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martes, 10 de mayo de 2011

Consideraciones sobre el maqam - III

Bismi-l-Lahi-r-Rahmani-r-Rahim

Allahumma salli ‘ala sayyidina Muhammadin ‘abdika wa rasulika nabiyyi-l-‘umiyyi wa ‘ala ‘alihi wa sahbihi wa sallim taslima


En las palabras que preceden hemos hecho mención al camino el cual nos puede hacer avanzar en el maqam del Iman y del Ihsan. La condición previa y “sinequanon” para embarcarnos en esta noble y maravillosa empresa es la Chari’a. No se puede ir más lejos sino se ha establecido el cumplimiento estricto de la Chari’a de una forma sólida e inquebrantable. Las dos razones más importantes son: primeramente la sumisión a la Voluntad Divina, nos guste o no, y la siguiente razón es que la Chari’a actúa como moderador entre las fuerzas provenientes del Ruh y de las pasiones de nuestra nafs.

Nos quedamos atónitos cuando escuchamos algunas críticas referentes a la toma de un maestro en tan noble camino. Algunos, estandartes de la dólar-ignorancia y de la confusión, llegan a decir que la obediencia a un maestro es una suerte de “shirk”.  Nosotros les decimos: - Es shirk adorar al señor dinero como ustedes lo hacen -.
Rasul – sobre él la gracia y la paz – nos habla sobre el deber de seguir a un responsable en todos los ámbitos de nuestra vida. Ha aquí dos hadices al efecto:

“Obedece a tu jefe aunque fuera un esclavo negro abisinio”
“Una comunidad sin dirigente es una comunidad maldita”
En todos los ámbitos de la vida, el aprendizaje requiere un maestro, necesario a la sazón, para que las personas consigan convertirse en expertos de cualquier materia. De esta manera, para aprender el fiqh es necesario un maestro, para poder recitar el Qur’an convenientemente es necesario un maestro, y así sucesivamente para cualquier rama de la religión y de la ciencia, donde la figura de un maestro en tan necesaria como imprescindible.
No es necio decir, como dicen algunos?: “El maestro fulano ha dicho que la obediencia a un maestro es shirk”. Si esto fuera así, estimado amigo, tú eres el primer practicante del shirk habiendo citado a fulano o a otro al efecto. Pero la ceguera es grande y la sinrazón también cuando se intenta atacar aquello lo cual no se conoce.
Es sabido por todos que el camino para avanzar a través de los maqam del Iman y el Ihsan se llama sufismo.
Existe el error, desgraciadamente muy extendido, de considerar al sufismo como “una rama del Islam”. Debemos aclarar este punto diciendo que el sufismo no es una rama del Islam, sino que antes bien, es el Islam completo.
No puede existir el Islam sino existe el sufismo. Pues, es el Islam la realización completa de todas sus ramas sin excluir ninguna (Islam, Iman e Ihsan). No podemos hablar de Islam de una forma total si solamente hablamos de Chari’a. Hasta nuestros días, y desde tiempos del Profeta, el sufismo es la única ciencia islámica capaz de proporcionar al ser humano una visión-conocimiento-realización completa del Din.
La Chari’a y sus ciencias relevan del Islam y algo del Iman, así como la filosofía releva de las principios teóricos de las verdades consideradas desde el prisma lógico-racional.
Sin embargo, el sufismo abarca todas las ciencias, todos los conocimientos susceptibles de ser adquiridos. El hecho de ser atacado por algunos, toma su razón de los intereses ególatras y económicos de aquellos de quienes se dan a esta clase de ataques indignos para atraer a sus correligionarios y a los suculentos ingresos los cuales éstos pueden proveerles.
Sería de Perogrullo el dar los nombres de estos grupos tan conocidos, redes económicas las cuales buscan hacer a la Umma pasto de la ignorancia. Tengan el nombre que tengan este hadiz está destinado a ellos:
“En los últimos tiempos la religión de las gentes será la de amasar la mayor cantidad de dinero posible”
Sin embargo, no queremos seguir adelante sin proponer la siguiente reflexión:
No pretendemos decir que sin el sufismo no se puedan realizar estadios en el maqam del Iman. Sí precisamos, y damos por certero el hecho de que para acceder a los altos estadios del Iman es necesaria la enseñanza y la guía de un maestro (shaikh) sufí.
Hemos sido dichoso testigo de cómo gentes, quienes se habían acostumbrado a ir a la mezquita, rezar el Fayr y recitar el Qur’an, en la última parte de sus vidas han alcanzado un grado de certeza (Yaqin), capaz de sorprender a propios y a extraños. Todo ello debido a la limpieza y la nobleza de sus corazones. Este hecho lo contemplé en un amigo sharif (familiar del Profeta), el cual hizo gala durante toda su vida de una sinceridad y nobleza absolutas. Allah se lo llevó joven y algunos meses antes de su muerte era capaz de expresar razonamientos dignos de los más sabios estudiosos de la religión.
Debo deciros, a fuer de sincero, que lo escrito hasta aquí no ha sido hecho sino en virtud de comentario a fin de preparar a aquello lo cual está por venir. Estas precisiones son necesarias en tanto nos pueden despejar algo el camino de la comprensión. Como no tenemos prisa, y queremos poner cada elemento en su sitio, iremos expresando paso a paso todo aquello lo cual intentamos sea comprendido por vosotros de la manera más sencilla posible. Aunque, os confesamos: La teoría, es solamente teoría, y nos puede hacer intuir aquello lo cual únicamente la práctica personal nos puede mostrar.
Muchos creen que por el hecho de pertenecer a una tariqa y tener un maestro han alcanzado un grado en el camino de Allah. Qué sorpresa se llevarán algunos cuando les expliquemos que esto no es así, y más cuando vayamos dando las razones del error de una tal apreciación.
Para ello, comencemos a analizar, una a una, las etapas las cuales se siguen a partir de un primer y necesario contacto con la doctrina de los significados, y de los conocimientos reales de la naturaleza de la creación de Allah, así como del acercamiento a Su sublime presencia.
 

1 comentario:

  1. Bismillahi r-Rahmani r-Rahim

    As-Salamu ´alaikum

    Sin duda, ha debido ser un buen lugar de vacaciones, pues las pilas estan cargadas.

    In Sha´a Allah seguiremos (sin prisa)lo que tenga a bien manifestar.

    Ma´a Salama

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