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miércoles, 23 de abril de 2014

Reflexiones

LA SABIDURIA ES EL OCEANO

La Sabiduría es un Océano sin orillas, pero cuando se envuelve en palabras pierde el noventa por ciento de su fuerza.

Por eso un chayj sufi dijo en una ocasión:

Los libros son las cenizas del conocimiento.

La verdadera sabiduría se encuentra en el corazón y solo puede ser captada por aquel quien se ha dado a Allâh por completo. Y no puede ser aprendida en los libros, pues se terminará siendo un micrófono de lo que dijo el uno o el otro.

La verdadera sabiduría pasa del corazón del sabio verdadero al corazón del verdadero aspirante, sin ser apercibida ni por los curiosos ni por los detractores.

Ella se transmite, bien protegida y guardada, a pesar de los pesares, pues su garante es Allâh.



CUIDADO CON EL EGO

Una verdadera persona de ego no es aquella que va faltando el respeto al uno y al otro, que va avasayando con sus palabras y sus actitudes; no es aquella que se encuentra todo el tiempo haciéndonos ver sus bellas cualidades, su superioridad con respecto al resto y otras actitudes equivalentes de narcisismo confeso.

Aunque una persona como esta, sea una persona de ego, como de hecho lo es; la verdadera persona de ego, el verdadero ególatra va mucho más allá.

El ególatra verdadero llega incluso a sugerir que la Ley Divina, la Sunna del Enviado - sobre él la plegaria y la paz - y el propio Destino decretado por Allâh en el Lauhu-l-Mahfud (La Tabla bien Guardada), deben ser alterados y cambiados para darles satisfacción a ellos; precisamente a ellos, tan especiales como son!!!!

Estas son pues las características del verdadero ególatra, del verdadero rebelde contra Allâh.

En cuanto a nosotros, quienes a pesar de las montañas de defectos que tenemos, intentamos complacer a nuestro Señor y servirle con lo mejor que hay en nosotros, a ninguno se nos pasaría ni tan siquiera por la imaginación la tremenda locura de no aceptar las decisiones de Allâh, sean las que fueren. ¿Acaso un sometido a Allâh es igual a un contestatario? Y ese es el rotundo éxito de la sumisión, a saber:

El confiarnos en el mar de Generosidad y Misericordia de la Divinidad, Quien nos proveerá de una naturaleza y de una sabiduría que se encuentran más allá de la imaginación.


TEMOR Y CONFIANZA

A-s-salamu 'alaykum:

CUIDADO CON EL EGO

Una verdadera persona de ego no es aquella que va faltando el respeto al uno y al otro, que va avasayando con sus palabras y sus actitudes; no es aquella que se encuentra todo el tiempo haciéndonos ver sus bellas cualidades, su superioridad con respecto al resto y otras actitudes equivalentes de narcisismo confeso.

Aunque una persona como esta, sea una persona de ego, como de hecho lo es; la verdadera persona de ego, el verdadero ególatra va mucho más allá.

El ególatra verdadero llega incluso a sugerir que la Ley Divina, la Sunna del Enviado - sobre él la plegaria y la paz - y el propio Destino decretado por Allâh en el Lauhu-l-Mahfud (La Tabla bien Guardada), deben ser alterados y cambiados para darles satisfacción a ellos; precisamente a ellos, tan especiales como son!!!!

Estas son pues las características del verdadero ególatra, del verdadero rebelde contra Allâh.

En cuanto a nosotros, quienes a pesar de las montañas de defectos que tenemos, intentamos complacer a nuestro Señor y servirle con lo mejor que hay en nosotros, a ninguno se nos pasaría ni tan siquiera por la imaginación la tremenda locura de no aceptar las decisiones de Allâh, sean las que fueren. ¿Acaso un sometido a Allâh es igual a un contestatario? Y ese es el rotundo éxito de la sumisión, a saber:

El confiarnos en el mar de Generosidad y Misericordia de la Divinidad, Quien nos proveerá de una naturaleza y de una sabiduría que se encuentran más allá de la imaginación.


ORGULLO

Sin duda que el orgullo es la perdición del ser humano.

Sin duda que todos hemos sentido el orgullo, aunque sea en contadas ocasiones. 

Sin duda que si somos sensatos nunca nos sentiremos a salvo de ese sentimiento tan nefasto; porque sentirse a salvo de él es ya orgullo én si mismo.

Por eso, desconfiemos de nosotros mismos y pongamos nuestras miras en el Poder de Allâh, Quien hace lo que quiere con Su Creación y sin embargo se ha prescrito a Si Mismo la Misericordia; El que es el Unico que tiene derecho a tener orgullo.

VERDAD Y OPINION 

La Verdad es la luz que viniendo de la Esencia nos trae destellos de nuestra verdadera naturaleza celeste.
Seguirla, es avanzar, desprendiéndonos de nuestra naturaleza animal para ascender a las esferas del conocimiento.
Faltar a la Verdad es hundirse en las fauces del "yo" animal.

