Bismi-l-Lâhi-r-Rahmâni-r-Rahîm (En el Nombre de Allâh, el Todo
Misericordioso, el que manifiesta Su Misericordia)
Allâhumma ṣallî
ˤalâ sayyidinâ Muḥammadin ˤabdika wa rasulika nabiyyi-l-‘umiyyi wa ˤalâ ˤalihi
wa ṣaḥabihi wa sallimu taslima.
(Oh Allâh haz la
plegaria sobre nuestro señor Muhammad, Tu siervo, Tu enviado, el profeta
iletrado y sobre su familia y compañeros, así como la paz perfecta)
En numerosísimas
ocasiones hemos expresado el hecho de que la práctica del sufismo verdadero se
ha retrotraído en pequeños grupos o élites donde se siembra, germina, crece y
desarrolla la semilla del verdadero conocimiento de Allâh, llamado ma’rifa.
Sin embargo, hasta
ahora, nunca habíamos analizado en detalle el proceso por el cual la verdadera
transmisión espiritual, procedente de nuestro Profeta – sobre él la plegaria y
la paz -, transmitida en cadena ininterrumpida por los hombres del
conocimiento, ha desaparecido prácticamente del ámbito público de aquellas
tariqas que cuentan con numerosos miembros ; antes bien, ella ha trascendiendo al ámbito
privado, y casi familiar, donde pequeños grupos, procedentes sin duda de esas
mismas tariqas,han quedado desgajados de su rama visible (casi siempre
ilegítima), conservando en silencio la semilla de la verdad en su estado más
puro y completo.
En este fenómeno han
intervenido factores externos e internos. Y dichos factores son fáciles de
localizar cuando se posee un mínimo de experiencia en el ámbito del sufismo, a
la vez que un espíritu de observación sincero. No obstante, reconocemos que
dicha constatación resulta mucho más difícil de realizarse para aquellos
quienes se han adherido al sufismo de una forma superficial, siguiendo los
cantos de sirena de las promesas poéticas y futiles las cuales prometen un
fácil acceso a la realización espiritual, la cual al final nunca llegará.
Porque intensidad y
sinceridad van de la mano en el camino de Allâh, de tal manera que la falta de
interés o de intensidad revela una falta de compromiso sincero por parte del
aspirante. Más aún : sin sinceridad es absolutamente imposible llegar a
aprender un solo ápice del verdadero sufismo, el cual está basado en el
sometimiento activo a la Voluntad de Allâh, la búsqueda resuelta de la Verdad y
el reconocimiento de las carencias personales.
SUFISMO TEORICO Y
SUFISMO PRACTICO
El Sufismo como
teoría es la base doctrinal en la cual se encuentra anclado. Dicha base
doctrinal define el objetivo, así como los medios para llegar a él. Ella
constituye en si misma una fuente de sabiduría, habida cuenta que se encuentra
firmemente enraizada en el Libro de Allâh – exaltado sea – y la Sunna de
sayyidina Muhammad – sobre él la plegaria y la paz -.
Sin embargo, este
nivel de conocimientos no pide de nadie un esfuerzo especializado ni una
disposición determinada del interior de la persona. No pide tampoco ni la
sinceridad, ni la determinación, ni la bondad, ni el buen carácter ; ese
conocimiento solicita únicamente el esfuerzo de algún tiempo de estudio. Es por
ello, que en él mismo, no constituye un grado de orden especialmente elevado,
aunque si sea imprescindible como primerísima etapa necesaria del caminar del
aspirante.
Algunos oportunistas
« iluminados » como los perennialistas del corte de Schuon, Lings,
Corbin, Burtkard, y otros autodenominados « intelectuales del sufismo »
aprovecharon la coyuntura del total desconocimiento que asolaba Europa, no
solamente en el dominio del sufismo, sino en el del Islam, para presentar unas
teorías, tan originales por lo nuevas, como manipulables por lo desconocidas
para el ciudadano intelectual europeo.
