
obligaciones que rigen la realización de esta muerte y la sepultura de la
existencia del
discípulo, se encuentran cuatro afirmaciones de la Grandeza de Allâh. Esto
significa que
el maestro debe imponer al oído de su discípulo los cuatro Aspectos del Ser,
Primacía y Ultimidad, Manifestación Exterior y Ocultación Interior, todo a la
vez, saliendo al paso de todos sus argumentos y cerrando todas las
escapatorias. Entonces la verdad de las Palabras de Dios Él es el Primero y
el Último, el Exteriormente Manifiesto y el Interiormente Oculto se vuelve
tan evidente que, cuando estos Aspectos han cerrado sus filas y, por no haber
resquicio alguno entre ellos, el discípulo no encuentra ninguna salida, el
Espíritu de éste parte y su cuerpo se aniquila, puesto que las direcciones del espacio
ya no existen para él por el hecho de que, hacia cualquier lado que se vuelva,
no encuentra, entre estos cuatro Aspectos, ni siquiera el espacio de la punta
de un dedo.
Incluso si se
vuelve hacia sí descubre que él mismo es uno de estos Aspectos, y así ocurre
adondequiera
que se vuelva, de acuerdo con Sus Palabras adondequiera que os volváis,
allá
está el Rostro de Allâh. Así, cuando el arrobado vuelve su
rostro hacia sí mismo y ve en el espejo de su existencia el Rostro de Allâh,
dice, como dijo Al-Halayy: “En mi vestido no hay más que Allâh”; y con ello no
sólo entiende el vestido, sino todos los cuerpos, los más elevados y los más
humildes, los sensibles y los espirituales.
»Entonces el
espíritu del discípulo se desvanece, pues en la Presencia del Ser de la
Verdad no
encuentra “dónde” ni “entre” en el cual pueda existir.
»El que reza
por el muerto debe saber cómo conducirle a la Presencia de Allâh, puesto que
intercede por él. Debe, pues, hacer que Allâh le ame, para que sea bien
acogido; y entonces él mismo será uno de los hombres más queridos por Allâh,
como lo ha dicho el Profeta hablando con la Lengua de la Verdad (hadiz qudsi):
“El hombre que Me es más querido es aquel que Me hace ser querido por los
hombres y que Me hace queridos a los hombres.”
»Que sea, pues,
tan insistente como pueda en la oración, hasta que la Verdad haga descender Su
Beatitud sobre el muerto; y Ella no le recibe más que si su Maestro tiene una
intención profundamente resuelta.
»Cuando la
entrada del muerto en la Presencia de Dios se ha cumplido, entonces el
Šayj le propone
pasar de esta estación a otra que es la síntesis de las estaciones exterior
e interior; y
esto es expresado por la palabra Paz».
Suscribirse a:
Entradas (Atom)