La verdadera opinión es la de exponer un punto de vista sobre esa Verdad y por lo tanto solamente puede ser emitida por quien la conoce (La Verdad) en la medida necesaria para poder emitir un juicio.

Lo que se conoce comunmente como "opinión" es la confesión de la propia ignorancia. Las gentes "opinan" de lo que no conocen y pretender poner sus sospechas al nivel de la propia Verdad. Todo eso nos sumerge en nuestra naturaleza animal.
¿Cómo podría opinar un analfabeto sobre Sintaxis? Pues con mayor razón solo puede opinar de Religión quien la conoce a fondo para poder establecer un juicio. Ayá cada uno con su grado de responsabilidad y de madurez

El motor de la opinión ciega es el orgullo, ese orgullo que motivó a Iblis a argumentar a Allâh que él estaba hecho de fuego mientras Adan - sobre él la paz - fue creado de barro, no soportando la realidad de la existencia de alguien mejor que él. Pero, al Hamdu li-l-Lâh, Allâh crea lo que El quiere y no tiene porque dar cuentas a nadie.

El mayor ignorante y pretencioso es aquel quien llega a negar la existencia de la Verdad por el solo hecho de no conocerla o no desearla conocer. ¿No es necedad negarle a otro el derecho de conocer la verdad por el solo hecho de ser uno mismo ignorante?

Si alguien se atreve a opinar de aquello que desconoce, sabed que es su orgullo ciego el que le motiva a obrar así. Y ese orgullo se apodera de él hasta que lo convierte en un juguete de las fuerzas tenebrosas lideradas por aquel quien - lapidado sea - está apostado a lo largo del camino para extraviar a cuantos pueda.

Así pues, acerquémonos a la Verdad a través de las gentes de la Verdad y separémonos de la mentira, apartándonos de las gentes de la mentira.

domingo, 13 de abril de 2014

La parábola de la guía

Dijo Rasulu-l-Lâh - sobre él la plegaria y la paz -:
La imagen de la guía y de la ciencia que Allâh me ha encargado de extender, se asemeja a la de la lluvia abundante que, derramada sobre una tierra fértil hará crecer las hierbas y los arbustos en gran cantidad. Hay así otros lugares donde el suelo es estéril que retiene al agua, la cual estará a disposición de los hombres para que puedan beber, para abrevar a los animales y para regar las tierras cultivadas. Hay también lugares donde la tierra es llana y no retiene el agua y por consecuencia la hierba no crecerá nunca. Todo esto se asemeja a una categoría de hombres que se instruyen en la religión y aprovechan de las cosas con las cuales Allâh me ha enviado, de tal suerte que ellos las aprenden y las enseñan, y a otra categoría de hombres que no desdeñan levantar la cabeza y no aceptan la guía con la que Allâh me ha enviado para enseñar.
(De Abu Musa, recopilado por Al-Bujari, Muslim y Nissa’i)
COMENTARIO
La tierra es el corazón de la persona, mientras que el agua representa la buena guía, procedente de Allâh - exaltado sea - a través de los hombres a quienes Allâh ha puesto en la tierra para impartirla.
Por ello, si el agua pura de la lluvia cae sobre un corazón fértil, éste la transformará en frutos; el fruto es la ciencia, pero no aquella ciencia la cual se almacena en el cerebro, sino aquella la cual adorna a la persona transformando sus cualidades negativas en bellas cualidades. Son estos hombres, representados por la tierra fértil, los cuales serán a su vez capaces de guiar a los otros, entre quienes se encontrarán a su vez corazones fértiles capaces de guiar a otros y así sucesivamente.
En cuanto al resto de categorías, podemos aplicar el mismo principio a fin de comprender su naturaleza (la tierra el corazón, el agua la guía).
Sin embargo, ¿qué ocurriría si cayera agua sucia o envenenada en un corazón fértil o en otro tipo de corazón?
Simplemente que el corazón fértil se vería malogrado y los otros corazones se verían dañados en función de su naturaleza.
Por eso hermanos, no sed desconfiádos con aquel quien os advierte sobre el agua envenenada. Prestad atención!!! Si escucháis a quien conoce la naturaleza del agua, puede que algún día la lleguéis a conocer vosotros a su vez, y que lo enseñéis a otros. De hecho, de eso se trata, de transmitir desinteresadamente la ciencia útil, la ciencia de la verdad.
Es por ello que es importante saber distinguir la buena guía (rabbani) de la mala (chaytani), pues la buena guía hará revivir el corazón y la mala le terminará envenenando.
Lo mismo que sin agua una tierra no puede dar sus frutos, así un corazón sin guía se terminará marchitando.
Y la guía siempre se produce a través de los hombres a quienes Allâh ha escogido para ayudar a los otros; hombres y mujeres desapegados de los bienes mundanales, del propio prestigio personal y de interés personal alguno.
Es por eso que ninguno de nosotros nos podemos excusar en la bondad o fertilidad de nuestro corazón, porque si éste no recibe nunca agua pura y abundante terminará por morir. Que Allâh nos preserve a todos de la ignorancia y de tener un corazón desierto!!!