El ser pionero en
cualquier asunto ya constituye una ventaja ; si además se posee una
cátedra universitaria, la posibilidad de editar publicaciones se acrecienta por
mil. Y no solamente eso, sino la fama que precederá a las personas quienes
hayan sido las primeras en presentar el « producto ». No es necesario
esplicar el contenido de las leyes del « Canon » y de la
« Propiedad intelectual » en este como en otros ámbitos.
Si además, dichas
teorías la hacemos más aceptables, deformándolas hasta el punto de adulterarlas
para hacerlas congeniables con las teorías de moda en los círculos
intelectuales al uso en la sociedad occidental, entonces la fama y el dinero
caerán cual mana del cielo para estos comerciantes del
« conocimiento ».
En este orden de
cosas se llegaron a constituir falsas tariqats las cuales tomaron como cuna
Egipto, país que durante la época de la dominación inglesa llegó a crear una
oficina a fin de dar de alta las nuevas y falsas tariqats nacidas de esa mezcla
explosiva, entre sufismo teórico y el perennialismo masón. Un claro ejemplo de
este desorden lo ilustra la utilización fraudulenta de dicha oficina por Salama
Redi y René Guenon a fin de dar de alta una nueva tariqa aparentemente
bifurcada de la Shadilita, la cual en ese tiempo gozaba de una buena
implantación en el país.
Más recientemente, y
en el orden del ámbito de la utilización fraudulenta del sufismo teórico
tenemos el caso del actor escocés Ian Dallas quien llegó a formar una falsa
tariqa llamada Morabitum, falsamente anclada en la tariqa Habibiya de Marruecos.
Con esta falsa filiación el actor ha llegado a manejar grandes sumas de dinero
procedentes de las aportaciones de los países islámicos, quienes en su día
apostaron por el incipiento renacer musulmán de al Andalus. Dinero, en teoría
del habus (propiedad de la Umma Islámica) el cual ha servido y sirve para
alimentar a los componentes de su secta y seguir soportando la falsedad en la
cual se encuentra anclada.
El caso de otras
falsas tariqats, las cuales mencionaremos más adelante en el texto, pertenece
más bien al desorden funcional y metodológico que al simplemente teórico como
es el caso de las que acabamos de mencionar.
CIRCUNSTANCIAS
EXTERNAS
El principal
desencadenante externo de la desmembración del sufismo fue la ruptura del
califato. Ataturk, masón, presidente de la Turkía postcalifal se concentró en
atacar a las tariqats sufíes que poblaban su país. Turkía se encontraba
especialmente vinculada a la Tariqa Naqsbandiyya. La prohibición de la práctica
del sufismo y la persecución sistemática de sus adeptos debilitó dicha tariqa
hasta un punto en el cual su renacimiento posterior se ha visto claramente
afectado. Los maestros verdaderos y cualificados del sufismo fallecieron dando
lugar a un intento de rescate de la tariqa a base de mantener su forma
estructural, olvidando el fondo, al cual, al fin y al cabo, no es otro que la
transmisión del conocimiento espiritual, claramente ausente en el seno de la
estructura física de dicha tariqa en la actualidad.
El discurso de los
grandes maestros ha quedado, sus palabras también, pero la ma’rifa ha
desaparecido, quedando a la cabeza de dicha tariqa maestros no cualificados en
el orden estrictamente espiritual, si bien hay que reconocer que a nivel de la
Chari’a nada ha sido adulterado. Aún a pesar de esto, al ser cualquier tariqa específicamente concebida para el
desarrollo espiritual, la posibilidad de caminar en el conocimiento de Allâh ha
quedado anulada por la falta de un maestro cualificado el efecto.
