EL MAQAM Y EL HAL
Bismi-l-Lâhi-r-Rahmani-r-Rahim.
A-s-salatu wa-s-salamu 'ala Rasuli-l-Lâh, Muhammad, jatimu-r-Risalah
Muchos, sobre todo en esta época, y a raiz de la entrada en liza algunos falsos maestros del tasawuf que se anuncian a los cuatro vientos, bien vestidos con turbantes y bastoncitos a la medida, gestos estudiados y corazones vacíos, han perdido la clara noción de lo que es y debe ser una tariqa.
Esta confusión, adquiere una importancia vital, cuando se pierde de vista el fin principal para el cual una tariqa existe, y sin el cual una tariqa déjà de serlo para convertirse en una sociedad o un club.
No hay tariqa sin Maqam, es decir : La existencia de la Tariqa está estrechamente ligada a la consecución del Maqam al Akbar de al menos uno de sus miembros.
Este Maqam puede ser de dos clases : El Kashf y el Yaquin.
El Maqam del Kashf se caracteriza por ser el que han detentado los grandes shuyuj del sufismo, quienes han llegado a un conocimiento tal que se han hecho realidad en ellos las luces de la Proximidad y del Conocimiento divinos. Aquel quien subsiste en el maqam del Kashf es el delegado de Rasulu-l-Lâh – ‘alayhi-s-salatu wa-s-salam – en la tierra y en el tiempo en el cual vive. Su visión es directa y sus percepciones no dan lugar a equívocos. Sus palabras proceden de Allâh y su lengua no podría proferir nada de sí misma ya que su nafs ha quedado aniquilada.
El Maqam del Yaquin se diferencia del Maqam del Kashf por el grado de consciencia de la percepción. Si bien el Yaquin es un estado en cierta medida equivalente al Kashf, el grado de consciencia de aquel quien se encuentra en el Yaquin no llega a ser tan directo como el de aquél quien se encuentra en el Kashf. Es pues aquel quien se encuentra en el maqam del Kashf el único que puede ejercer de chayj para guiar a los otros.
En cuanto al Hal se trata única y exclusivamente de un estado de exultación transitorio. Es más, el Hal podría incluso llegar a ser shaytani en lugar de Rabbani.
La utilidad del Hal, cuando éste es Rabbani, es la de dar coraje al aspirante para andar hacia adelante mediante una pequeña y esporádica apertura hacia las percepciones ruhani que proceden directamente del corazón.
Ahora bien, cuando el chayj es falso, el Hal chaytani hace su aparición, encarcelando al aspirante en una serie de percepciones psíquicas y seudo-espirituales las cuales son puestas en liza por el chaytan para « deslumbrar » al aspirante.
Es por este motivo que en muchísimos grupos podemos encontrar gentes completamente imbuidas en un desequilibrio emocional preocupante, presas de la maldad de los falsos shuyuj y de su amor por lo deslumbrante, lo fácil y lo raro.
¿Cómo se puede distinguir un chayj falso de uno verdadero ? ¿Quién tiene la respuesta a esta pregunta ? Es más, ¿quién desea verdaderamente saberlo ?
Hay gentes que han entrado en una tariqa para sentir que pertenecen a una élite de afortunados, superiores a la media en calidad y en pretensiones. Sin embargo, una tariqa es solamente un camino para realizar la servidumbre con respecto a Allâh y no dedicado a la exultación de uno mismo.
Al hamdu li-l-Lâh sabemos distinguir al verdadero del falso, y ello en virtud de una entrega incondicional a la Voluntad divina, pero no podemos transmitir esta convicción si nuestro interlocutor se encuentra inmerso en la oscura vorágine de no saber distinguir lo verdadero de lo falso. ¿Cómo podríamos hacer abrir los ojos a quien ciego es y ciego quiere quedar ?
Bismi-l-Lâhi-r-Rahmani-r-Rahim.
A-s-salatu wa-s-salamu 'ala Rasuli-l-Lâh, Muhammad, jatimu-r-Risalah
Muchos, sobre todo en esta época, y a raiz de la entrada en liza algunos falsos maestros del tasawuf que se anuncian a los cuatro vientos, bien vestidos con turbantes y bastoncitos a la medida, gestos estudiados y corazones vacíos, han perdido la clara noción de lo que es y debe ser una tariqa.
Esta confusión, adquiere una importancia vital, cuando se pierde de vista el fin principal para el cual una tariqa existe, y sin el cual una tariqa déjà de serlo para convertirse en una sociedad o un club.
No hay tariqa sin Maqam, es decir : La existencia de la Tariqa está estrechamente ligada a la consecución del Maqam al Akbar de al menos uno de sus miembros.
Este Maqam puede ser de dos clases : El Kashf y el Yaquin.
El Maqam del Kashf se caracteriza por ser el que han detentado los grandes shuyuj del sufismo, quienes han llegado a un conocimiento tal que se han hecho realidad en ellos las luces de la Proximidad y del Conocimiento divinos. Aquel quien subsiste en el maqam del Kashf es el delegado de Rasulu-l-Lâh – ‘alayhi-s-salatu wa-s-salam – en la tierra y en el tiempo en el cual vive. Su visión es directa y sus percepciones no dan lugar a equívocos. Sus palabras proceden de Allâh y su lengua no podría proferir nada de sí misma ya que su nafs ha quedado aniquilada.
El Maqam del Yaquin se diferencia del Maqam del Kashf por el grado de consciencia de la percepción. Si bien el Yaquin es un estado en cierta medida equivalente al Kashf, el grado de consciencia de aquel quien se encuentra en el Yaquin no llega a ser tan directo como el de aquél quien se encuentra en el Kashf. Es pues aquel quien se encuentra en el maqam del Kashf el único que puede ejercer de chayj para guiar a los otros.
En cuanto al Hal se trata única y exclusivamente de un estado de exultación transitorio. Es más, el Hal podría incluso llegar a ser shaytani en lugar de Rabbani.
La utilidad del Hal, cuando éste es Rabbani, es la de dar coraje al aspirante para andar hacia adelante mediante una pequeña y esporádica apertura hacia las percepciones ruhani que proceden directamente del corazón.
Ahora bien, cuando el chayj es falso, el Hal chaytani hace su aparición, encarcelando al aspirante en una serie de percepciones psíquicas y seudo-espirituales las cuales son puestas en liza por el chaytan para « deslumbrar » al aspirante.
Es por este motivo que en muchísimos grupos podemos encontrar gentes completamente imbuidas en un desequilibrio emocional preocupante, presas de la maldad de los falsos shuyuj y de su amor por lo deslumbrante, lo fácil y lo raro.
¿Cómo se puede distinguir un chayj falso de uno verdadero ? ¿Quién tiene la respuesta a esta pregunta ? Es más, ¿quién desea verdaderamente saberlo ?
Hay gentes que han entrado en una tariqa para sentir que pertenecen a una élite de afortunados, superiores a la media en calidad y en pretensiones. Sin embargo, una tariqa es solamente un camino para realizar la servidumbre con respecto a Allâh y no dedicado a la exultación de uno mismo.
Al hamdu li-l-Lâh sabemos distinguir al verdadero del falso, y ello en virtud de una entrega incondicional a la Voluntad divina, pero no podemos transmitir esta convicción si nuestro interlocutor se encuentra inmerso en la oscura vorágine de no saber distinguir lo verdadero de lo falso. ¿Cómo podríamos hacer abrir los ojos a quien ciego es y ciego quiere quedar ?