« !Creyentes ! Obedeced a Allâh, obedesed al
Mensajero y a aquellos de vosotros quienes detenten autoridad.Y si disputais
sobre algo remitidlo a Allâh y al Mensajero, si creéis en Allâh y en el Ultimo
Día. Esto es preferible y tiene
mejor resultado ». (4-58)
EXPLICACION
Primeramente debemos
remarcar que en este ayat Allâh no hace referencia a los musulmanes sino a los
creyentes. Efectivamente, existe una diferencia entre los musulmanes que han
llegado a ser llamados « creyentes » y aquellos quienes solamente son
llamados musulmanes, como demuestra este ayat que sigue a continuación.
« Los beduinos dicen:
"¡Creemos!" Di: "¡No creéis! Decid, más bien: ¡'Hemos abrazado
el Islam'! La fe no ha entrado aún en vuestros corazones. Pero, si
obedecéis a Allâh y a Su Enviado, no menoscabará nada vuestras obras. Allâh es
indulgente, misericordioso" (Corán 49:14)
Ahora que se ha demostrado que ser llamado mu’min es un
grado dentro del Islam, superior a aquel quien ha aceptado el Islam y sus
preceptos sin más, pasemos a analizar los otros elementos que conforman el ayat :
Obedeced a Allâh :
La obediencia a Allâh debe ser una disposición que se
encuentra en el interior del ser humano ; éste, por dicha disposición
mantiene su corazón abierto a aceptar de buen grado la Voluntad de Allâh. Es
cierto que dicha Voluntad se explica fundamentalmente en el Qur’an, como
también es cierto que solamente muy pocos entre los musulmanes son capaces de
comprender el Libro debidamente a fin de poderlo realizar en su interior.
Para el mu’min, quien tiene siempre en el corazón una luz la
cual le ayuda a comprender la Voluntad divina en cada uno de sus actos, el Qur’an
es la Palabra divina ; sin embargo, dicha palabra sale literalmente del
Qur’an libro para formar parte de su vida, de sus actos, de su respiración, de
los latidos de su corazón. El Mu’min comprende el Qur’an de la vida de tal
manera que en cada uno de sus actos o los acontecimiento que ocurren en su existencia,
encuentra el ayat del Qur’an que lo fecunda.
Obedeced al Enviado :
Para obedecer al Enviado – ‘alayhi-s-salatu wa-s-salam – es necesario
conocer su vida, sus actos, sus deseos y su pensamiento. No obstante,como todos
ellos se encuentran regidos por la Voluntad divina, sin pena alguna, resulta
simple comprender que dicho conjunto ha quedado conveniente y suficientemente
reflejado en las fuentes escritas como para que cada musulmán tenga la
oportunidad de obedecedle. Promeramente porque en la Sunna del profeta se
encuentra el complemento y la explicación del Qur’an ; de tal manera que
podemos decir lo siguiente :
« La Sunna del Profeta –‘alayhi-s-salatu wa-s-salam –
es, no solamente el mejor tafsir del Qur’an, sino el tafsir del Qur’an por
excelencia »
No vamos a aportar más prueba a esta afirmación que las
palabras de nuestra madre A’isha – que Allâh esté satisfecho de ella – según las
cuales : El profeta era el Qur’an andante.
Y a aquellos quienes de entre vosotros detentan autoridad :
Dicha autoridad puede ser de tres clases :
a/ De orden mundanal y entonces estaremos hablando de la
obediencia al Jalifa, a los ministros, a los responsables en el trabajo, etc.
b /De orden religioso : En este caso estamos hablando
de la obediencia a aquellos quienes detentan un conocimiento teórico de la
religión, siempre que ellos mismos cumplan con las recomendaciones que emiten y
dedican a los musulmanes. Los principales exponentes de este orden son : Los
muhaddices que recopilaron los hadices para el conocimiento de todos los
musulmanes, sobre los cuales nuestro Profeta pidió las bendiciones de Allâh.
“Dijo Rasulu-l-Lâh – ‘alayhi-s-salatu
wa-s-salam -: ¡Oh Señor! Ten misericordia por las personas que vendrán después
de mí, aquellos quienes relatarán mis Hadices y mi Sunna y les enseñarán a las
gentes.”
(De Ali, recopilado por Tabarani)
Asimismo detentan una autoridad religiosa los
cuatro imames quienes establecieron las cuatro escuelas, y aquellos quienes
adaptaron los principios religiosos de Chari’a y Aquida a las circunstancias de
los tiempos.
C / De orden espiritual:
Las recomendaciones de aquellos quienes
detentan una autoridad proveniente de Allâh en el mundo espiritual no competen
a toda la Umma sino a aquellos quienes, sin estar obligados a ello, han
decidido tomar la Vía que llega al conocimiento de Allâh a través de la
extinción del Ego y de la voluntad propia en la Voluntad de Allâh. Este grupo
tiene asimismo su élite, la cual da indicaciones a los aspirantes para facilitarles
el recorres un camino el cual ellos mismo recorrieron en su tiempo.
Resumiendo: el Qur’an nos ordena que las
relaciones entre los hombres, entre los musulmanes concretamente y entre los mu’minin
especialmente, se basen en el principio de autoridad. Dicho principio de
autoridad debe estar basado en el principio de enseñanza y transmisión y no en
el principio de dominación de un ego sobre otro.
Pero
esta autoridad no se basa en doblar la rodilla ni agachar la cabeza frente a
aquellos quienes la detentan, sino en escucharles y obedecedles, teniendo
conciencia que dicha obediencia tiene a Allâh como destinatario y no constituye
un fin en ella misma la cual deba plasmarse en una sumisión personal; si la
persona quien detiene la autoridad abusa de ella y sale de los límites
prescritos por Allâh, se habrá convertido en un déspota, y si alguien se somete
a otra persona por él mismo y no por aquello lo cual representa se habrá
convertido en un mezquino
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