Para suplir dicha
carencia, tariqats como la Naqsbandiyya han tratado de caminar sobre la senda
del restablecimiento de la Aquida Islámica tradicional, lo cual es loable como
emprendimiento, aunque hay que decir que en honor a la verdad ha sido
descuidada la finalidad de la tariqa, que es la de enseñar la ciencia del
interior (Ilmu-l-Batin) por la sencilla razón, repetimos, de la falta de una o
varias personas capaces de transmitirla. Y en ese sentido si consideramos
negativa la actitud de sus autoproclamados chuyuj, queriendo, a toda costa, hacernos
ver que están capacitados para enseñar la ma’rifa, cuando en realidad se trata
de un grupo de reconstrucción de la Aquida y el Ilm islámicos.
Hubiera sido mejor
reconocer la verdad a la espera del posible advenimiento de un maestro capaz, aunque
todo parece indicar el aprovechamiento de una oportunidad innegable de ganar
puesto y fama, cuando no dinero, balanceándose cómodamente en las ayudas
gubernamentales, ayudas estas que fluyen de las arcas del estado para mantener en
vigor la acción del plan masón de deformación sistemática del Islam,
aprovechando para ello el hambre y la ambición de sus destinatarios.
En el mismo orden de
cosas, no es menos cierto que antes que en Turkía los sufis fueron perseguidos
en Arabia Saudita por Muhammad Ibn Abdel Wahhab y sus esbirros, así como por
sus muy ricos y prepotentes seguidores. Ellos inventaron una nueva doctrina poniendo
como excusa que las costumbres islámicas deberían ser reformadas en el país,
cuando en realidad ellos buscaban vender tanto el Islam como el país a la
masonería y al poder económico occidental UK-USA respectivamente.
Dice el hadiz :
« Lo
que más ama el chaytan es mezclar la mentira con la verdad »
CAUSAS INTERNAS
Cuando hablamos de
factores internos, nos estamos refiriendo al hecho de que las causas de la
degeneración de algunas tariqats, de hecho de la mayoría de ellas, proceden de
su propio seno.
En este sentido
debemos destacar dos causas principales :
A / La muerte de un
maestro legítimo sin dejar heredero espiritual alguno cualificado para enseñar
el Ilm al Batin (ma’rifa).
B / La codicia de
adeptos que de una manera u otra han accedido al control económico de la tariqa,
eligiendo a la muerte del maestro precedente, otra persona no cualificada,
quien les sirva para salvaguardar y acrecentar sus intereses materiales. El
verdadero maestro ha sido echado a un lado, y habida cuenta que el compromiso
de éste es directo con Allâh y no con las personas con las cuales comparte
institución, dicho maestro sale del ámbito del grupo y se establece aparte con
sus auténticos discípulos, si los hubiere.
En este
caso, si existe un maestro verdadero, aunque de hecho no es reconocido por la
mayoría de los adeptos.
El primer caso es
propio de tariqats como la Qadiriyya, la Butchichiyya, la rama magrebi de la Tiyyaniyya,
la Harraquiyya, la Isawiyya y algunas otras menos importantes en número de
adeptos.
Dichos grupos
intentan impresionar a propios y extraños con reuniones multitudinarias,
sesiones de dikre donde el número de participantes es el fin perseguido. Algunos
llegan a caminar por las calles de las ciudades llamando la atención con sus
panderetas, trompetas y tambores, rebajando así el sagrado nombre del tasawuf a
la altura de los titiriteros que van de una ciudad a otra divirtiendo a sus
gentes. Yendo más lejos, a veces, optan por el desafío político haciendo lo
posible por introducir en su seno gentes directamente relacionadas con el
poder, covirtiendo así lo que debería ser un grupo de personas quienes se
reunen para alabar a Allâh y conocerle, en un holding económico de altos vuelos
y no menos altos « ideales ».
Otra forma de
degeneración de dichas tariqats es la creación de grupos de corte satánico
aprovechando la confusión existente en la tariqa madre. A este respecto
pondremos solamente dos ejemplos salidos ambos de la Naqsbandiyya :
La Haqqani de Nazim
Kuprusi y la Naqsbandiyya de Idriesh Sha y Umar Ali Sha.
