NOMBRES DIVINOS XV - AL GAFFAR - EL PERDONADOR, EL REMITENTE
Ha, Mim. (2) Revelación del Libro procedente de Allah, el Poderoso, el Conocedor. (3) Él que perdona las faltas y acepta el arrepentimiento, el Enérgico cuando castiga y Él que da con largueza.No hay dios sino Él, a Él es el retorno. (Surat 40)
Si hay un Nombre Divino que es propicio y convienente a toda la Humanidad, a todos los Creyentes, es el Nombre Al Gaffâr (El Perdonador).
Este Nombre nos recuerda la naturaleza humana, la cual es imperfecta, débil. El ser humano comete errores frecuentes, uno detrás de otro; a veces de forma consciente, e inconscientemente otras.
¿Qué sería de todos nosotros si Allâh nos juzgara por nuestros actos, no nos perdonara por ellos, y pesara en la balanza las buenas y malas acciones de manera equitativa? Simplemente ninguno podríamos escapar al castigo, a la cólera Divina.
Este sentimiento experimentaron los compañeros del Profeta cuando descendió la primera parte de este ayat:
Allâh no pide nada a nadie más allá de sus posibilidades. Lo que uno haya hecho redundará en su propio bien o en su propio mal....(2-286)
En el momento del descenso de este párrafo los musulmanes quedaron enmudecidos de temor Divino. Ellos, mejor que nadie, conocían sus propios defectos y sabían que nadie o casi nadie podría soportar un juicio Divino equitativo, donde las buenas y las malas acciones contaran de manera equivalente.
De inmediato, Allâh hizo descender esta segunda parte del ayat, con lo cual se confortaron los corazones al serles prometido un trato mucho más ventajoso que el que recibieron sus predecesores
...¡Señor! ¡No castigues si olvidamos o faltamos! ¡Señor! ¡No nos impongas una carga como la que impusiste a quienes nos precedieron! ¡Señor! ¡No nos impongas lo que está más allá de nuestras fuerzas! ¡Y absuélvenos, perdónanos, apiádate de nosotros! ¡Tú eres nuestro Protector! ¡Auxílianos contra el pueblo infiel! (2-286)
Es pues el perdón divino la mayor manifestación de la Misericordia Infinita de nuestro Señor; una gracia inmensa por la cual debemos estarle eternamente agradecidos, inmensamente reconocientes. En este sentido, todo es poco de nuestra parte, más aún si nos conocemos bien y sabemos cuales son nuestras miserias.
Si pedimos perdón a Allâh continuamente es señal inequívoca de que nuestro sentimiento de la condición de siervos se encuentra en buena salud. Si nos tenemos por poco, pediremos perdón y sabremos adorar a Allâh con humildad y sencillez. Allâh no necesita grandes protocolos para ser adorado; solamente nos pide que reconozcamos humildemente nuestra condición de siervos imperfectos, necesitados y débiles.
Quiera Allâh que así lo hagamos, que seamos perdonados, y por Su Gracia Infinita alcancemos el Firdaws.
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