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domingo, 24 de junio de 2012

Yalal-Yamal (majestad-belleza) - Reconciliación de antagónicos


Bismi-l-Lâhi-r-Rahmâni-r-Rahîm

Y la plegaria y la paz sobre la corona de los enviados, nuestro señor Muhammad, el mejor de la humanidad, su pura familia y nobles compañeros.

No es un descubrimiento el decir que este mundo sensible es la morada de los contrarios. Levantemos la mirada y contemplemos como cada acto de nuestra vida se encuentra limitado por valoraciones antagónicas, irreconciliables en la mayoría de los casos:

Placer-dolor, alegría-tristeza, bien-mal, amor-desdén, riqueza-pobreza, verdad-mentira, creencia-increencia, vida-muerte, halal-haram y muchos etcéteras más.

Mención especial estamos obligados a hacer a aquellos antagónicos reconciliables, pues ellos nos dan las claves de la existencia de una unidad englobante de toda oposición. Todas las dualidades, exceptuados “verdad-mentira” (pues la mentira es evanescente) o bien-mal (siendo esta última una consecuencia directa de la anterior), son conciliables cuando llegamos a la fuente de la cual han emanado. Nuestra especial mención es para tres de ellas, las cuales, como tres estandartes luminosos en un mundo de oscuridad, nos mostrarán el camino de la resolución de nuestra visión dual de las cosas: “vida-muerte”, masculino-femenino, belleza-rigor (Yamal-Yalal), siendo a esta última a la cual vamos a dedicar nuestro análisis de hoy.

Si la vida y la muerte son conciliables en virtud de las palabras del Qur’an donde el Libro sagrado nos explica que Allâh hace salir la muerte de la vida y ésta de aquella, no menos conciliables son masculino-femenino, fuente de la continuidad de la creación y base del amor. Sin embargo, la dicotomía belleza-rigor, aparentemente irreductible, lo es, siempre y cuando ascendamos por los estados espirituales hasta el punto de llegar a conciliar sus términos dentro de nosotros mismos.

Pero: ¿qué es esto de belleza-rigor? ¿Por qué no belleza-fealdad? La belleza de la cual hablamos aquí, no puede ser contrapuesta a fealdad pues estamos hablando del sentido más general del término belleza y no del específico referido a la percepción sensorial. Belleza pues, es sinónimo de bienestar, alegría, placer, comodidad y otros, considerados mediante consenso como aspectos positivos de la realidad sensible y psíquica; siendo rigor lo contrario.

La dicotomía en cuestión puede ser aplicada a tres colectivos distintos: Los increyentes y/o idólatras, el común de los creyentes y la élite de los creyentes. Son estos en realidad los tres colectivos más reales que pudieran existir, ya que se corresponden completamente con los tres grupos definidos en la surat al Waqi’a: los compañeros de la derecha (ashabu-l-yamin), los compañeros de la izquierda (ashabu-s-shimal) y los aproximados (muqarrabun).

Para los increyentes la belleza-rigor (la cual a partir de ahora llamaremos Yamal-Yalal) se manifiesta en el placer y la contrariedad. Para ellos disponer de una buena salud, dinero y amor fácil es el resumen del Yamal; así como el estar enfermos, el ser pobres y esforzarse para vivir es el extremo del Yalal.

Para los creyentes ordinarios, Yamal no solamente significa bienestar, salud y dinero, sino que además podemos enumerar el tener una familia feliz, un buen o una buena esposo/a y el encontrar la dulzura de la fe del Islam en su corazón; mientras que tomarán por Yalal: la enfermedad, los problemas económicos, la desgracia en el matrimonio o en la familia o las faltas las cuales nos separa de la religión de Allâh y entristecen el corazón.

Pero ¿qué hay de todo esto para aquellos quienes se quieren acercar a Allâh por la vía del Ihsan y desean alcanzar un maqam de proximidad y amor a Allâh (subhanahu wa ta’ala)? Amigos: en este caso no se puede medir con la misma vara.

Efectivamente, nos encontramos frente a un universo totalmente diferente de todo lo demás. El Yalal toma un protagonismo inesperado en la vía del tassawuf. No olvidemos que el Ihsan no es nada más ni nada menos que el “Yihad al-Kabir” (la Guerra santa Mayor) de la cual Rasulu-l-Lâh – sobre él la plegaria y la paz – hace mención en el hadiz: la guerra contra nuestras pasiones, arraigadas en nuestra alma como el bebé se encuentra arraigado al vientre materno del cual se nutre.

Si queremos avanzar en la vía del conocimiento, debemos saber primeramente, como para alcanzar este, debemos someternos efectivamente a la Voluntad de Allâh. Dicho sometimiento, aunque se encuentre englobado en él las obligaciones y prohibiciones de la Ley revelada, debe ser total y no limitarse solamente a las indicaciones colectivas. Es un sometimiento individualizado, a medida de nuestra nafs. Debemos decir que a fin de garantizar dicha sumisión total, preludio de la suma extinción, tenemos necesidad de recibir el Yalal.