Otra consecuencia ha
sido la creación de nuevas y fraudulentas tariqats como la Ba-Alawi y la
Karkariyya, en las cuales, ya sea un grupo de amigos se han reunido para formar
una original institución « plena de colorido y glamur » como es el
caso de la Karkariyya, ya sea un grupo de ‘ulamas se han reunido para formar
una « tariqa » olvidándose de lo esencial, que es la transmisión del
conocimiento espiritual, el cual sin duda les falta, intentando suplir dicha
carencia con el manejo más o menos hábil de los bastones, las barbas coloreadas
con henna y los turbantes, dando una nota de colorido para atraer así a los
incautos y a aquellos quienes se dejan llevar por el relumbrón. Ese es el caso
de la Ba-Alawi
En el segundo caso (B)
tenemos la Tariqa Alawiyya y seguramente otras, de las cuales no tenemos
derecho a hablar, sea por pudor, sea por un defecto de conocimiento absoluto de
sus circunstancias.
En dicha tariqa
existe un chayj cualificado, habida cuenta de que su fundador el chayj Al-Alawi
manifestó que su tariqa quedaría indemne hasta el final de los tiempos.
Otro factor al cual
no hemos aludido es la dejadez de los aspirantes quienes han abandonado todo
espíritu de lucha contra su propia nafs por la comodidad de lo fácil. En estos
tiempos casi nadie se pregunta por cual es la Voluntad de Allâh antes de
realizar un acto o dirigir su vida, en absoluto. Casi nadie siente la necesidad
de aprender, porque se cree sabedor de todo. La primera consideración de la
casi totalidad de la humanidad, incluidos los musulmanes es la propia voluntad
y el recibir antes de dar. El aspirante medio se ha olvidado de que es un
siervo de Allâh que debe someter su nafs al Creador y no al Creador a los
caprichos de su nafs. Se quiere recibir sin esfuerzo, se odia el sufrimiento inherente
a la lucha contra uno mismo. Todos quieren llegar rápidamente, con el menor
esfuerzo posible, cuando no algunos ignorantes juegan a ser maestros desde el
primer día de su supuesta andadura en la tariqa.
El gafla (olvido de
Allâh) ha ocupado el espacio existente entre la tierra y el cielo para ellos,
tal y como dijo el sucesor del chayj al-Alawi (Sidi Uddah) :
« Los
fuqara’ de este tiempo comen como sacos beben como toneles y luego dicen que el
chayj no tiene baraka »
Leyendo esto me
diréis que el panorama es desolador ; pues bien, efectivamente lo es :
La transmisión
espiritual (ma’rifa) se ha convertido en un bien extraño y precioso ; un
bien que precisa de un maestro verdadero, ya difícil de encontrar y de un
discípulo sincero, ya posiblemente más difícil de encontrar que el propio
maestro.
Hemos sido y somos
testigos de ello, y debo confesaros que no sin asombro. Miramos a un lado y
otro y vemos lo que os hemos expresado por todas partes. Estamos seguros que
llegará una regeneración, pero a la vista de lo que nos ha sido transmitido en
los hadices, no creemos que ésta llegue sino es por medio del Mahdi y de
sayyidina Isâ – sobre él la paz -.
Por supuesto que
existen al menos cuarenta de la Umma de Muhammad – sobre él la plegaria y la
paz - con el corazón como el de sayyidina Ibrâhîm – sobre él la paz- ;
algunos de esos cuarenta serán chayj, pero encontrarlos se ha convertido en la
búsqueda del tesoro oculto, pues os aseguro que no los podréis encontrar donde
haya mucha gente, donde haya mucho ruido, donde haya mucha presunción.
Es la Hikmah de
Allâh en estos tiempos y ello es una cosa que las gentes de Allâh conocen
perfectamente.
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