NOMBRES DIVINOS XXVI - AL MUDILL - EL QUE HUMILLA
Faraón se presentaba como un dios ante el pueblo; incluso llegó a quitar la vida a aquel que quisiera adorar al Dios Unico y no le considerara a él mismo como una divinidad. Tal fue el caso de la peluquera de su hija, quien fue escuchada exclamando "En el Nombre de Dios"; preguntada a que Dios se refería por el propio Faraón, le respondió: "A mi Dios y Dios tuyo, Señor del universo". Fir'awun entonces mandó que delante de ella se introdujeran a sus hijos en una olla y se les cocieran como castigo a su desobediencia.
Pero Allâh humilló a Fir'awn haciéndole perecer con sus ejércitos en el mar y ahora su cadáver se encuentra expuesto a la vista como escarmiento de todos quienes al verlo recuerdan su maldad y orgullo desmedido.
Lo mismo ocurrió con el tirano rey Nimrod quien llegó a echar al fuego a Ibrahim - sobre él la paz - como castigo por predicar la Unicidad de Allâh y renegar de la adoración de los ídolos y de querer hacer renegar al pueblo de ellos. Pero Allâh ensalzó a Ibrahim salvándole del fuego, humillando por este mismo acto al tirano.
Cuenta la historia de la vida de Ibrahim como cuando nació su madre hubo de ocultarle en una cueva; no teniendo de qué comer Ibrahim encontraba comida en cada uno de sus dedos, de los cuales salían leche, miel y otros alimentos necesarios para mantenerse en vida.
Allâh envió a Nimrod un insecto, que entrando por su nariz se paseaba por su cerebro, volviéndole loco y acabando con su vida.
Cuenta la historia de la vida de Ibrahim como cuando nació su madre hubo de ocultarle en una cueva; no teniendo de qué comer Ibrahim encontraba comida en cada uno de sus dedos, de los cuales salían leche, miel y otros alimentos necesarios para mantenerse en vida.
Allâh envió a Nimrod un insecto, que entrando por su nariz se paseaba por su cerebro, volviéndole loco y acabando con su vida.
Así mismo Allâh humilló a Abu Lahab, de quien llegó a revelar una surat que relata su castigo en el Infierno; asimismo humilló a Umayya y Abu Yahil con una muerte cruenta a la vista de todos aquellos quienes tanta maldad debieron sufrir de ellos. Humilló Allâh también a Musayllima el impostor a quien Wahshi dio muerte con su jabalina.
Es así que Allâh humilla a todos aquellos quienes se han enorgullecido en este mundo, precisamente cuando se encuentran en la cima de su "grandeza", haciéndoles derribarse de su más alta posición a la más baja condición. Pero Allâh ensalza a su vez a aquellos quienes soportaron los reveses con paciencia y confianza en el auxilio divino.
Es este el proceder de Allâh en el cual no se encontrarán cambios; es así como Allâh humilla a aquel quien quiso ensalzarse a sí mismo. Allâh lo rebajará a la vista de todos y hará de él un escarmiento.
Que Allâh nos perdone, nos guíe, nos conduzca de las tinieblas a la luz y nos otorgue el Firdaws.
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