Bismi-l-Lâhi-r-Râhmani-r-Rahîm
Wa-s-salatu
wa-s-salamu sobre la corona de los Profetas: sayyidina Muhammad
Malik Dinar
nació en el año 137 de la Hégira:
Fue discípulo
de Hasan al-Basri (el príncipe de la comunidad de los sufis)
He aquí una
corta biografía traducida del francés del libro de Faridu-d-din Attar titulado “El
memorial de los santos”:
Ese
príncipe de los hombres de élite, ese espíritu sutil en el dominio de la
ciencia, ese viajero de los caminos de la verdad; él quien parecía tener alas para
volar en la región del amor, ese Malik Dinâr, que la misericordia de Allâh sea
sobre él. Su padre era esclavo de un señor. Pero él, aunque hijo de un esclavo,
era un hombre libre en los dos mundos.
Dinâr era
el sobrenombre de su padre. Según otro relato, he aquí lo que sucedió. Un día
Malik Dinâr habiendo entrado en una embarcación; esta salió al río. Una vez en
pleno río, el patrón del barco pidió a Malik Dinâr dinero para pagar su pasaje.
Como él respondió que no tenía dinero alguno con él, el patrón le golpeó tan
fuerte que perdió el conocimiento.
Una vez
vuelto en sí, se le volvió a pedir dinero. Habiendo recibido aún la misma
respuesta de su parte, recomenzaron a golpearle, tan rudamente como antes, tres
veces más. Después se le dijo: “Si no nos pagas te echaremos al agua”. En ese
momento, bajo la orden del Altísimo, numerosos peces sacaron la cabeza del
agua, sosteniendo cada uno con sus dientes un dinar. Malik, alargando la mano,
tomó de la boca de uno de ellos una pieza la cual dio al patrón. Viendo esto,
los marineros llenos de estupor, besaron todos las manos y los pies de Malik, a
quien pidieron perdón. En cuanto a él, saliendo del barco, se fue corriendo
sobre la superficie de las aguas del río, como si hubiera estado caminando
sobre la tierra firme, y desapareció. He aquí pues porque se le llamó Malik
Dinâr.
He aquí lo
que le impactó y le movió a hacer penitencia. Habiéndose dirigido a Damasco, se
dirigió a la mezquita que había hecho construir Muawiyya y se sentó allí. Esta
mezquita poseía muchos bienes habuz (de la comunidad), y Malik concibió el
deseo de que le fuera confiada su sur intendencia a fin de convertirse en el
administrador. Fue con este fin que, durante un año, se dedicó a los ejercicios
religiosos en esta mezquita. Un día se dijo: “He aquí pues que desde un año me
dedico a devociones mentirosas e hipócritas”.
Una noche,
como él llevaba una vida dichosa con sus amigos en un lugar retirado, estos se
acostaron y durmieron. En cuanto a él, se encontraba tendido en tierra, bien
despierto. De repente se dejó oír una voz: “Oh Malik, ¿qué te ocurre para que
no hagas penitencia?”. Malik, escuchando esta voz, fue golpeado de estupor. Después
se levantó, hizo sus purificaciones y se dirigió a la mezquita. Allí, él se dijo: « He
aquí que desde un año yo hacía la plegaria como un hipócrita; a partir de ahora
voy a adorar a Allâh en toda sinceridad”. Y desde está noche misma se dedicó a
las santas prácticas con un corazón puro. La mañana siguiente, cuando se levantaba
la aurora, todas las gentes de los alrededores se reunieron en la mezquita, y
después de haberlo inspeccionado con esmero, exclamaron: “Hace falta un administrador
en esta mezquita para conservarla y ocuparse de ella”. Y todos fueron de la
opinión de encargar dichas funciones a Malik.
Entonces
ellos le dijeron: “Encárgate de la administración de esta mezquita ».
Escuchando esta proposición, Malik exclamó en un en su interior: « Señor mío,
mientras que yo te ofrecía homenajes hipócritas, durante todo un año, nadie me
ha preguntado quien era yo. Por una sola noche que Te he adorado con un corazón
puro, he aquí que hoy Tu me traes todas esas personas quienes quieren hacerme
llevar esta carga; pero yo juro por Tu Unidad que no aceptaré una tarea
semejante.”. Y, levantándose de repente, salió de la mezquita. Después,
habiendo ido hacia un lugar separado, se aplicó con toda la sinceridad de su
corazón a servir al Señor Altísimo, sometiéndose de buena voluntad a las
austeridades y a combatir sus pasiones.
Se cuenta
que había en Basora un hombre rico, poseedor de mucho dinero y ganado. Cuando
este rico murió, dejó una hija bellísima. Esta fue a buscar a Tsabit Bennani,
el personaje más influyente de la ciudad y le dijo: “Deseo ser la esposa de
Malik Dinar.” Tsabit Bennani repitió estas palabras a Malik, quien le respondió:
« He repudiado por tres veces este bajo mundo. Ahora bien, una mujer forma
parte de los bienes de este bajo mundo, y no me está permitido el retomar a una
mujer a la cual he repudiado tres veces. »
Se cuenta
que un día en el cual Malik, acostado bajo la sombra de un muro, se había
dormido; una serpiente, teniendo entre los dientes un narciso, se ocupaba en
abanicarle.