 Pero antes debemos realizar la siguiente observación: No está permitido a un chayj el causar mal o desagrado a un murid. El trabajo del chayj se debe limitar a guiar al discípulo, aconsejándole en todo momento, sin entrar a colaborar en el desenlace del juego de fuerzas las cuales se manifiestan en el interior del murid. Ahora bien, como dicho chayj ya ha pasado por situaciones semejantes, provisto que Allâh le muestra el estado de su murid en todo momento, es por ello que puede realizar su función con una competencia total, haciendo verdad el hadiz siguiente:

La religión es el buen consejo

Ni que decir tiene que dicho consejo debe respetar los límites de la Ley religiosa, pues si no nos encontraríamos, no ante un chayj, sino ante un impostor (recordemos que Allâh lo puede perdonar todo salvo la mentira). Sin embargo, su consejo puede venir, como seguramente viene, de más arriba de los siete cielos.

Salvada esta cuestión, entonces no nos queda sino Allâh para imponer el Yalal (rigor). Efectivamente; provisto que ninguna criatura tiene derecho a imponernos el rigor, es Allâh quien lo hace directamente. ¿Cómo?: A través de todo aquello lo cual desagrada y repugna a nuestro nafs. El Yalal se manifiesta en forma de: problemas reales, miedos, disgustos, pérdida de salud, problemas financieros, problemas familiares, pérdidas y/o contrariedades de todo tipo y muchas más cosas. No existe un catálogo del Yalal pues cada alma es distinta y cada una de ellas tiene sus puntos débiles; allá donde un alma es sometida otra se muestra rebelde y viceversa.

No obstante, los muchos momentos de Yalal se ven compensados con nubes del Yamal las cuales llegan a compensar el rigor sufrido y a acariciar el alma del murid a fin de que Allâh le muestre un preludio de Su complacencia y misericordia. Y aunque estos momentos son pocos, son suficientes para hacernos comprender que el sol ardiente del Yalal no puede llegar nunca a quemarnos del todo, puesto que su finalidad es educarnos y hacer de nosotros siervos sometidos. Por eso, y a pesar de todos los miedos de verse colocado frente a un abismo desconocido y profundo y caer en él para nunca más volver, Allâh nos muestra su Yamal para compensar. No en vano dijo al chayj al-Alawi en una qasida a sus discípulos destacados:

Antum fi amani-l-Lâh (vosotros estáis en la seguridad de Allâh); y también esto otro:

Antum mulukul-l’ard min hayzu qurbihi (Vosotros sois los soberanos de la tierra en tanto os encontréis en la presencia de Allâh)

Sí: tenía razón el chayj: ¿Qué mejor soberano que aquél quien ha hecho del Yalal de Allâh su vestido y del Yamal su ornamento?

Efectivamente, el murid se va acostumbrando al Yalal pues ve en él la prueba de la proximidad y el amor de su Señor. El Yalal nos ha educado, nos ha formado, cual soldados victoriosos capaces de presentarnos ante la puerta del palacio del Malik. Sin duda, el Malik (Allâh) nos recibirá con la mayor de las complacencias, cuando vea nuestros exquisitos modales fruto de una noble y sabia educación.

Nuestros vestidos estarán puros como la nieve, nuestros adornos serán los convenientes para la ocasión, pues ella lo merece.

Nos encontraremos pues ante aquella Presencia única donde Yalal y Yamal son uno, reconciliados en nuestro corazón desde el día en el cual el alma claudicó.

Salam






2 comentarios:

  1. Salam aleikum."cuando Allah desea el bien para un siervo,se apresura a mandarle sufrimiento". Ningun amigo de Allah ha llevado una vida comoda,y Allah sabe mas.Por cierto Sr Mullor he leido algo sobre los malamatiya (creo que se escribe asi) o los "hombres de la reprobacion" y sus planteamientos parecen razonables.¿podria Vd si conoce a estos ¿sufies?,darme una breve opinion?.Pd:conoce Vd muy bien el perverso sistema de la mafia medico-farmaceutica.Trabaje quince años en ella y es una industria manejada por el Dayyal desde la cuspide a la base.Lo deje porque no podia callar mi conciencia y solo era un director regional....Saludos.Youssef Ali.

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  2. Wa 'alaykum a-s-salam:

    Efectivamente; fueron los profetas y los 'awilyya los mas probados de la Umma. Nada más que recordar aquello lo cual debieron pasar nos podemos sentir afortunados pues seguro que no lo podríamos resistir.

    Lo delos malamatiya lo conozco de haberlo leído. Era una vía cosnsistente en mostrar las malas costumbre en público y giardar las buenas en privado, buscando así que el desprecio de las gentes trabajara para apagar nuestro ego. Todas las tariqas sufis, aunque no hayan sido directamente mamlamaties han guardado un poco de esa táctica a fin asimismo de protejerse contra la curiosidad malsana.

    Con respecto a tu pasado en el oscuro mundo de los fármacos, no te puedo decir nada. Hay ocasiones en las cuales solamente uno mismo puede decidir y nadie tiene derecho a reprocharle nada.

    Salam.

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