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domingo, 24 de mayo de 2015

REFLEXIONES DE UN HOMBRE QUE ENCONTRO LA VERDAD Y CAMINA POR ELLA



LA MAS BELLA HISTORIA DE ABDUL QADIR JILANI
La madre de Abdul Qader le dio a luz cuando tenía 60 años; ella era descendiente del Profeta -'alayhi-s-salatu wa-s-salam - por Hussayn y su marido lo era por Hassan.
En una ocasión el joven Abdul Qadir le dijo a su madre:
"Madre, dime porque tienes esa cicatriz en la mejilla". La madre calló y no quiso responderle. Entonces Abdul Qadir lo intentó de nuevo, pero ella no quiso responder.
Entonces Abdul Qadir la dijo: "Hace muchos años, antes de que yo viniera al mundo, un hombre te intentó violar; te alejaste a un lugar solitario para llenar el cántaro de agua y el hombre te siguió esperando su oportunidad. En el momento en el que se avalanzó sobre tí, un halcón voló sobre vosotros y le arrancó los ojos con sus garras".
La madre se quedó atónita, nunca había contado eso a nadie y ahora su hijo conocía su secreto. Repuesta de la sorpresa preguntó a su hijo como había llegado a conocer dicha historia, a lo que el joven Abdul Qader, respondió:
"Madre, el halcón era yo"


MISERICORDIA Y SUNNA
¿No dice el Libro de Allâh que Muhammad -'alayhi-s-salatu wa-s-salam - no ha sido enviado sino como Misericordia para los mundos?
Es precisamente por esto que aquel que no es misericordioso no practica la Sunna. Ya puede prosternarse con los brazos despegados del cuerpo si es hombre, o pegados a él si es mujer; ya puede ponerse un hijab, o una taqui'a o un turbante, ya puede dejarse una barba de 30 cms; ya puede vestirse como quiera, ya puede rezar a la hora; pero una cosa es cierta, si alguien no es misericordioso, no sigue la Sunna.
Porque la esencia de la Sunna es el acercarnos al carácter de sayyidina Muhammad -'alayhi-s-salatu wa-s-salam - tanto en la adoración a Allâh como en la bondad y misericordia hacia las gentes.
¿Cómo podría adorar convenientemente a Allâh quien no es misericordioso? ¿Cómo se puede seguir la Sunna si se es egoista?

CON EL PUEBLO
No comprendo a aquellos que se escudan en pertenecer a una tariqa sufi y se reúnen en grupos elitistas separados del resto de la comunidad.
En realidad éstos no han comprendido nada del sufismo.
El sufi, si lo es de verdad, vive con el pueblo, sufre con él, ríe con él, llora con él, ayuda a los necesitados, socorre a los afligidos. Porque el pueblo es la prueba de Allâh, no solamente para los gobernantes, sino para aquellos quienes dicen querer acercarse a Allâh.
¿Cómo podemos acercarnos a Allâh si dejamos llorar, sufrir y dejamos a nuestros hermanos a su suerte? El sufi no vive en el palacio de su propia egolatría, huye del complejo de superioridad como se huye de la peste. El verdadero sufi vive con el pueblo.

FUQARA
Los fuqara son:
Aquellos que se aman en Allâh.
Aquellos cuyo valor se encuentra en la brillantez de su corazón.
Aquellos quienes se consideran pobres e indigentes frente a Allâh.
Quienes se reúnen y se separan por la causa de Allâh.
Los que no aspiran al futuro ni se anclan en el pasado; viven el momento.
Aquellos cuya bondad se traduce en actos de misericordia.
Aquellos quienes sienten la presencia divina en sus vidas.
Quienes agradecen a Allâh sin límites y se maravillan con Sus dones.
Quienes han abandonado los cánceres del orgullo y el egoismo para siempre.
Quienes no pueden abusar de nadie y se conmueven ante el mal de otro.
Quienes esperan que Allâh les de, para tener la satisfacción de dar.
Quienes esperan siempre de Allâh y nunca de la creación...

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