Durante
muchos años Malik Dinar tuvo el deseo de ir a la guerra santa, y él decía a propósito de ello: « Cuando
al fin pude ir, el mismo día de la batalla, fui tomado por un violento acceso
de fiebre, tan fuerte que no pude asistir. Me quedé acostado y me decía:
« Si yo contara en algo para el Señor Altísimo, no me encontraría hoy
convaleciente por causa de esta fiebre”. Habiéndome dormido mientras hacía
estas consideraciones, oí una voz que me decía en sueños: « Malik, si tu
hubieras entrado hoy en batalla, hubieras sido derribado y hecho prisionero;
una vez prisionero, te hubieran hecho comer la carne de cerdo y te hubieran
convertido con ello en un infiel. Esta fiebre ha sido pues un gran beneficio
para tí de la parte del Altísimo. Me desperté después de este sueño y realicé
muchas acciones de gracias al Señor.”
Se cuenta
que un infiel, disputando con Malik, le decía: « Mi religión es superior a
la tuya”. – “Ven pues, le respondió Malik, pongamos los dos las manos en el
fuego. Aquel de nosotros cuya religión sea la verdadera, sus manos no se
quemarán.” Habiendo atado el infiel y Malik sus manos una con la del otro, la
aplicaron ambos sobre el fuego, sin que ninguno de ellos sufriera quemadura
alguna. Malik se quedó todo preocupado, temiendo que los simples sacarán la
conclusión que la religión del uno y del otro eran buenas.
“Lleno de
inquietud, contaba Malik, me retiré a mi casa, donde lloré abundantemente,
dirigiendo a Allâh ardientes plegarias. ¡Dios mío, exclamaba, me has puesto a
la misma altura que a un adorador del fuego! Como yo hablaba así, oí una voz
que me decía: “Malik tu mano ha protegido la del infiel. Si él hubiera metido
el solo la mano en el fuego, ya verás lo que le hubiera ocurrido”. “Durante un
cierto tiempo, continua Malik, estuve gravemente enfermo. Cuando me sentí
mejor, me dirigí al bazar. De repente, vi al alcalde de la ciudad quien la
atravesaba, seguido por sus hujieres, los cuales exclamaban: “¡Atrás!” y
golpeaban a la muchedumbre. A causa de mi estado enfermizo, no me pude alejar a
tiempo y un hombre, aproximándose a mí, me golpeó con un látigo. De mi lengua
se escapó la siguiente imprecación: ¡Que Allâh te corte la mano! Al día
siguiente vi al mismo hombre con la mano cortada, extendido en el interior del
bazar. A la vista de este espectáculo tuve un remordimiento y me prometí no
maldecir a nadie nunca más ».
Un joven de
modales brutales, era vecino de Malik, quien sufría día tras día las
consecuencias de su maldad, pero que esperaba pacientemente que algún otro se
quejara a él en su nombre. Un día un grupo de gentes vinieron a él a darle sus
quejas a causa de éste. Malik fue a buscar a este joven para darle las quejas
de todos; pero era un altanero, arrogante, y le respondió: « Yo soy uno de
los familiares del sultán. Así que te denunciaré al sultán, dijo Malik. « Bah,
dijo el joven, aunque me denunciaras cien veces, el sultán no me dirá nada
porque está muy contento con mis servicios”. “Entonces, prosiguió Malik, si no
hablamos al sultán, es al Misericordioso que me voy a dirigir.” « La
generosidad del Misericordioso es grande, replicó el joven; no será por tan
poca cosa que El me castigará”. “No encontré respuesta a esto y me retiré a mi
casa. Unos días después, la insolencia de este joven se había vuelto más grade
aún, un gran grupo de gentes vinieron a mí de nuevo para quejarse de él. “Eh
bien, les dije, voy a darle una lección”. Cuando estaba de camino, oí una voz
que decía: “Malik, no vayas a empeñarte contra nuestro amigo”. Oyendo esta voz,
fui golpeado de estupor. En cuanto el joven me vio, dijo: “Eh Malik ¿Qué te
trae de nuevo por aquí?”. “Te traigo una buena noticia, le respondí; y yo le
hablé de la voz que había oído durante el camino. A esto el joven exclamó:
“Puesto que ello es así, voy a dispensar en Su servicio todo cuanto poseo. Tal
será Su deseo, tales serán mis actos. Ahora bien, El desea sobre todo las
buenas obras y es con ellas con las cuales Le voy a rendir homenaje; prometo en
mi arrepentimiento, que nunca más cometeré una mala acción”. Y así dicho, el
consagró su vida enteramente al servicio de Allâh, así como lo que poseía en
dinero y bienes. Después, saliendo de la ciudad, se dirigió al desierto, y
nadie más le vio.
Mucho
tiempo después, contaba Malik este joven se quedó tan delgado como un siwak.
¿Qué es lo que haces? – le dije - . Y él me respondió: “El había dicho,
hablando de mí, él es nuestro amigo; y bien Malik, yo voy con mi Amigo”; y
después de haber dicho una vez ¡Allâh! Rindió el alma”
Salam aleikum.Alimento para el alma...Gracias y un saludo.Youssef Ali.
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